Bufé. Sí, siempre arruinaba todo. Aparte mi vista de él, pero no enojada, molesta porque siempre sabía con qué bromear.
Hubo otro momento de silencio y esta vez él lo cortó:
-Sí, te extrañe. Sí, te llore. Pase la mayoría de mi tiempo de fiesta intentando calmar el dolor. Cuando llegaba al departamento despertaba de Jenny para que me cuente noticias sobre vos, sobre tu hermana.
Lo mire atenta.
-No sabía que otra cosa hacer. Pasamos juntos tantos días que jamás me imaginé que ibas a irte de un día para el otro, tres meses. Sin mandarme nada, sin llamarme, sin darme señales de vida.
Suspiró.
-Sí, estoy enamorado de vos, y cuando te vi no supe que hacer más que salir corriendo para esconderme y ahora no sé que hacer porque lo único que quiero hacer es besarte.
¿Me estaba leyendo la mente? No sabía como actuar en estas situaciones pero lo único que quería era besarlo, moría por hacerlo. Pero no: hacete rogar, hacete rogar. Me miró.
-Me alegro que por fin hayas agendado mi número.
-Linda foto.
Le sonreí y se encogió de hombros.
-Entonces, ¿hoy puedo salir con ustedes?
Lo mire seria.
-No, ¿qué parte no se entiende?
Me hizo caras.
-Por favor, no quiero que salgan solas.
- ¿Perdón? Cuántas veces habrás salido solo vos, ¿no?
-Si, pero...es distinto, ahora estas vos, acá, y no quiero que te pase nada.
Le sonreí.
- ¿Qué me va a pasar?
-No sé, el loco ese que te sigue a todas partes.
- ¿Nicolás?
- ¿Por qué te empeñas en nombrarlo?
-Se llama Nicolás, ¿cómo querés que le diga?
Negó con su cabeza y me miró.
-Empezá a correr si no querés que te chape.
Lo mire divertida. En realidad quería quedarme sentada ahí y que me de el beso más extrañador de la vida pero bueno, opté por salir corriendo y el me corrió hasta el departamento. Le saqué un poco de ventaja pero creo que me estaba dejando ganar, así que abrí la puerta del departamento y rápidamente pedí el ascensor. Llegó, y cuando marqué el número de piso, el pie de él hizo que la puerta no se cerrara. Subió, y marcó el número él. Lo único que hizo fue apoyar sus brazos en la pared y encerrarme entre ellas. Me miró de tal forma que si no se hubiese abierto la puerta, probablemente hubiéramos hecho algo no muy grato de ver en un ascensor.
Cuando abrí la puerta y lo vi a Pablo en el sillón me sorprendí, y después de saludarlo caí en la cuenta:
-Gorda, el sale con nosotras hoy, no hay drama, ¿no?
-No, obvio que no.
Si, ¿cómo que no? Se suponía que deberíamos salir solas y esto da lugar a...
-Entonces yo voy.
Lo mire.
-Que pesado que estas.
-Y sí, ¿qué voy a hacer solo?
Pablo insistió para que vaya, y después de cenar me encerré un rato en la pieza. Antes de empezar a buscar algo de ropa, mi celular vibró sobre el escritorio. Whatsapp. Julián. Me maldije, esto lo iba a hacer peor. Sin dudar mucho, lo leí.
"¿No tenes ganas de darme un beso?"
Hice una cara y luego me di cuenta que estaba sola, me reí. ¿Qué se supone que debería contestarle? ¿"Veni ya y chapame"?
"No molestes."
"¿Qué estas haciendo? Los chicos están en la pieza y me aburro"
"¿Qué te importa?"
"Si no estas haciendo nada vení a darme un beso"
"Que lastima, estoy ocupada buscando ropa para hoy a la noche".
"¿Querés que te preste mi remera?"
Sonreí. Era tan tonto, me hacía odiarlo y amarlo al mismo tiempo.
"Quiero que no me molestes, chau".
"No te pongas nada que me moleste, chau"
¿Para que me habrá dicho eso, no? Me puse un vestido negro, al cuerpo, con medias negras y mis zapatos de siempre, altos y cómodos. Antes de ir al baño a arreglarme el pelo mire el celular. Me tenía como una estúpida con la foto que tenía de perfil.
"Cambia esa foto"
"Nah, vos cambia la tuya"
Me saqué una foto en el espejo y la puse de perfil, solo para molestarlo.
"¿Me estas cargando? ¿De cuándo es esa foto?"
"¿De recién?"
"JA.JA.JA Ni se te ocurra"
Sin pensarlo dos veces salí al living y aunque sabía que estaba en el sillón, fui directo al baño sin mirarlo. Vino rápidamente atrás mío y se quedó apoyado en la puerta.
- ¿Te pensas que iba a dejarte salir sola ASÍ?
Lo mire.
- ¿Vos sos mi papá?
Negó y se quedo pensando. Ni cuando estábamos juntos podía decir que era algo mío.