CAPÍTULO 7: "¿Me compras un libro? Y la pura verdad"

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POV SCARLETT

Viernes. Al fin es viernes, señoras y señores. No me puedo sentir mejor. No solo por el hecho de que no tenga que levantarme temprano ni nada de eso, si no porque estuve hablando con mi mamá, y ella me permitió, de lo más bien, tengo que agregar, salir a bailar con mis amigas. Y eso si que se lo agradezco porque tenía demasiadas ganas de salir.

Con mucha suerte, pude terminar de vestirme media hora antes de la hora de entrada de mi escuela. En mi vida me había sobrado tanto tiempo, así que decidí pasar por una librería antes de llegar a la escuela, ya que mi prima de Australia me recomendó que lea Hush Hush. Me contó de que se trataba el libro, y me gustó, así que decidí leerlo.

¿Pero saben que es lo que más me gusta? Que este libro lo compraré con mi dinero. No le he pedido ni un centavo a mi madre y juro que es sumamente gratificante no depender de ella. Ser independiente, se sabe que es una de las mejores cosas para un adolescente. Y más para una adolescente como yo.

Cuando me subí al ascensor, no pude evitar recordar todo lo que pasó aquí, ayer, entre Charles y yo. Juro que aún puedo sentir sus labios sobre los míos. Y sé, por experiencia, que no estaba dándome respiración boca a boca. Y el mismo me lo confirmó al haberse puesto tan nervioso. Soy media alborotada, pero no se me pierde ni un detalle. Entonces sí, el me besó.

En mi interior me dije que tendría que molestarlo con ello, pero mi yo más consciente, me dijo que no tenía que decir nada si quería que todas esas discusiones y demás se terminen con Charles. A decir verdad, no quiero volver a repetir la escena de la cocina de nuevo. No quiero volver a manchar mi cabello con nada que sea pegajoso o dulce.

Cuando ya me había decidido dejar de pensar en Charles, o en cualquier cosa que tenga que ver con él, como obra del destino, vuelvo cruzármelo en el estacionamiento, de la misma manera en que me lo crucé la primera vez.

Literalmente, está devorándose la boca de esa chica, que tiene la falda más corta que he visto en mi vida, juro el color de su tanga lo veo hasta acá: azul. Pero eso no fue lo que más asco me dio. Si no, el hecho de que Charles está manoseándola visiblemente. Le toca el trasero, los pechos, y la atrae hacia él desde la cintura.

Como si hubiera sabido que yo lo estaba mirando, sus ojos se encuentran con los míos, pero el aún no se ha separado de la chica. Pongo mis ojos en blanco y desactivo la alarma de mi auto con la llave.

Charles se separa bruscamente de la chica, dejándola con los ojos como platos, sorprendida. El se lleva una mano a la cadera y otra a la boca. Me mira y frunce un poco el ceño. Lo que me hace reír un poco por lo bajo. No me ha movido ni un pelo el hecho de que él estuviera en esa escena con otra chica. Diferente de la otra de una semana atrás.

- Deberás irte a la escuela sola, Letty. Yo no puedo llevarte. - le espeta Charles, sin si quiera mirarla, tecleando algo en su celular.

Ella lo observa con la mandíbula por el piso y los ojos bien abiertos. Se lleva una mano a la cintura y se pone en pose: "Tú no me vas a hacer esto, Thomas Conner. No a mí" Que es, seguramente, lo que todas piensan cuando Charles las manda a la mierda.

- Mi nombre no es Letty. Es Steffy. - Le corrige ella con un tono brusco.

Juro que hasta acá, dentro de mi auto, puedo ver como el pone los ojos en blanco. Y es que, tengo la suerte de que el carro de Charles esté justo estacionado en frente del mío. No sé por qué no enciendo el motor y me voy de aquí, ni me interesa su discusión, tendré miles de escenas así en el departamento. Pero la verdad, la verdad, es que quiero ver como otra de las víctimas de Conner termina hecha mierda.

Tendría que empezar a anotar todos los nombres de las chicas a las que el simplemente utilizó. No me alcanzaría la vida para anotarlos todos, pero de algo me servirá en el futuro.

El nieto de la Sra. Robertson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora