Capítulo XIII

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Estaba jodidamente adolorida, no me podía levantar de mi cama gracias a los golpes que había recibido apenas hace veinticuatro horas, los moretones en mi cuerpo eran espantosos y un hermoso golpe de color verde oscuro adornaba mi rostro. Me habían dado un día de descanso por la misión que acabamos de cumplir, los medicamentos y pomadas que me habían recomendado no me funcionaban para nada.

¡Era horrible!

Lo bueno era que no debía asistir hoy a clases. Pase toda la tarde acostada y auto medicándome, creo que me había pasado de la dosis diaria, pero joder, el dolor no se iba. Por la tarde decidí salir a trotar, eso ayudaría a mis adoloridos músculos. Necesitaba paz, así que decidí trotar por el sendero que conduce al bosque; la brisa golpeaba mi rostro y era... relajante de alguna manera, trotando, no sentía dolor pero eso no me quitaba los moretones en mi cara y cuerpo. Estando aquí recordé uno de los primeros días, cuando perdí mi cámara. Salí del sendero perdida en mis pensamientos y fui al lugar exacto donde recuerdo que mi cámara quedo tirada, pero nada, no esta; hasta donde se, nadie visita este lugar... hasta donde se.

Dejo de trotar y camino para buscarla con más calma, pero aun así, no encuentro nada. Supongo que debo darla por perdida; lo peor, es que no tenia copia de las fotos que allí tenia. Camine sin rumbo alguno entre los arboles sabiendo que si esa cosa que me persiguió la ultima vez que estuve aquí lo volvía hacer, podía trepar nuevamente el gran muro de piedras. Llegue a una cascada... joder, era lo mas hermoso que había visto en mi vida. No podía creer que esas personas de la academia prefirieran estar metidas en un gimnasio a venir a trotar acá y encontrarse con esto, me gustaba ir al gimnasio, pero trotar es lo mío. Sentía ganas de meterme al agua, no estaba tan fría como pensaba, pero la noche estaba cayendo y debía regresar. No quería llevarme una sorpresa como la última vez.

Estaba sudada y mi respiración era un poco irregular cuando llegue a mi piso, el ascensor se tardaba un poco mas de lo normal y hoy decidí tomar las escaleras. Al alzar la mirada, mi respiración se atasco cuando lo vi, James Müller   espera el ascensor, va vestido informar y una chica lo acompaña, la chica de siempre con lo que lo he visto varias veces y puedo casi asegurar que salen o es su novia.

Y no me importa.

Paso a su lado y lo saludo con un simple asentimiento de cabeza, el me saluda de igual manera. Abrí la puerta de mi departamento y antes de entrar, le di una ultima mirada para darme cuenta que el me miraba de vuelta. ¿Ven? Es lento el puto ascensor.

Tengo hambre, pero no quiero salir por nada para cenar, lo peor es que tampoco tengo comida para preparar, debo hacer mercado. Decido llamar a Daniela, pero su respuesta no me ayudo en nada.

**Estoy cenando con Rafael**

Al parecer ya eran novios o algo así me había contado, no le preste atención porque nunca lo hago cuando la conversación tiene que ver con amor y relaciones. Ruedo los ojos al cielo y tranco la llamada de inmediato para tomar un baño, enfundarme en unos vaqueros, una camiseta blanca y converse. Aquí habían grupos de personas que te daban una mala mirada por vestirte de esta forma, pero ya se imaginaran la clase de personas que son, por eso lo hago y porque me gusta, por supuesto.

Tomo mi camioneta Chevrolet Captiva Sport 2011, si, ya tengo auto me lo habían enviado mientras estaba en ese horroroso internado. Aquí no podías tener autos de lujo por muy adinerado que fueses, la academia o el instituto solo permitía algunas marcas y modelos para mantener el «equilibrio estudiantil» que nadie tuviese mejores cosas que otros. Mi padre había elegido el auto para mí. Salgo del estacionamiento y me dirijo a algún lugar donde vendan comida, Bruno me había recomendado algunos restaurantes, pero se notaba que eran para gente estirada, como el. Por dios, no puedo creer que este haciéndole criticas a mi hermano. Decido ir a un lugar que vi en el camino, es sencillo y gracias a su autoservicio no debía bajarme. Pedí una ensalada con trozos de pollo, amo las ensaladas de todo tipo.

The AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora