Mamá.
Comprendí el dolor de Sebastián al perder un ser querido.
Estaba en mi cama con el celular revisando mis notificaciones. Hasta que sentí algo, algo no muy lindo, algo que... No sé. Cuando apareció la foto de Sebastián en mi celular, me estaba marcando. Contesté y me llevé el celular al oído. Un escalofrío recorrió mi espalda. Sebas estaba llorando, se oían sollozos desde la otra línea. Me pidió que fuera urgentemente a su casa. Colgué sin decirle nada y salí del apartamento corriendo para ir a su casa. ¿Por qué estará llorando Sebas? Debe de ser algo grave, porque él es una persona muy alegre. Hasta que llegué a la casa y lo vi. Un nudo se formó en mi garganta. La imagen de Sebas en el piso arrodillado mientras sostiene a su hermano menor en sus brazos, Alejandro estaba pálido, muy pálido, más de lo normal. Pero lo peor es que... No estaba despierto. Las lágrimas de Sebas caían en la mejilla de Alejandro. No, de todas las personas, ¿Por qué él? No me importa que llevaba tan solo dos semanas de conocerlo. Él era como mi hermano, mi hermanito. Lágrimas caían de mis ojos, agarré el celular y llamé al hospital. Me dijeron que ya venía una ambulancia. Me arrodillé al lado de Sebas y lo abracé duro. Él comenzaba a gritar y yo lo abrazaba cada vez más duro.
Estábamos sentados en la sala de espera. Ninguno de los dos decía nada. Cada uno estábamos en nuestros propios pensamientos. Hasta que llegó Lilian, con un pañuelo mientras lloraba. Nos paramos, ella nos miró a los dos y negó. No. ¡NO! No él, no. Sebas cayó al piso sentado, gritaba demasiado duro, muy duro. Me agaché y lo abracé como nunca. Alejandro se fue. Se fue, Mami. Se fue.
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De Hijo A Madre
Historia CortaMamá. Eres mi todo. Esta es la historia de una hermosa y fuerte relación, no de una relación amorosa. Sino de una relación que no se puede quebrantar. Una relación que es como un diamante, invencible. Una relación que sobrevive a pesar de miles prob...