Edificio N° 3; departamento 5.
Resulta que esto es como una especie de comunidad educativa, los departamentos están a unos minutos del instituto y hay buses que te llevan y te traen, he conocido dos chicas realmente agradables, la que tropezó el amigo de James y otra llamada Ariadna. La primera chica, llamada Daniela va a mi lado y habla de cómo logro entrar a la academia y de lo simpático que era el chico que casi la hizo caer.
—¿Crees que lo vuelva a ver? — Pregunta haciéndome salir de mi ensimismamiento.
—No lo sé… es muy grande esto aquí —Digo, espero que sea lo suficientemente grande para no volver a ver a James, mis manos aun tiemblan por su encuentro y mi estomago aun pesa.
Ella suelta un suspiro.
Luego de unos minutos más en el bus que nos transporta a nuestros respectivos edificios, al fin llegamos.
Es un edificio con ladrillos, con un ventanal en cada piso y una gran entrada, hay varios alrededor, parece ser una villa para estudiantes y cada edificio consta de cuatro pisos como máximo.
—¿Tocaste aquí? — Pregunta Daniela —¡Yo también! ¿Y si debemos compartir departamento?
—Creo que es uno para cada persona… eso dijo mi hermano. — Digo y ella frunce los labios mientras estamos paradas frente al edifico.
—Terminemos de entrar —Dice y echa andar sus dos maletas.
El portero nos indica que hemos tocado en el tercer piso, Daniela se emociona cuando escucha la noticia y subimos al ascensor, luego de observar mi reloj de mano se abren las puertas que nos dan la bienvenida al nuestro piso, muy elegante y sencillo.
—¿En cuál tocaste? —Pregunta Daniela.
—Número cinco, ¿Y tú?
—Siete — Dice frunciendo los labios, al parecer hace muy seguido ese gesto —Son las tres de la tarde, acomodemos lo que podamos y salgamos a tomar un café a las siete, ¿Te parece? — Rasco mi nuca, el encuentro con James aun no lo he superado, no quiero volvérmelo a encontrar.
—No lo sé… —Digo.
—A las siete te veo, ¿está bien? —Dice y se encamina a su destino, yo hago lo mismo.
El piso de mi departamento está cubierto por una alfombra muy bonita de color negro, todo lo demás es blanco, podemos decorarlo como queramos, eso nos dijeron. Tiene dos cuartos, una pequeña cocina, una cómoda sala, dos baños y un vestier realmente hermoso.
Coloco las maletas en la cama del cuarto más grande y me siento en ella con las manos en mi cabello. Dije que si no me agradaba estar aquí me iría, ya tengo una razón para hacerlo; no quiero volver a ver a James y estar en el mismo lugar que él no me hace bien, ¿Por qué tenía que pasarme esto a mi? Ya lo había superado, no merezco esto.
Termino acomodando todo, mi ropa, las cremas, los productos que iban al baño, lo poco que iba en la cocina y la ropa en el vestier, tome un baño cuando estuve satisfecha y me asegure que todo estuviese en su lugar. Unos golpeteos se escuchan en la puerta y miro el reloj para asegurarme que eran las siete, tome mi bolso y cuando abrí me encontré con Daniela frente a mí, muy perfumada y con un lindo vestido.
—¿Lista? — Pregunta entusiasmada.
—Creo que si — susurro
—Por supuesto que estas lista — dice y me toma de la mano sacándome de mi departamento luego de cerrarlo, pero la figura de un chico hace que me detenga, joder lo podría reconocer a kilómetros de mi, su cabello castaño cae sobre su frente casi en rulos, su cuerpo imponente y sus ojos grises, por supuesto que es él, es James.
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The Academy
Подростковая литератураAlaía Lerman es la hija de un ex agente de la interpol, uno de los mejores en su época. Ella, una chica que cumple con todas las ordenes de su padre, con excelentes notas y destinada a estudiar en una de las mejores universidades del estado. Pero la...