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-Si, bien.- musito, caminando por el lugar.-A mi me parece muy bonito todo esto, ¿A ti no, Bieber?

-Si, en realidad si me gusta.- mordí mi labio.-¿Que haremos primero?

-Bueno- miro arriba.- Ya que está oscureciendo deberíamos armar la tienda.- camino hacia la bolsa y saco una más pequeña, junto con unos palos negros largos.

-Eh, ¿Tu lo sabes hacer?- pregunte. Había visto millones de películas sobre personas que armaban tiendas. Pero jamás lo había hecho. No tenía la menor idea de como era esto.

-Mm si.- frunció el ceño.-No. Pero lo terminaremos de armar.

-¿Porque estas tan seguro?- entrecerré los ojos, caminando hacia el y ayudándole a extender la tienda.-¿Se supone que esto debería estar aplastado? ¿No debería...armarse?

-Simplemente lo se, muñeca.- sentí mis mejillas rojas, pero el mirada a los lados, por lo que no se dio cuenta.-Eh, no, no creo que esto se arme sólo. Debemos ajustar los palos y enterrarlos en la tierra. ¿No?

Me senté en un tronco, revisando que no hubiese animales. No quería parecer una mimada, pero dormiríamos en el bosque. O una especie de parque de acampar. Y hay bichos. Y yo odió los bichos.

-Debería haber un manual de instrucciones.

-Si lo hay. Pero no lo necesitamos.

-Pues yo si, amigo. No tengo ni idea.

Me pasó el manual y busque las instrucciones en español (suponiendo que las Kardashians y Jenner hablen español, idk)
Agradecí que tuviera imágenes e intente entenderlas.

Esto será...interesante.

***

Después de dos horas y de leer y releer el manual, al fin Nathan y yo logramos armarlo. Se secó las manos mojadas en el jean y sonrió, orgulloso de su obra. Yo le regrese la sonrisa. Si, no había quedado tan mal.

-Y aún falta otra.- dije, riéndome. Pare de reír cuando el no lo hacia. Nathan tosió y rasco su nuca, riendo levemente.-¿Nathan?

-Eh, muñeca, no se sí te has dado cuenta, pero sólo traje una.- mi boca se abrió, y si no estuviera conectada con el resto de mi boca, se caería.-Cierra la boquita, nena.

Camino, dando algunas vueltas por el lugar y puso rocas alrededor de la madera.

-Deja de usar tus apodos Liga-Chicas conmigo.- musite. El me miro confundido por unos segundos y río.

-¿Te refieres a nena?- tomo un encendedor y llevo la llama hacia la madera. Está en segundos ardió en algunas llamas grandes. Una fogata.

-Eso no es muy ecológico.- comente, burlándome.

-No se sí tu estarás en condiciones de frotar y frotar dos palitos.- se burlo de mi también. Se sentó a mi lado, suspirando y mirando las chispas. -¿Entonces?

-Además de nena. Muñeca.

-¿Te molesta que te diga muñeca?- sonrió. Me gusta como sale la palabra de sus labios. Me sonroje y mire al frente, evitando su mirada.

-No me molesta. Es...simplemente extraño.

El asintió. Estuvimos unos minutos en silencio, sólo sintiendo el calor que desprendía la fogata. Y yo mirándolo de reojo. Mire al frente de nuevo cuando abrió la boca para hablar.

-Juguemos.- propuso. Gire la cabeza hacia el y fruncí los labios.

-Vale. ¿A qué?

-10 preguntas. Todo lo que preguntemos deberá ser respondido. No importa lo que sea.

«La Tercera Jenner»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora