Narra Noelia
Me levanto de la cama y salgo de la habitación corriendo a la habitación donde se quedan mis padres cada vez que venimos a casa de Vero. Abro la puerta despacito y miro si siguen durmiendo. Efectivamente están durmiendo, parece que hoy soy la primera que se levanta. Me acerco a la cama y veo como mi padre está apoyado en la barriga de mi madre, mientras que mi madre tiene su mano en la cabeza de mi padre. Me subo a la cama despacito y cuando tengo la seguridad de que no me voy a caer.
Yo: BUENOS DIAS!!!! – digo saltando en la cama
Malú: Buenos días mi amor – dice riendo – con que energía te has levantado hoy – dice abrazándome
Antonio: Buenos días amores – dice incorporándose
Yo: Hola papi!! – digo tirándome en sus brazos - ¿Hoy podemos volver al sitio este de los animales? – digo poniendo pucheritos
Antonio: Claro que si pequeña – dice mi padre sentándome en la cama
Yo: Voy avisar a Lucia!! – digo levantándome de la cama.
Salgo disparada hacia la puerta cuando noto que algo me recorre la cara, no no puede ser otra vez no. Intento disimular andando normal pero las piernas me empiezan a fallar y caigo sentada. Estoy aturdida y veo borroso, enseguida noto unos brazos que me cogen y me tumban en la cama, se que son mi padres pero nos lo veo bien. Escucho como Malú le grita a mi padre diciéndole que llame al médico. Ahora noto como me coge el brazo y me pincha la dosis de medicamento que me toca. Duele horrores y mis lágrimas no tardan en salir. Malú me acuna con un bebe para que me calme y puedo notar como ella también llora ya que su lagrimas caen a mi cara.
Vero: ¿Lula que ha pasado? – escucho como entra mi tía con la voz agitada
Malú: Se ha desmayado – dice con la voz entre cortada – estaba bien, riendo y saltado, pero de repente cuando iba a salir por la puerta se ha caído al suelo y tenía sangre en la nariz otra vez – dice agitadamente – el médico me dijo que lo de la sangre era normal pero estoy tan asusta Vero
Oír a mi madre hablar así me parte el alma. Está sufriendo muchísimo y no puedo con eso. Maldita enfermedad que está haciendo mi vida un asco. Ahora mismo prefiero morir que sentir todo este dolor, que estar dándoles tanto trabajo a mis padres. Puede sonar egoísta, pero no quiero verlos sufrir.
Malú: Tranquila papa no tardara en llegar con el médico- dice acariciándome la mejilla.
Narra Antonio
Yo: ¿Cómo esta? – digo rápidamente cuando veo salir al médico de la habitación
Medico: La situación pinta muy mal – dice sin rodeos – la niña cada vez esta mas débil y ha pegado un bajón grande, tendrá que permanecer en la cama varios días, para ver cómo va evolucionando – dice mirándonos con lastima – lo siento mucho – dice sacando unos papeles – si quiere podemos enviar a una enfermera para que la cuide
Malú: No – dice fulminado al doctor con la mirada – yo la cuidare
Yo: Cariño pero tu estas con el embarazo te vendrá bien una ayuda aunque sea – digo abrazándola.
Malú: He dicho que no, es mi hija, yo la cuidare – dice mirándome – además cuando no trabajes estarás tu conmigo no? – afirmo con la cabeza – pues ya está.
Medico: Como quieran – dice yéndose – si tienen algún problema llameen enseguida
Malú y yo no tardamos en entrar a la habitación seguidos de Vero y su marido, la pequeña Lucia estaba en su habitación jugando, era muy pequeña para ver lo que pasaba. Nos sentamos alrededor de ella y lo único que podíamos hacer era mirarla, estaba dormida, con un gotero, y pálida como la blancanieves. No sé qué vamos hacer Malú solo tiene semanas de embarazo y mi hija cada vez está peor.