Estaba confundida ¿A que vino ese beso? ¿Por qué lo hizo? ¿Acaso piensa que no volveré?
No dijo nada.
¡Nada!
Solo se aparto de mí y salió de mi departamento como si de eso dependiese su vida. No me moleste en buscarlo, pero si me dejo mucho que pensar ya que no dormí ni un solo segundo la noche de ayer. Hoy, que necesito estar atenta y observando todo estoy realmente cansada.
Ya hemos abordado el avión y vamos camino al internado. Esta en otro estado, al norte del país, casi dos horas de viaje, llevamos el equipo necesario para comunicarnos con la base centrar de la academia, por supuesto todo va camuflado como por ejemplo: Los micrófonos son sarcillos o aretes, las cámaras son cadenas o añillos. Son dos horas de viaje así que me permito dormir un poco.
—Hemos llegado —Susurra Daniela a mi lado. Íbamos en primera clase así que lo del equipaje resulta ser muy rápido.
Un hombre nos espera con un letrero con nuestros nombres, nos conduce a una limosina muy elegante, algo que asombra a Ariadna.
—Recuerden que son chicas de dinero. —Nos hablan por los audífonos en nuestros oídos.
Daniela le da una mirada dura a Ariadna sin que el hombre que nos conduce pueda notarlo y la reprende. Aquí una equivocación puede joder todo la misión. Daniela, por ser la mayor es la jefa de la operación.
Por tierra tardamos una hora para llegar, la carretera se hizo larga pero el mar a sus pies distrajo mis pensamientos... y su beso.
Cuando el lujoso auto se detiene frente a una gran mansión, de verdad una gran mansión, todas nos quedamos mirando lo lujosa que se ve, desde afuera se le pueden ver sus lejos. Ahora entiendo porque la gente adinerada envía a sus hijas aquí.
Frente a esta, unas sesenta chicas acomodadas metódicamente nos dan la bienvenida, en el medio de estas, se encuentra el director, lo puedo reconocer por las fotos que nos facilitaron, también hay unos que otros profesores.
—Por favor, señoritas. Permítanme llevarles su equipaje, ustedes preséntense al grupo que las espera. —Dice el hombre que nos ha traído, todas asentimos y se encaminan. Este hombre no estaba en los documentos que nos facilitaron, así que con mucho cuidado y sin que el lo note decido tomar una imagen completa de el con mi cámara—collar y se las envió a la gente de la academia.
—Muy bien hecho, Lerman —Escucho decir por mi audífono a Natalia.
Camino de nuevo junto a las chicas y las alcanzo antes de que lleguen ante el director, no sin antes observarlo todo.
Todo.
—Bienvenidas, hermosas señoritas —Dice el maldito morboso. Lo miro con el ceño fruncido y cuando Daniela extiende su mano para presentársele este la toma y besa la parte superior de esta, Daniela sonríe —Aparentemente — encantada.
—Ellas son mis compañeras —Dice Daniela —Ariadna, Lara, Francis, Alaía y mi persona, Daniela.
—Oh, si. Leí muy bien sus expedientes. Hijas de un magnate millonario y todas adoptadas. —Dice, su sonrisa parece la del ridículo gato de Alicia en el país de las maravillas. En la academia, se encargaron de hacernos documentos falsos, cambiaron todo, nuestras familias y de donde venimos.
Observo a las chicas mas cercanas a el, ya que estas llaman mi atención, se ven cansadas, sus ojeras lo demuestran, se les ve asustada y sus ojos suplican ayuda. Las primeras cuatro se ven muy afectadas al ser rosadas por sus manos cuando las mueve de una forma exagerada.
ESTÁS LEYENDO
The Academy
Teen FictionAlaía Lerman es la hija de un ex agente de la interpol, uno de los mejores en su época. Ella, una chica que cumple con todas las ordenes de su padre, con excelentes notas y destinada a estudiar en una de las mejores universidades del estado. Pero la...