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-¡Kirstie, te llaman en la puerta!

Me arrastré fuera de mi cama, sintiendo que había estado allí toda la mañana.

Bueno, en realidad si había estado allí toda la mañana.

¿Cómo les explico? Simplemente no tenía muchas ganas de levantarme de mi cómoda cama. Además, estuve muy ocupada respondiendo mociones en Twitter, Instagram, Facebook, Snapchat y Ask.

Abrí la puerta de mi habitación, asomando la cabeza, intentando mirar hacia el piso de abajo.

-¿Quien es?- grite de vuelta. Espere unos segundo más, pero al no recibir respuesta decidí bajar. Estaba descalza, con un short negro a juego con un top que llegaba hasta mi ombligo.

Mi cabello era un desastre, pero si a esa persona la habían dejado pasar, es porque no importa como me vea.

Termine de bajar las escaleras, acomodando un poco mi cabello con mis uñas.

Camine por la sala, viendo la sonrisa picara de Kylie.-¿Quien...

Hizo una mueca con sus labios, juntándolos e ignorando me.

Me acerque a la puerta abierta con el ceño fruncido.

-Jenner.- sonreí grande al ver a Nathan.

-Hola- sentí mis mejillas sonrojarse cuando se acerco para darme un abrazo. Rodee su torso con mis brazos, sintiendo sus músculos por debajo de la tela. Sentí como suspiraba en mi cabello y escondí mi rostro en su cuello.

Mhm, huele bien.

-¿Me estas oliendo, muñeca?- me aleje un poco para poder mirar sus ojos, dispuesta a negarlo.

-Si. Y hueles jodidamente bien.- fruncí mis labios. El me regaló una de sus tan famosas sonrisas ladeadas y subió las cejas.-Lo siento. Esas son las clase de cosas que digo sin pensar.

-Ya sabes, un modelo siempre debe oler bien.- bromeo, haciendo que recordáramos nuestro encuentro en el avión. Si, ahí tampoco había podido mantener mi boca cerrada.

-Baja de la nube, Led.- seguí la conversación del avión. El sonrió grande y quitó un brazo de mi cintura, para rascar su nuca.

-¿Me dejarás entrar, o...- Asentí repetidas veces y lo tomé de la mano, llevándolo por mi sala, hasta sentarnos en los sofás oscuros. Kylie aún tenía su celular en las manos, pero posó su mirada en nosotros unos segundos, antes de levantarse, pellizcarme y subir las escaleras. Gracias.

-Me agrada ella- señalo con su dedo a mi hermana y reí, cruzando las piernas a lo indio.

-A todo el mundo le cae bien- entrecerré mis ojos hacia el-¿Al menos sabes como se llama?

-Ehm- di en el blanco, pues su rostro se tornó rojo y me sonrió inocente -No es que no lo sepa. Sólo no lo recuerdo.

-Se llama...- puso su mano en mi boca, dejándome confundida.

-Chist.- frunció las cejas, haciendo una adorable mueca de concentración.-¿Kyle?

-Kylie.

-Joder, estuve cerca.- aparto la mano de mi rostro, llevándola a su regazo.

Me dedique a mirarlo por unos segundos, el haciendo lo mismo conmigo. Su cabello castaño estaba peinado parecido al de Cam, o Jack. Quise saber si el lo peinaba o sólo pasaba sus manos por el. Sus ojos azul claro, capaces de hechizar y seducir a cualquier chica. Sus labios, ni muy rellenos ni muy delgados. Hechos a la perfección.

Y sufrí uno de mis locos impulsos. El mismo impulso que lleva a Khloe a tirar cosas, a Kourt a dudar de todo, a Kendall a chillar, a Kylie a permanecer callada y subir todo a Snap, a Kim a preocuparse.

«La Tercera Jenner»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora