•21- Parte 1•

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-...y, podrías venir con nosotros. No es mala idea, ¿No?

-Justin, es viernes. Se supone que es viernes de chicos y, según mi cuerpo y mi mama, no soy chico.-murmure, respondiendo el mensaje de Kylie por el móvil de Kendall.-Además, te dije que hoy tengo la cit...Oh, ya entiendo. Es su plan, ¿No? Que no vaya.

-¿Que? No.

-Juuuuuustin- alargue la palabra, dejando el móvil de Kendall en el sofá y caminando por toda la habitación.-Es mejor que vaya y termine todo esto rápido. Y, como si fuera poco, hasta que no arregle las cosas con el, mama no me dejara tranquila.

-Vale, vale. Comprendo. Pero si te molesta, o hace algo que no te gusta, lo mínimo Kirstie Jenner nos llamas y estaremos allá todos para gritarle o golpearle. Depende.

-Gracias, guapo, pero creo que necesito arreglar esto yo solita.

Termine de hablar con Justin, tire mi teléfono por algún lugar de la cama y corrí hacia mi armario. Tengo dos horas antes de que Nathan venga por mi.

Quise no preocuparme por mi atuendo, y demostrarle que el no me importa, que era capaz de salir hasta con una sudadera y unos shorts, si era con el.

Pero, ¡Joder! Ahora me arrepiento. Dos horas. ¡Dos horas! Sólo eso para cambiarme. Moví toda la ropa en mi armario, buscando que ponerme. Tire uno que otro vestido a la cama, descartandolo en segundos.

Me senté en el suelo, y reprimí las ganas de sólo quitarme todo e ir en ropa interior. Estaba tan cansada, que las lágrimas salieron de mis ojos en cuestión de minutos.

-Cameron quiere que...-Kendall, entro riéndose a mi habitación, alzando la mirada y parando de golpe.-¿Qué pasa, muñeca?- se sentó a mi lado y paso su brazo por mis hombros.

-No quiero ir, Kendall.-Solloce. Eso era en parte muy cierto. No quiero ir y rebajarme para hablar con el como si nada hubiera pasado.

-No, no, observa, Kie, vas a ir y le demostrarás a ese idiota que puedes ser madura y no lo necesitas para nada. Si no te presentas, le estarás dando a entender que no eres lo suficientemente fuerte para verle la maldita cara o que sufres, razones que obviamente no son verdad. Así que, o vas por ti misma, o te llevare yo por el cabello.- sonreí, y ella al ver mi sonrisa, me imito.-Puedes ponerte algo de mi armario, Jayden estuvo en Francia y le pedí que me trajera ropa.

-¿Porqué a mi no?- dije, Kendall río, dejándome un beso en la mejilla y levantándose.

-Casi tuve que obligarlo para que lo hiciera. Puedes ponerte lo que quieras.- salió de mi habitación murmurando algo como "Quien diría que ese tenía buen gusto" me levanté, con una sonrisa triunfante y camine a la habitación de Kendall. Abrí la habitación que era su armario y sentí mi cara ponerse roja de la envidia.

Dicen que es mejor provocarla que sentirla. Y yo la provoco, claro esta, pero no puedo evitar no sentirla cuando veo la ropa de mi hermana.

Tiene cuatro paredes repletas de ropa y conjuntos, zapatos tirados por todos lados y pequeñas cajas con aretes, anillos, brazaletes y guantes.

Reprimí las ganas de bufar y busque entre unas cinco bolsas de regalo que estaban en una repisa. La primera tenía unos jeans ajustados negros rotos en las rodillas y decidí que fuera lo que me fuera a poner, tenía que llevar estos.

Seguí hurgando en otras bolsas y encontré unos botines también negros, pero tenían un broche muy pequeño de color dorado.

Sólo faltaba la parte de arriba.

Después de unos diez minutos, me di cuenta que sólo habían vestidos, así que fui a mi habitación y opte por una remera de manga larga color blanco con detalles en color plateado.

Me mire en el espejo y empece con el maquillaje. No quería verme demasiado arreglada, y recordando que tomarían fotos, tampoco como un desastre.

Me hice la típica raya debajo del ojo y pinte mis labios naturalmente. Arregle mi cabello dejándolo en ondas y tome mi bolso, metí mi móvil, algo de dinero y unos lentes.

Salí, dándome unas palmaditas en la espalda al ver que faltaban unos diez minutos antes de que el viniera por mi y me senté en el sofá, hablando de alguna estupidez con Nash.

El timbre sonó por toda la casa y me levanté de un salto.

Respira, Kirstie, no es para tanto. Sólo hablarán, les tomarán fotos y te vas. Jamás volverá a verlo.

Bum, bum, bum, bum, bum.

Bum, bum, bum, bum, bum.

-¿Bajarás o que, Kie? Pareces en shock hace como cinco minutos. Escuche que te llaman a la puerta.

Kendall me guiñó el ojo y cerró la puerta de su habitación.

Tome una bocanada de aire y arregle mi remera, bajando las escaleras rápidamente. Cuando estuve frente a la puerta, las típicas cámaras del programa aparecieron, indicándome que estaban grabando.

Sonreí y abrí la puerta con una sonrisa, dejando de sonreír al ver que era Kris. Tire mis brazos y me di la vuelta, tirando mi cuerpo en el sofá de la primera planta.

Kris abrió la boca y la volvió a cerrar, entrando y cerrando la puerta detrás de ella. Podía escuchar a los camarógrafos riéndose de mi.

-Yo también estoy feliz de verte, Kie.- sonrió, dejando su saco color piel en la entrada.-Pero tranquila, entiendo que debes estar muriendo de felicidad por otra cosa.

-¿Feli...-Mamá abrió sus ojos, mandándome a callar y yo tire mi cabeza, cerrando los ojos.-Si, súper feliz.

El timbre sonó de nuevo e intente actuar normal, por lo que abrí los ojos y me senté, lentamente.

Mamá aplaudió -Se le notaba más feliz que yo- y corrió de nuevo a abrir la puerta.

Mejor ves tu a la cita, mamá.

-Oh, hola Nathan, que sorpresa tenerte por aquí, ¿Cómo estas? Ya Kirstie vendrá.

Esa era mi entrada.

Mamá regreso junto a mi, y por varios segundos mi piel se erizó, pensando que Nathan venía detrás de ella, pero gracias a quien sea que se encargó de que siguiera allí.

Mamá se puso detrás de la cámara y movió sus labios, intentando decirme algo.

-¿Que?

Movió sus labios otra vez y esta vez, movió sus manos también.

-No entien...

-Sólo diviértete, cariño.- pellizco mi mejilla muy fuerte y dejo un beso en la otra.-No regreses tan tarde.
"Puedes regresar a la hora que quieras- añadió en un susurro.

Sonreí nerviosa y camine a la puerta, viendo una fuerte espalda cubierta por un polo negro y un cabello castaño.

Pude ver rosas rojas en sus manos, y reprimí las ganas de llevarme el puño a la boca y morderlo mientras grito.

Aquí vamos.

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Primera parte del capítulo 21✌️

«La Tercera Jenner»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora