Alaía Lerman:
—Se le entrega la medalla de plata al agente James Muller, por su entrega con esta Academia y su heroísmo en cada misión. —Me levante para aplaudirle, mi novio es premiado con el mayor honor que se entrega en esta institución.
La medalla se la entrega mi padre, quien fue jubilado hace algunos meses pero no ha dejado de venir a este lugar. Después del gran trabajo y la investigación que hizo James y un grupo de agentes se pudo desmantelar una enorme organización de trata de blancas. Mi chico de ojos grises ahora es uno de los mejores agentes que hay en esta organización. Para mi hermano Bruno es como su mano derecha y pide su opinión para cualquier cosa.
Cada uno ha de nosotros ha tomado el camino que siempre ha querido. Por ejemplo, mi hermano Adolfo se mudo a Inglaterra definitivamente, las empresas de mi padre en Venezuela fueron vendidas y el ha montado varias empresas aquí con las que le ha ido de lo mejor. Se graduó de abogado como quería y abandono La Academia por completo.
Mi hermano Bruno sigue como gerente general de la institución y, aunque pensé que sentía algo por esa chica del FBI y que probablemente terminaría con ella, no fue así. Debido a la situación de nuestro país, mi vieja amiga Gabriela emigro a Inglaterra buscando una mejor oportunidad, para mi sorpresa empezaron a salir y ahora están juntos. Al parece, ellos habían tenido un romance en Venezuela, que termino cuando mi hermano salió del país.
Mis padres están juntos, y sanos, gracias al cielo. Ellos ahora se dedican a viajar y como dice mi madre "conocer nuevas culturas"
Yo, por otra parte, soy una agente especial. Al estar en el nivel más alto solo me llaman para misiones especiales, pero con más peso y peligrosas. Hasta ahora todo ha salido bien, en otras, solo dirijo a las chicas por los audífonos en sus oídos. Soy su guía, una líder en la que confían.
—Quiero ser cada día mejor por ti, niña. —Escucharlo llamarme de esa forma, la misma que utilizo cuando tuvimos una conversación concreta por primera vez cuando lo conocimos me hizo reír.
—Tu niña está a punto de superarte —arrugo la nariz recibiendo su abrazo, lo miro a los ojos mientras le hablo —. Estoy segura que pronto ganare ese premio. —Suelta una carcajada ronca y deja un beso suave en mis labios.
—Eso no lo dudo. —Susurra en mis labios.
En La Academia han cambiado algunas reglas, como esa que les impide a los alumnos tener algún noviazgo dentro de esta. Ahora, nos podemos besar donde queramos y sin ocultarnos. En sus brazos todo era mejor, la tranquilidad me invade el cuerpo por completo, sus labios me transportaban a un lugar mejor y el... James es mi felicidad.
—Por favor, ya dejen de babearse tanto, mejor vayamos a la sede, al parecer ya podemos proceder con la misión que tenemos pendiente. —Pide Bruno, fingiendo molestia. Y restándole importancia mientras acomoda la manga de su traje negro. Es un engreído. James sonríe dejando un beso en mi sien.
(...)
Nuestros trajes antibalas – que consiste en un pantalón negro, chaqueta manga larga de cuero y botas del mismo color-están bien ajustados. Las armas a los costados de nuestros muslos están cargadas y listas para ser usadas de ser necesario. Observo el perímetro una vez más por los binoculares y veo a esas mujeres moverse. Estamos en una de las azoteas de los edificios de la cuidad, pues hoy nuestra misión es atrapar a un grupo de mujeres que han robado más de quince bancos en todo el país y son tan hábiles y escurridizas que ninguna unidad policiaca ha podido atraparlas y por eso se nos fue asignado el caso.
Estoy en un piso de al menos un metro por encima de las cuatro chicas que me esperan en la azotea preparadas. Cuando me lanzo de este para caer junto a las chicas paso informes a las personas en La Academia que nos guían. Entre ellos James.
—Se están moviendo. —Informo por el auricular en mi oído. Me coloco al borde del edificio para tener una mejor vista de las mujeres.
—Bien, bajaran por ellas cuando se les indique, esperaremos que salgan del banco para no poner en peligro a ningún civil. Le harán una emboscada. Tendrán refuerzos si lo necesitan.
—Bien. Entendido. —Informo por el auricular—. Las emboscaremos. —Les informo a las cuatro agentes detrás de mí.
—Están entrando. Muévanse ya, ¡Ya! —indican por el auricular. Les hago una señal a las chicas para empezar a bajar por las cuerdas desplegadas por todo el edificio, cuando estoy a punto de hacerlo, lo escucho a él —. Suerte, te amo, niña. Ve y sé la mejor. —Sonrió sin poder evitarlo y bajo lo más rápido que puedo junto a las chicas.
...
Fin.

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The Academy
Teen FictionAlaía Lerman es la hija de un ex agente de la interpol, uno de los mejores en su época. Ella, una chica que cumple con todas las ordenes de su padre, con excelentes notas y destinada a estudiar en una de las mejores universidades del estado. Pero la...