Segundo

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Mamá.

A medida que iba creciendo fui comprendiendo todo de lo sucedido con mi padre, y sé que te duele tanto como me duele a mí. Pero tenemos que ser fuertes ante toda situación, porque creo que eso es lo que papá quería, ¿no? No quise hablar porque tenía miedo y no quería hacerte daño, es como si sintiera que cualquier cosa que podría salir de mi boca podría causar un tremendo daño, porque, si fuera lo contrario antes de mudarnos te hubiera pedido que me dieras a Teddy, mi osito de peluche, adoraba ese muñeco, pero se quedó en nuestra antigua casa.

Nuestro apartamento me había gustado mucho, tiene poco espacio pero es lindo. No podía esperar a que fuera el día siguiente para ir al colegio, mi emoción era tan enorme que no podía dormir. Así que fui a tu habitación para hablarte, pero cuando entré, me percaté de que estabas dormida y habían cientos de papeles que estaban arrugados a tu alrededor, sabía que habías llorado hasta quedarte dormida y eso me partió el alma. Recogí todos los papeles que estaban tirados y los eché a la caneca de basura, me iba a dirigir hacia mi habitación, pero preferí una mejor opción. Levanté tu brazo y lo puse alrededor de mí, te abracé fuertemente y te dije "créeme, mami, todo va a estar bien", te di un beso en la frente y vi que sonreíste, era una de esas sonrisas tan cálidas y hermosas que hacía despertar el afecto dentro de uno, que puede hacer cambiar de opinión a una persona, que tranquiliza, y eso era justamente lo que quería, sentirme seguro.

De Hijo A MadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora