•21- Parte 2•

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Cerré la puerta detrás de mi, y Nathan volteo, sonriendo.

-Eh, hola.- le sonreí incómodamente de vuelta y mire las rosas en sus manos.-Esto, son para ti.- me las tendió y yo las tomé, murmurando un gracias.

Y, este, señoras y señores, es el momento más incómodo que jamás podré olvidar.

Nathan me miraba, esperando que hiciera algo con el ramo, mientras que yo lo miraba a el, un poco pérdida y pensando en las opciones que tenía de donde ponerlo.

Primera, dejarlo en el jardín. Y fue completamente descartada. Es decir, no iba a dejar las flores con todo y papel allí tiradas, y tampoco estaba en planes de plantarlas. Ni ahora, ni mañana, ni nunca.

La segunda opción que tenía, era tenerlas en la mano todo el tiempo que durara esta especie de 'cita' y también la descarte. Podría servir para publicidad y para los medios, pero no me sentiría totalmente cómoda de moverme, gritar y, si es necesario, golpear teniendo en cuenta las espinas.

Me di la vuelta y abrí la puerta de mi casa de nuevo, dejándolo allí. No se sí fue lo mejor, pero es lo primero que se me ocurrió antes de que pasara el tiempo medianamente normal para que una persona estuviera quieta, mirándolo.

Deje la puerta entreabierta, dejando las rosas en la mesilla. No tenía la típica 'suerte' de que allí hubiera un jarrón con unas flores idénticas a las mías, por lo que no me moleste en buscarles lugar.

Regrese con Nathan y cerré la puerta de nuevo, agradeciendo no encontrarme con ninguna de mis hermanas, o mi madre.

-Y bueno, ¿Dónde iremos?- empezamos a caminar fuera de la propiedad y el miro a los lados, regalándome una sonrisa ladeada. Fruncí levemente el ceño, pero sonreí igual.

-Tenía pensado ir a una fogata, ¿Que te parece?

-¿Cómo una fiesta?- pregunte lentamente. Habrían personas. Y cámaras.

Hablando de eso, mama me dijo que contrato a alguien para fotografiarnos. En cualquier momento aparecerá.

-Si, como una fiesta. Pero no habrá mucha gente. Sólo la necesaria.

-Oh. Vale.

Me encogí de hombros y mire al frente. Sentí su mirada sobre mi mejilla todo el tiempo, hasta que llegamos a su auto.
Estaría alardeando sobre el, si toda mi familia no tuviera al menos uno de ese modelo.

-¿Y cómo están tus amigos?- pregunto mientras conducía fuera de la residencia privada.

-¿Puedo encender la radio?- lo ignore, el asintió y móvil las teclas, dejando la canción de Ariana 'Focus'.-Ellos están bien.

-¿No te parece raro?-Musito después de unos minutos, cuando sonaba 'Same Old Love'

-¿Que cosa?

-Que antes hablábamos de lo que fuera. Sin vergüenzas.

-Si, bueno. Las cosas cambian.

-¿Tu novio? ¿Cómo esta Bieber?

-Justin esta genial. ¿Tu novia?- dos pueden jugar este juego. Y no hay forma de que no gane, bastardo.

-No tengo novia.- dijo, frunciendo el ceño. Se rasco la nuca y bajo la mano, a punto de ponerla en mi rodilla.

Será... ¿Porqué estoy emocionada por ese hecho?

Para mi...-¿Felicidad o desgracia?- se lo pensó mejor, dejándola en su pierna.

Deje de mirar su mano y sentí mi móvil vibrar, lo saque de mi bolso y vi el nombre de Justin, junto a su foto.

Estoy segura que Nathan lo vio, también. Y si no, ya debería haberlo imaginado, ya que el tono era de 'Sorry'.

Conteste, bajándole a la radio y lleve el teléfono a mi oído.

-Hey.

-Muñeca. ¿Cómo vas? Responde 'Obvio' si te va bien, y 'Porque' si le vamos a golpear la cara.

Fruncí el ceño y reí.-¿Nash? ¿Qué?

-'Obvio' o 'Porque' - se escucho un ruido y luego hablaba con Matthew.-Mira, sólo di 'Porque' e iremos contigo a darle algunas buenas noticias.

-Ja-Ja.- suspire.-Matt, pásame a...

Mi móvil dejo de estar en mi rostro, y en mi mano. Gire la cabeza y Nathan colgaba, guardándolo en su bolsillo trasero.
Sonrió pícaramente, sin mirarme.

-¿Que mierda?

-¿Que?- pregunto, haciéndose el tonto. Mientras el muy hijo de puta sonreía.

-¿Porqué te guardaste mi móvil?- chille, exagerando movimientos con las manos.

-Ah.- se llevo los dedos a su labio inferior, escondiendo una sonrisa.-Esto es como una cita, ¿No? ¿Qué hacías con tu móvil?

-Me llama...

-Es de mala educación.

-Como sea.- murmure. Me cruce de brazos y me encogí en el asiento. Nathan sonrió. Y se pasó todo el viaje sonriendo. Casi reprimiendo una risa. O hasta una carcajada.

No se sí se reía de mi. Aunque era lo más probable.

Cuando al fin llegamos al lugar donde sería la fogata, sonreía. Jamás había venido a algo como esto. Una acampada o algo parecido, mama nunca nos dejaba.

-Vamos.

Abrí la puerta, antes de darme cuenta, el camino hacia mi, tomándome de la cintura y pegando mi cuerpo al suyo.

-Espera...deje m-mi bolso en...

-No lo necesitarás.- Sonrió, caminando y llevándome con el hacia los bosques.

-¿Me matarás o algo?- pregunte en broma. Sentí su risa en mi cabello -debo aclarar, el era mucho más alto que yo.-

-Debemos entrar para encontrar la fogata.-Me aclaro. Sentí su mano en mi cintura, afianzando su agarre y mis vellos se erizaron.

La brisa fría golpeaba nuestros cuerpos, y muy pronto empece a temblar.

Llegamos a donde sería la fogata y abrí mis ojos como platos al darme cuenta de algo. No había nadie.

Sólo se encontraba una gran bolsa en la mitad, junto a varias ramas y palos.

Había una lámpara que no necesitaba electricidad a varios lados de los árboles.

-Mm...¿Nathan?- murmure, con miedo de que si hablara muy fuerte, rompería el lindo silencio.

-¿Mmm?

-¿Dónde está la fiesta?

Me separe de el. Sus ojos azules brillaban y lamió sus labios, dejando que mi mirada vagara unos segundos sobre estos. Dejo escapar una risilla y desordeno su cabello.

-Bueno, tal vez no hay ninguna fiesta.

-¿Quieres decir que...- me calle. Rasque la muñeca, y mordí mi labio. El sonrió, y en su mejilla salió un pequeño hoyuelo.

-Quiero decir que estaremos esta noche aquí, los dos.

Abrí la boca, pero no tenía nada que decir, por lo que la cerré.

-Eh, bueno...-Mire sus ojos, que también me miraban, sonriendo.-Si, eh. No...Y-yo...- di un bufido, intentando aclarar las locas ideas de mi cabeza.-Bien.

Una noche. El y yo. Yo y el. 'El', era Nathan. Nathan Led.

Que genial.

***

Capítulo 22 en un rato👏
Un campamento, eh😏
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«La Tercera Jenner»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora