Décimo noveno

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Mamá.

Después de ver la película con Paola nos entretuvimos hablando sobre cosas estúpidas. Es por eso que me gusta ester con ella, porque podemos hablar de la más mínima pendejada. Para hablar con ella no es necesario la seriedad. Mientras seas loco para ella serás perfecto.

Todo iba tan bien, hasta que la cara de ella se puso seria, me dijo que me iba a contar un secreto, hasta que me dijo que... Puede comunicarse con fantasmas. Pero luego dijo que era mentiras.

Ahora sí, en serio. Me contó todo sobre su vida, la primera vez que besó a un chico, cuando se cayó y se rompió el brazo, básicamente me contó toda su vida. Yo lo hice también, sabía que podía confiar en ella, después de todo era mi chica.

Le conté todos mis problemas, todo por lo que tuve que pasar y toda mi vida. Pero me di cuenta que había cometido un error. Se lo conté todo a ella, todo como me sentía con respecto a las cosas y después de todo, nunca te las conté a ti.

Tuve que despedirme de Paola para ir en busca a ti. Volví a la casa y te vi llorando en el sofá. ¿Qué pasó? ¿Tu cita salió mal?

Cuando fui a tu lado te toqué el hombro, me miraste con los ojos aguados y yo pregunté la razón por la que llorabas. Luego me dijiste que era porque en Grey's Anatomy muere Derek. ¿En serio? ¿Me asustaste para nada? Eso no se hace, madre. Te pregunté por tu cita y me dijiste que salió mal, que no te gustó el señor ese, no era educado ni mucho menos caballeroso, así que tuviste que escapar mientras él iba al baño, eso fue gracioso. No sé por qué las personas se aburren de hablar con sus madres. Para mí hablar con mi madre es lo más hermoso que pueda existir en este mundo.

Eres mi mundo, mamá.

De Hijo A MadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora