Capítulo XIV

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Camino al campo de futbol, hoy tenemos practica y la compartiremos con otras chicas de otra sección del instituto. Han pasado cinco meses, cinco meses donde tuve una nueva misión y todo salió nuevamente de maravilla, recibimos aplausos y nuevas felicitaciones por parte de los altos mandos. A diferencia de mi primera misión, esta solo se trataba de llegar a uno de los hoteles más lujosos de Inglaterra, verificar si una de las personas más buscadas del país estuviese allí, y si era así, detenerla. Este hombre usaba una identidad falsa y había cambiado el color de su cabello y para pasar aun más desapercibido, usaba lentes. Pudimos comprobar que se trataba de el y arrestarlo con éxito, por lo que la misión solo duro un día.

Y hablando de días, este no era mi mejor día. Tuve una mañana terrible con una chica en el instituto cuando esta decidió tirarme su zumo de fresa encima, no pude hacer nada, no podía. Los agentes de la academia no pueden golpear a estudiantes del instituto porque si lo hacían, seria boletados o expulsados de esta. No me importaba esa regla, me iba a ir contra ella, iba a golpearla hasta la mierda; si no hubiese sido por James que estaba sentado en la misma mesa y me detuvo, su cara ahora mismo poseyera moretones por todas partes.

James y yo hemos tenido una bonita amistad este tiempo que llevo aquí; solo amigos. Y me gusta... es decir, es bueno tener un amigo como el, vemos películas juntos, y a veces se queda acompañarme en mi departamento hasta que caigo dormida.

—Hey, Alaía, estamos esperando por ti. —Dice Daniela asomándose por la puerta de los vestidores. Termino por acomodar mi short, ajusto mi tenis y amarro mi cabello. Hoy necesito paciencia extra.

Al llegar al campo de futbol ruedo los ojos al ver a la estúpida que me lanzo el zumo esta mañana, Michelle, creo que la llaman así.

—Nos dividiremos en dos grupos, así tendremos un partido. —Anuncia la profesora de deporte. Mierda, no quería jugar. Daniela y por supuesto  Michelle son las capitanas de los grupos, ella no estaría en el mismo equipo yo.

—Te odia porque tienes más atención de James que ella. —Susurra Daniela en mi oído. Me encojo de hombros y miro hacia las gradas, donde están los chicos incluyendo a James.

— ¿Lista para perder? —Pregunta Michelle, con su sonrisa de superioridad. Pasa por mi lado y tropieza mi hombro. Lo hizo a propósito.

Juro que terminare golpeándola.

Seré breve. ¡Ganamos! Y por supuesto, el grupo de arpías hizo un reproche muy infantil, teniendo como escusa que habíamos hecho trampa y la habíamos golpeado en el transcurso del juego. Pues tienen algo de razón, no hicimos trampa, pero si aproveche la ocasión para darle unos empujones y golpes a Michelle. Era mi mejor oportunidad. La profesora de educación física me cae tan bien, ella también parecía odiar el drama que siempre llevaban a donde llegaban y rechazo su reclamo, diciéndoles que ella no notó nada irregular.

—Buen juego, Lerman. —Dice James, cuando estamos por entrar a los vestidores, le doy una pequeña sonrisa y el da un guiño de ojo; por lo que yo ruedo los ojos y el sonríe, es tan tonto a veces.

Cuando salimos del instituto fuimos a la cafetería por algo para almorzar. Hoy en la academia tendríamos defensa personal, es mi materia favorita, pero es inevitable salir con algún moretón de aquel lugar sabiendo que tienes a los mejores profesores en la materia.

Cuando llegamos la primera que nos espera es Natalia. ¿Qué no tiene nada más que hacer?

—Lerman —Saluda, yo le respondo con un asentimiento con la cabeza.

Dejamos nuestros bolsos a un lado y formamos una fila, Natalia camina frente a nosotros checando que todo con vaya bien, incluido nuestro uniforme y esquipo de seguridad.

The AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora