Salimos en busca del auto y le chifle.
–Ataja.
Le tire las llaves.
–Maneja vos.
– ¡VAMOS LOS PIBES!
–No, vamos ningunos pibes. Se cuidadoso porque aunque están lejos, me matan.
–Quedate tranquila, bombón. ¿Sabes con quién estás hablando?
–Deja de hacerte el lindo, haceme el favor.
Rió y se subió al auto. Me senté en el asiento del acompañante y durante todo el viaje fui dándole explicaciones. El tenía su mano derecha apoyada en mi pierna izquierda, me daba escalofríos cada vez que la miraba. Paramos en un semáforo y me miro:
– ¿Me das un beso?
– ¿Estas loco? Mira para adelante, estás manejando.
–Ay sos tan aburrida.
Le pegué en la pierna. Después de pocos minutos estábamos en la puerta del departamento de Jenny. Juli bajó a tocar el timbre y mientras esperaba me miraba. Era tan lindo, no sé. Estaba embobada. Con lo de hoy me mató de ternura.
Jenny bajo toda apurada y se subió al asiento trasero, mientras Julián volvía al auto me empezó a hablar.
–Gorda tenes un don o ¿qué? ES OTRA PERSONA.
Creo que gritó para que él la escuche. Juli la miró y se sentó en el auto.
–¿Qué onda? ¿Cómo les fue? ¿Chaparon mucho? ¿NO HICIERON CHANCHADAS NO?
–Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, no grites.
No era la primera vez que Je gritaba y Juli la callaba. Esa situación me daba risa. Ella lo abrazó por atrás mientras el manejaba.
–¿Ya se te paso la carita de culo, bombón?
–Si linda, te agradezco que te preocupes así.
Se rió un tanto irónico. Yo los miraba y me daban ternura.
–Bueno, ¿y?
La miré
–Y ¿qué?
–¿Qué onda?
Nos miramos
–¿Qué onda con qué?
– ¿Se van a hacer los boludos todo el día?
– ¿De qué hablas?
–No los banco, chau.
Se cruzo de brazos y se puso contra la ventana. Juli la miro por el espejo retrovisor y le tiro un beso, yo me reí.
Unos momentos después estábamos entrando al McDonnals. Los tres pedimos y con Jenny subimos a buscar lugar. Al rato llego él con los pedidos.
–Gorda, ¿sabes qué? Hoy estuve con Agus.
Julián se atragantó y rápidamente le preguntó:
– ¿E...s.tuviste qué?
–Ay nene, ¿qué te pasa? Estuve de que vino a casa, no de que hicimos algo raro. ¿Qué tenes en la cabeza?
Me tenté con la cara de aliviado que hizo él y después de unos minutos lo mire:
– ¿Qué la celas?
– ¿Qué me celas vos a mi?
– ¿POR QUÉ HACEN ESTAS COSAS CHUBIS ADELANTE MIO?
Dejamos de mirarnos y le pregunté:
–Est...fue Agus a tu casa, sí.
–Ah, y le comenté de lo que hablamos él otro día. Le copo.
– ¿En serio?
–Sí, lo tuve que calmar un poco.
Julián acomodó su voz
–Les agradezco lo que me integran en su conversación.
–Nos vamos a ir de vacas la semana que viene.
Jenny lo largó y el me miró.
–Bueno.
–Con Agus.
Jenny me miraba.
–Bueno dije.
Me encanta porque el se hacia o estaba enojado y a mi amiga le encantaba hacerlo enojar. Despacio, empecé a explicar.
–Mis viejos tienen una casa en la costa que todos los años alquilan, este año no la alquilamos y empezamos a hablar con Jenny de ir unos días para allá, esperamos a la semana que viene porque ella termina de cursar en la facultad.
– ¿Y qué querés que le haga?
Se seguía haciendo el enojado mientras comía y le iba a pegar.
–Quiero que te dejes de hacer el malo porque vas a venir con nosotras.
Me sonrío con cara de nene.
– ¿En serio?
–Sí, ¿cómo no vas a venir?
Le sonreí ahora yo. Jenny se llevó la mano a la frente:
– ¿Algún día van a dejar de hacer estas cosas adelante mío?
Nos reímos juntos.