Capítulo IX

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No era por aparentar, pero era una de las mejores de mi grupo y eso había que celebrarlo. Mis heridas estaban curadas y sin cicatrices. Había pasado una semana desde aquella prueba, Ariadna había logrado salir del bosque por la madrugada y fue trasladada a su departamento de inmediato. Por otra parte fui regañada por Natalia, un buen regaño de su parte, ya que según ella, no debía ayudar a Daniela. Por eso mismo debía quedarme a limpiar su oficina cada tarde por una semana, mi hermano Bruno no pudo hacer nada para levantar el castigo.

—El sábado habrá otra fiesta en el muelle y por nada en el mundo debes perdértela. —Dice Daniela cuando vamos saliendo de nuestro edificio para tomar el auto bus que nos lleva a la academia.

Frunzo los labios al escuchar su propuesta, desde que empecé a tener antecedentes por ir a fiestas y participar en vandalismo, había dejado de asistir, me lo propuse a mí misma. No quería hacerle daño a mi madre, porque lo que pensara mi padre para ese tiempo a mi no me importaba.

—¿Iras a la fiesta? — Pregunta James a mi lado, cuando ya hemos llegado a la academia.

—No creo, no disfruto mucho ir a fiestas —Digo y él me observa frunciendo el ceño — Es de un tiempo para acá —Agrego, no quiero tener que hablar sobre nuestra historia del pasado. Es solo eso, el pasado.

Después de clases o en horas libres nos reunimos en una mesa de la gran cafetería. He hecho algunos amigos, entre ellos y los más frecuentes son: Daniela, Ariadna, James, Rafael, Lucas, Mateo y mi persona. Mis amigas y yo nos hemos ganado el odio de algunas chicas en la academia solo por sentarnos con ellos, pero además de vivir en el mismo piso fui a los primeros que conocí, y según lo que ellos dicen también les paso lo mismo. No puedes explicarles eso a las chicas celosas, tampoco les puedes explicar que simplemente somos amigos, porque nunca te creerían.

Los chico hablan de lo increíble que será la fiesta que se aproxima, todo el mundo habla de eso, le pasas por el lado a alguien en esta academia y está hablando de eso. Pero yo solo observo hacia un punto cualquiera sumergida en mis pensamientos.

—¿Tienes hambre? —Escucho la voz de Mateo a mi lado. Lo miro confundida.

—¿Por qué me preguntas eso? —Digo.

—Oh, bueno porque tienes la vista fija en el mostrador de la comida —Dice, no me había dado cuenta de eso hasta ahora.

Sonrió porque no lo puedo evitar

—No, cuando estoy pensativa suelo mirar hacia algún lugar fijamente.

—Bueno. Me gusta esto de saber más sobre ti. —Dice. Ambos nos quedamos mirando fijamente al otro, con los brazos cruzados sobre la mesa y una sonrisa lasciva sobre los labios. Cualquiera diría que estamos coqueteando pero hace mucho tiempo que no hago eso, tanto que había olvidado que se hacía de esta forma. Lo observo de esta manera detallando cada uno de sus rasgos, hasta donde sé, es italiano, sus ojos son de un verde único, al menos para mí porque nunca he visto otros igual, sabe cuidar su cuerpo , tiene cejas pobladas igual que James, y sus labios son una tentación para cualquiera. ¿Se han dado cuenta que compare sus cejas con las de James? Joder, siempre sucede así, aunque no lo quiera, ya no siento nada por él, pero eso no impide que lo compare con algunos chicos

—Entonces; ¿Ustedes que dicen? —Escuchamos la voz de Ariadna que me hace salir de mis pensamientos y también hace que deje de mirar a Mateo.

—¿De qué? —Digo y mi amiga frunce el ceño divertida.

—Que si nos iremos juntos a la fiesta.

—Dije que no iré. —Respondo de inmediato y Daniela rueda los ojos.

The AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora