CAPÍTULO 30: "Las zanahorias más sexys del mundo"

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P O V    S C A R L E T T

Miré a mis cómplices, ellas rieron por lo bajo, pero rápidamente a ver mi expresión seria, se enderezaron y clavaron su mirada en nuestro rehén.

--- ¿Todo listo? -- les pregunté a mis amigas. 

Nina y Jannet asintieron y apagaron la luz de la habitación en la que nos encontrábamos, se sentaron en las sillas que estaban a mis costados y cuando le hice una ceña con la mano a Kylie, esta encendió una lámpara y apuntó al rostro de James como le había dicho hace unos minutos atrás. 

Miré fijamente al idiota de James West y apoyé mis codos en mis rodillas al mismo tiempo que me inclinaba hacia adelante y clavaba mis ojos en los suyos. Antes de empezar con mi interrogatorio, les contaré el por qué de esta situación.

Hoy a la mañana, con las chicas fuimos a la peluquería porque Luke le había regalado a Kylie unos bonos gratis o algo así. Cuando llegamos a la supuesta "peluquería" en realidad era una pequeña casa que estaba a punto de caerse abajo. Cuando entramos, unas señoras (que por cierto no parecían muy señoras que digamos) nos atendieron. Digo que no parecían muy señoras por el hecho de que tenían brazos gigantes, barbillas demasiado cuadradas y espaldas enormes. Y la señora que me atendió a mi, tenía algo que se me hacía muy familiar: sus ojos. Eran de un color celeste tan conocidos para mí, que si no hubiera sido por esa pose femenina que tenía en ese momento los hubiera reconocido.

Las señoras (que eran cuatro) nos atendieron como reinas. Todo estaba bien hasta que una de ellas nos dijo que antes de irnos querían hacernos un baño de crema. Nosotras encantadas aceptamos. Literalmente nos obligaron a cerrar los ojos, y cuando ya supuestamente habían acabado, nos lavaron el cabello y nos dejaron en frente del espejo para admirar su obra de arte. 

Kylie casi se desmaya, Nina empezó a gritar con todas sus fuerzas, Jannet estuvo a dos segundos de arrancarle la cabeza a las mujeres, y yo lo primero que hice cuando me di cuenta que el cabello de todas estaba de color naranja chillón, fue tirarme encima de la mujer de ojos celestes. ¿Saben qué pasó en ese momento? Le arranqué la cabeza. Literalmente, ya que su peluca color amarilla salió volando por la habitación. En ese momento me di cuenta de quien era: Charles. 

Todos las demás supuestas "señoras" comenzaron a reírse a carcajadas, unas carcajadas nada femeninas. Miré a Charles con desprecio, el no paraba de reír, me miré en el espejo y acaricié mi cabello con nostalgia, ya que su hermoso color marrón había desaparecido, y ahora parecía que una zanahoria había vomitado en mi cabeza. 

La furia empezó a crecer en mi. Me di vuelta lentamente hacia los cuatro idiotas disfrazados de mujeres, ellos dejaron de reír al ver que estaba a dos segundos de arrancarles la cabeza. La que me parecía Peter, carraspeó y soltó una risita nerviosa.

--- Vamos, Scar. -- dijo la de cabello pelirrojo, y confirmé que era Peter por su voz --. Fue solo una broma.-- se excusó.

Negué lentamente con la cabeza mientras suspiraba. convertirme en una zanahoria, definitivamente no era una broma. Pudieron haber hecho cualquier otra cosa, pero con el cabello de una mujer, no es buena idea meterse. Y definitivamente, la pagarán muy caro.

Clavé mi mirada fulminante en los idiotas que tenía en frente.

--- Los voy a matar. -- dije.

No perdieron ni un segundo para salir corriendo de su supuesta peluquería. Todas nos apresuramos a salir corriendo también del lugar, no vaya a ser de que el techo de cayera en nuestras cabezas. Perseguimos a los chicos por dos calles, todos nos miraban entre divertidos y extrañados, además de confundidos. Estuvimos a punto de atraparlos, hasta que se subieron a una camioneta, la cual conducía James. 

El nieto de la Sra. Robertson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora