Apenas llegamos el chico del balneario nos alcanzó dos reposeras, y cuando nos acomodamos nos preguntó si deseábamos algo del bar. Pedí un daikiri y Jenny un licuado. Una vez que el mozo nos los trajo, nos propusimos a hablar.
–Así que nada, eso.
–Así que nada, ahora estas hecha un trapo de piso y el anda llorando por los rincones.
– ¿Qué?
–Lo vi hoy entrando a la pieza cuando salí del baño.
Creo que nunca había visto a un chico llorar por mí.
–No me cuentes esas cosas.
–Perdón, amiga. ¿Y ahora qué?
–Ahora, no se. Supongo que en algún momento vamos a tener que hablar.
–Que sea pronto, porfi, no me los banco con esa cara de orto.
Me reí un poco y miré a un lado.
–¿Ese no es Pablo?
–Ay la puta madre.
Se desesperó y yo me tenté.
–Lo voy a matar, este es el pelotudo de Julián que le pasa los datos de donde estamos.
–Hey, calmate. Pensa que si viene es porque quiere vernos.
Le hice una seña con las manos para que se acercara y el sonriente comenzó a caminar.
–Oriana te voy a matar.
Me reí disimuladamente al ver como Jenny intentaba hablar haciéndose la que nada pasaba.
– ¿Qué hacen acá solas?
–Mmh
Le dije al ver que Jenny no iba a meter una palabra de nuevo.
– ¿Mala pregunta?
Reí.
– ¿Qué haces vos acá?
–Vine ayer para invitarlos a una fiesta pero no estaban, así que volví hoy. ¿Tienen ganas?
–Yo no ando en mi mejor día, pero Jenny no tiene drama, creo.
La miré y ella giro su cabeza despacio.
– ¿Querés venir?
Sonreí al ver que el fue el que me interrumpió, si tenía que esperar a mi amiga íbamos a estar 5 días.
–Eh, sí...supongo que no hay problema.
–Buenísimo, te paso a buscar hoy a las 12pm entonces, ¿te va?
–Me va, sí.
Respondió titubeando.
–Me voy entonces, nos vemos hoy.
Nos saludo y se fue sonriendo.
–Me vas, me vas, me recontra vas.
Me fije que el haya caminado un poco bastante, y la abracé. Festejamos juntas y volvimos a la casa después de un tiempo.
Apenas abrí la puerta los vi juntos. Agus estaba sentado en el sillón y Julián algo recostado sobre el otro lado.
– ¿Dónde mierda estaban?
Dijo Agus medio riendo.
–Hola mi amorrrrrrrrr, que cariñoso que sos.
Jenny lo abrazó y creo que la mirada de Julián se alivio; supongo de ver que la relación ellos dos era la misma que la mía con Agus.
–Fuimos a la playa a hablar un rato.
– ¿No te vas a dejar de hinchar las bolas con la playa, no?
– ¿No?
–Bueno, ¿vamos a salir hoy?
Julián no había dicho una sola palabra así que adivine que mi presencia le molestaba.
–Estuvimos con Pablo y nos invitó a una fiesta, Ori no tiene ganas pero yo voy a ir, podes venir si querés...
Dije que iba a estar arriba por si me necesitaban y ellos continuaron hablando. Busqué un par de cosas en la habitación aprovechando que Julián estaba abajo. Vi las sábanas manchadas con sangre así que las cambié lo más rápido que pude.
Busqué otra habitación, y encontré una bastante cómoda como en un altillo. Era toda de madera, hasta sus muebles, y era más confortable que la otra. Prepare la cama y abrí la ventana para ventilar, dando por sentado que iba a pasar la noche allí. Me acosté y dormí. No sé cuanto, supongo que mucho porque cuando me desperté no había nadie. Pase por las habitaciones y el otro a perfume me atrapó, así que sí: ya todos se habían ido.
Baje las escaleras y miré el reloj: 2.45 am. Mire un poco de televisión y fui a la cocina. Abrí la heladera y sonreí al recordar que Jenny había ido de compras. ¿Cómo le estará yendo?
Me serví un vaso de yogurt y salí al patio. La noche estaba tan pesada que el calor me atrapó. Puse mis pies en la pileta y el agua me refrescó. Me senté y miré un punto fijo, como de costumbre. Las lágrimas no tardaron en salir y un fuerte golpe se ligó el suelo. Fui tan torpe que volqué el vaso.
–Diablos.
Me dije a mi misma y cuando me levanté lo vi. Estaba sentando en unas sillas un poco más alejadas, desde el ángulo que yo entré al patio no lo veía. Me miró.
–Perdón, creí que no había nadie.
Me levanté lo más rápido que pude y salí prácticamente corriendo.
–No hay problema, supongo que en algún momento nos vamos a tener que cruzar.
Asistí de forma tan lenta que me aburrí. Amagué a salir.
–Fue una forma de pedirte que te quedes.