CAPÍTULO 35: "Feliz cumpleaños" #1

863 57 4
                                    

SCARLETT

--- El café con leche, es como el café pero con leche, porque está hecho con café, con leche, y sabe a café con leche. -- hice una mueca rara ante mi tan estúpida explicación, pero me hizo sentir mejor el hecho de que escuché como él reía a través de la línea.

--- Pero que gran explicación -- dijo irónico, y sabía que había puesto los ojos en blanco --.No importa lo que digas, el café negro siempre va a ser mucho mejor, Scar. -- dijo Charles. Bufé y giré en mi cama con el celular pegado a la oreja.

--- Pero el café solo es aburrido, Charles... -- me quejé -- Tienes que probar otra en cosa en tu vida, ¿No te parece? -- usé un tono pícaro con esa última pregunta. Juro que pude sentir su sonrisa atravesar el celular, sonreí mordiéndome el labio.

--- Aún así el café negro me seguirá gustando mucho más.-- me dijo y puse los ojos en blanco.

Hace unas dos horas que estamos hablando por teléfono, y la verdad es que no tengo idea de que hora es, pero es imposible aburrirse con Charles. Empezamos hablando de un tema, y luego de ese otro, y otro hasta que le pregunté como le gustaba el café por la mañana. Me dijo que siempre lo bebía negro, sin azúcar, sin nada. Lo cuál me pareció aburrido y algo extraño, y desde hace unos veinte minutos que estoy intentando que acepte a probar otro tipo de café. No lo he logrado, por supuesto.

--- Cómo quieras. -- respondí cortante, estuve a punto de cruzarme de brazos, hasta que escuché su risa por el teléfono. Era una risa alegre, llena de vida y de felicidad, me sentí bien conmigo misma en ese momento por tener el privilegio de escucharlo reír de esa manera. Sonreí a pesar de que no quería hacerlo.

--- ¿Por qué te enojas? Si igual vamos a casarnos. -- dijo con una pizca de verdad y una pizca de humor. Reí un poco por lo bajo. 

Me moví nuevamente la cama, sin poder encontrar una posición cómoda para seguir hablando con él. Al final, decidí quedarme tirada mirando al techo. Esta mañana Pía, Francisco y Félix se han mudado a un departamento cerca de aquí. Me dijeron que pasarían de visita de vez en cuando, y sé perfectamente que no será así. 

--- Te estás adelantando demasiado, Charles. -- le dije divertida. -- Pero, ¿En serio te imaginas casado, con hijos, un trabajo y esas cosas? 

--- La verdad, la verdad... -- dudó -- No. Bueno, quizás sí. Pero no. --- reímos al mismo tiempo --. Dentro de unos años me imagino viendo series de televisión, comiendo y haciendo nada. Y si llegara a casarme, cosa que no veo nada posible porque, ¿Quién me soportaría tanto tiempo?, seguramente me gustaría casarme con la réplica de Megan Fox.

No pude evitar reírme por sus palabras. Cuando quería, era muy divertido. Pero no ese tipo de divertido que tiene que lastimar a la gente con sus palabras para hacer reír a otros, si no ese humor natural, que aunque sea algo idiota, te hace reír al fin y al cabo.

---¿Siempre eres así de idiota? -- pregunté divertida y con una sonrisa en mis labios.

--- No, a veces soy más. -- me mordí el labio, negando con la cabeza --. Pero aún así me quieres...

--- Si... 

--- ¿Si? -- preguntó -- ¿Si me quieres?

Me quedé en shock por la pregunta, sin saber que responder o cómo si quiera reaccionar a aquello. Tragué saliva, mi boca estaba seca y no encontraba el valor para formular un simple "si". Pero en vez de decir algo, simplemente asentí con la cabeza lentamente, a pesar de que él no podía verme. 

Nos quedamos en silencio otros segundos más, y lo único que se escuchaba eran nuestras respiraciones tranquilas a través del micrófono. Sin saber que más hacer, alejé el celular de mi oreja y la pantalla se encendió. Cerré los ojos con una sonrisa por la hora que era. No podía creer todo el tiempo que estuvimos conversando.

El nieto de la Sra. Robertson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora