Capítulo 10

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Me sonrió de una manera que sentí mi propuesta un tanto pervertida. Tuve la necesidad de aclarar:

—No te hagas ilusiones.

Y me abrazó, de la nada. En serio, ¿qué es lo que le pasaba?

Alcanzamos a Jenny y terminamos el recorrido, tampoco podíamos irnos y dejarla sola como si nada. Cuando subimos al auto se subió a la parte trasera y se acostó. Con mi amiga nos miramos pero sin opción me subí al asiento conductor y ella al del acompañante. Una vez que recorrimos un par de cuadras, comenté:

—Gorda, nosotros vamos a ir un rato a casa.

Me miro y sus ojos parecían dos huevos fritos.

—A hablar un poquito de lo que hablamos hoy.

— ¿Tema a o tema b?

Supuse que el otro tema era el de las vacaciones pero no recordaba cual de los dos habíamos hablado primero.

—Tema Julián.

Dije sin vueltas y el se sentó:

— ¿En qué andan?

Estacione el auto en la puerta del depto. de Jenny y mientras ella se bajaba, tiro una bombita.

—En que te pasa a vos, espero que estar un rato solos te haga bien porque te voy a cagar a trompadas, chau bombones.

Y se fue riéndose de ella misma. Arranqué el auto y a las pocas cuadras siento su boca en mi oído y tuve que reducir la velocidad porque el escalofrío que me provocó casi me hace chocar:

— ¿Te dije cuanto me gusta que manejes?

—Ya estás diciendo cualquier cosa.

Le sonreí por el espejo retrovisor, ¿qué otra cosa iba a hacer?

—No, en serio. Jenny maneja tu auto cada dos por tres, ¿un día me lo prestas?

—Mmmmmmmmmmmm

— ¿No me tenés fe?

—Mmmmmmmmmmmm

—Hay un montón de cosas que todavía no sabes de mi, chiquita.

—Para eso vinimos.

Le dije mientras entraba el auto en la cochera de casa.

Entramos y le dije que iba a cambiarme. Eso hice, me puse mi bikini y até mi pelo. En un rato ya iba a oscurecer así que en cuanto lo vi salir al patio fui a la cocina y preparé dos trago. Cuando salí casi me agarra un infarto. Me quedé unos momentos quieta hasta que el cortó el silencio:

— ¿Te molesta que me quede en calzones?

—No.

¿Se notó que me tembló la voz? Espero que no. Su torso denudo ya me tenía por los aires, ¿cómo me iba a tener su bóxer rojo?

Me senté al lado de él haciéndome la que nada pasaba y le pasé un vaso. El me sonrió y me corrió el pelo de la cara.

— ¿Vamos a la pile?

— ¿Estás loco?

— ¿Y a qué vinimos?

Se tiró y me espero en el borde. Le hice caritas raras así que optó por agarrar mi cintura y tirarme al agua, tan delicadamente que ni lo sentí. En cuanto mi cabeza salió del agua sentí sus labios sobre los míos y rápidamente rodeé su cuello con mis brazos. Sus manos nunca se habían ido de mi cintura. Tenía una capacidad de besar que mezclaba la ternura y el deseo, era increíble. No sé como mis piernas rodearon su cadera, juro que yo no las moví. ¿Sonó creíble? Fuimos besándonos hasta la escalera y me apoyó en un escalo más alto. Su boca seguía en la mía. Me quedé pensando: ¿qué estaba haciendo? Lo había conocido ayer. Si tomamos en cuanta que en nuestro primer encuentro el estaba casi tan denudo como ahora, no es para tanto, ¿no? Diablos, jamás me había sentido así. No se que se supone que debía hacer. Por suerte, el cortó mis pensamientos. Creo que quería decir algo.

Me separó algo brusco y volvió a abrazarme. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Puede leer mentes o qué? Rozó su nariz con la mía y lo largó:

—Tengo miedo.

Tuve un ataque de ternura después de escucharlo decir eso, ¿era bueno o malo? Salimos del agua para cortar ese momento que hagamos de cuenta que no existió, y me senté en el borde. El se sentó un poco más adelante y se recortó sobre mi.

—Perdón.

— ¿Perdón por qué?

—Lo dije en un momento no muy bueno.

Oh, ¿en serio?

—No pasa nada.

Nos quedamos mirándonos no sé, ¿dos años?

— ¿Me vas a contar?

Se acomodó y quedó sentado frente a mí.

—Conocí a una chica. Nuestro primer encuentro fue medio accidentado. Luego supe un poco de ella. En este mismo lugar la bese por primera vez, fue épico.

Tragué saliva y no sabía que otra cosa debía hacer. Le sonreí pero creo que no se notó.

—En la primer noche la celé como si fuese mi novia, incluso tuvimos nuestra primer discusión. Nos arreglamos viendo películas y comiendo pochoclos. Nos besamos nuevamente y dormimos juntos. Y...tengo miedo. Jamás me había sentido así, y no se muy bien qué hacer.

Estaba atónita. En principio podía empezar a besarme, ¿no?

We protect each other II Orian II AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora