CAPÍTULO 5: "Cameron"

1.1K 72 1
                                    

No sé que es peor, y hasta ahora no considero que me hayan pasado cosas demasiado malas a lo largo de mi corta vida. Pero, el hecho de trabajar para un idiota, mujeriego, atractivo y molesto chico y su adorable abuela está yendo como el puesto número tres, y creo que a medida que van pasando los días va sumando más puntos como para ganarse el primer puesto.

Pero no solo es el hecho de trabajar para Charles, lo que lo hace aún peor, y suma en total treinta razones para renunciar, el simple hecho de que mi querido "jefe" es el primo de mi ex novio. Charles Thomas Conner es el primo de Cameron Trent, el chico del cual sigo enamorada, y el chico que me rompió el corazón.

No fue el mejor día. La verdad es que ni cerca estuvo de serlo, y creo que ya me estoy acostumbrando a la actitud insoportable y creída de Charles pero... Todo tiene su límite, y lastimosamente el lo ha cruzado. Y no solo el lo ha cruzado.

Muy pocas veces lloré en mi vida. Y odio el hecho de que una de esas pocas veces las haya presenciado Charles.

Yo estaba terminando de lavar los platos en la cocina, y cuando por fin lo hice y tenía todos mis dedos arrugados, los sequé y los guarde. Como Charles me había pedido que le hiciera un licuado de frutilla ya tenía toda el jugo hecho dentro de la licuadora. Y no sé como, ni porque razón Charles se acercó a la cocina.

Yo estaba parada en frente de la licuadora, a punto de servirle el jugo, cuando de la nada el simplemente presiona el botón de encendido. Pero ese no fue el problema. No me hubiera molestado que encendiera la licuadora con el jugo dentro si esta no hubiera estado enchufada, y sin tapa, claro. Y como el mundo siempre conspira en contra de mí, claro que aparte de que toda la cocina terminara manchada de licuado de frutilla, yo también terminé cubierta de él. Cada parte de mí. Mis piernas, cabello, pecho, rostro y torso.

Creo que el enojo hubiera sido menos si no hubiera escuchado las carcajadas de Charles a mi lado. El también se ensució, pero la que se llevó la peor parte fui yo. Y no solo eso, sino de que aparte de tener que limpiarme a mí misma, tendría que limpiar toda la cocina. De nuevo.

Traté de respirar para calmarme. Inhalar y exhalar, incluso conté hasta diez. Pero como siempre me pasaba, contar hasta diez de lo único que me sirvió fue para enojarme un ochenta por ciento más de lo que ya estaba.

Me volví hacia Charles, dispuesta a insultarlo de las puntas de sus dedos del pie hasta su último cabello.

- ¡¿Por qué has hecho eso?! ¡¿Estás loco?! - ni si quiera se detuvo para mirarme, ni responderme nada, simplemente se siguió riendo a carcajada limpia, lo que hizo que me enfurezca aún más. - ¡Te odio! ¡Eres simplemente insoportable, Charles!

Tanto re reía de mí y de lo que acababa de hacer que ya estaba agarrándose el estomago, y la mitad de su cuerpo estaba recostado por la barra de mármol que, hace menos de dos segundos estaba reluciente.

- Lo lamento... es que... me... me gusta cuando te enojas. - su risa a penas si lo dejaba hablar.

¿Lo había escuchado bien? Este imbécil, claramente había dicho que "le gusta cuando me enojo", no sé como tomármelo, así que es mejor que me lo tome como un cumplido y no como un insulto, aunque no suena para nada como un insulto, pero no sé que esperar de Charles. Aunque no quiera admitirlo, ¿Por qué solo "le gusto cuando me enojo"? me gustaría gustarle todo el tiempo, de todas las maneras, no solo enojada.

¡¿QUÉ?! No, no, claro que no. Yo no pensé eso. Es decir, claro que Charles es atractivo y todo, pero por supuesto que no es mi tipo. Aunque convengamos que no sé si tengo un tipo de persona, pero ustedes entienden. No me tengo que preocupar por si le gusto o no a Charles, así sea despierta, enojada, dormida o enferma, no me tiene que importar si le gusto o no.

El nieto de la Sra. Robertson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora