—Corre, corre... —Es lo que escuchaba por el audífono en mi oreja.
Había perdido a Daniela y eso me tiene casi al borde de la histeria. Se que alguno de esos matones viene detrás de mi, y no tengo mas que correr y correr como me lo ordenan desde la academia.
No se donde estamos, de lo que si estoy segura es que nos han traicionado; hay un jodido traidor dentro de la academia y eso tiene a Natalia con los pelos de punta.
—Sigue moviéndote, Alaía. Encontraremos la forma de sacarte de allí. —Dice al otro lado del audífono, esta preocupada, su voz la delata; pero si ella lo esta imaginen como me encuentro yo, que estoy atrapada en un puto edificio en algún lugar de Paris con unos cincuenta matones detrás de mi... y de mis amigas. Cuando el recuerdo vuelve a mi cabeza de nuevo el miedo se filtra en mi sistema, no he podido encontrar a Daniela ni a Ariadna.
— ¿Saben algo de las chicas? —Susurro, evitando que alguien me escuche.
—Nada aun. —Escucho la voz de Natalia al otro lado y no puedo evitar cerrar los ojos con fuerza.
Todo comenzó como una misión encubierto, mi grupo y yo debíamos hacernos pasar por negociadoras con un grupo de empresarios que utilizan sus empresas para pasar drogas, trata de jóvenes y un sin fin de delitos graves. No teníamos pruebas en su contra y a eso veníamos, pero todo se salió de control; al parecer hay un soplón. Un segundo más y las tres estuviésemos muertas.
¿Cómo logramos salir? Pues por un plan elaborado por Daniela. Nos habían atado a las tres en unas sillas; quedábamos de espalda a la otra, solo estaban esperando a su jefe para aniquilarnos, pero los idiotas no se percataron que nos podíamos desatarnos una a la otra, así fue como pudimos escapar de una muerte segura. No estamos del todo salvadas, aun seguimos en el edificio al que nos trajeron y lo peor, no encuentro a mis amigas. No desde que nos separamos para despistar a los matones que nos seguían.
Lo que mas me preocupa de todo es el hecho de que Daniela esta muy golpeada. Fue la más golpeada de todas cuando nos descubrieron.
Camino por los pasillos de uno de los últimos pisos del edificio cuando escucho a dos hombres hablando, me detengo en seco y hago de mis pasos no resuenen tanto en el piso; me asomo un poco y veo a dos hombres hablando por las radios.
Mierda, son muy fuertes.
Veo que uno se va al lado contrario de donde estoy y el otro camina en mi dirección, por lo que pienso rápido y cuando llega a mi le propino una patada frontal; en esta patada levanto la rodilla para agregarle poder a esta y luego patear con la planta del pie hacia el pecho. Cae al piso y no desarmo de inmediato, no antes de estallar la cacha de la pistola en su cabeza hasta verlo inerte.
Camino hacia delante en busca del otro sujeto que se marcho minutos antes, ahora que estoy armada me siento un poco mas confiada. Un poco. Llevo el arma al frente, lista para disparar y cuando localizo al otro hombre, disparo a su pecho sin piedad alguna.
Es su vida o la mía
Tomo su arma y la coloco en la parte trasera, entre mi espalda y los vaqueros que llevo. También tomo su radio, así sabré si sus amigos encuentran a una de las chicas.
En esta misión, para ocultar un poco nuestra identidad hemos usado maquillaje fuerte y pelucas, ahora mismo agradezco haber hecho eso, si salimos vivas de esto estas personas nos buscaran por todo el planeta.
Bajo dos pisos por las escaleras y si no fuera porque tengo buenos reflejos hubiese matado a Ariadna, esta aparece frente a mi cuando voy bajando los últimos escalones y ella se disponía a subirlos.
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The Academy
Teen FictionAlaía Lerman es la hija de un ex agente de la interpol, uno de los mejores en su época. Ella, una chica que cumple con todas las ordenes de su padre, con excelentes notas y destinada a estudiar en una de las mejores universidades del estado. Pero la...