Peligrosa Obsesión~. AU [Larry Stylinson]

Capítulo 51. "Juego de llaves I"

Claramente Louis no se encontraba para nada bien, y mucho menos se encontraba en un supermercado. Su voz se escuchaba notablemente encerrada en un pequeño lugar, y su eco era audible a la línea contraria del teléfono. Harry se sobresaltó, y al no recibir respuesta de su novio que no se trataran mas que sollozos, volvió a reiterar sus preguntas aun mas alterado que la primera vez.

—Louis dime donde demonios estas. ¡Por favor!

—Harry... toma mis cosas y vete, ¡Vete de ese puto edificio! Vete a tu casa, ya...

Un silencio se produjo en la línea, y Harry no hizo mas que quedarse en estado de shock frente a las palabras de su novio, no entendía que demonios le estaba diciendo, mucho menos de esa manera, y no estaba dispuesto a hacerle caso a sus palabras a menos que le respondiera a su pregunta.

—Joder, Louis. ¡Respóndeme y haré lo que quieras!

—Estoy... estoy en el baño público del supermercado, en cuanto salga de aquí me iré a buscar mi auto y luego iré a tu casa... solo... por favor, sal del departamento de Troy si te encuentras allí, y sal de ese puto edificio, en cuanto puedas.

La llamada se cortó en ese corto instante después de que las palabras de Louis se detuvieran. Harry actuó en consecuencia de lo que le había dicho a su novio. Tomó lo primero que vio visible sobre la mesa ratona, y trató de dejar todo en el estado en el que se encontraba antes de que él las tocará. Tomó las llaves con rapidez, y saliendo del departamento de Troy, cerró la puerta con seguro y volvió hacia el departamento de su novio dirigiéndose directamente hacia la habitación del mismo.

Se encontraba asustado, pedía a gritos en su interior que a Louis no le sucediera nada malo por si se hubiera encontrado con Troy en el supermercado, suplicaba al cielo que en cuanto se vieran en su casa él se tomara la molestia de decirle lo que había sucedido. Estaba preocupado en demasía, su corazón se había acelerado junto a sus pasos y sus acciones, y deseaba con todas sus fuerzas que no se tratara más que algo mínimo.

Pero por supuesto, no se trataba de algo mínimo, mucho menos cuando Louis le pedía entre sollozos que tomara sus cosas y se marchara de su departamento.

Así como desde un principio en la mañana había comenzado la tarea de empacar las pertenencias de Louis, volvió a retomarla con aún más seguridad en sus manos y en todo lo que agarraba entre las mismas para guardarlo en la maleta que se encontraba sobre las mantas de la cama. Intentó tomar la mayor cantidad de ropa que pudiera entrar en la maleta, tomó parte de sus mismas cosas que también se encontraban allí y las guardó en una pequeña mochila que se encontraba dentro del armario.

Estaba tratando de actuar lo más rápido que pudiese, y en cuanto terminó se dirigió a la sala principal. Todo aparentaba encontrarse en perfecto orden, pero la persona que se encontraba allí mismo no lo estaba para nada. Harry revisó la cocina, no había nada importante. Luego observó por quinientas mil veces el living intentando encontrar algo más. Revisó sus bolsillos, encontró sus llaves y su celular. A partir de ese momento, se encaminó hacia la puerta del departamento, y tras dejar la maleta y la mochila fuera del mismo, aseguró la puerta con llave y llamó al ascensor hacia el quinto piso.

Por un momento Harry pensó que su vida se estaba acabando en ese mismo instante. Todo estaba resultando demasiado rápido y raramente difícil. No sabia que era lo que estaba haciendo con exactitud, y esperaba que en cuanto se encontrara con Louis en su casa, este supiera contarle, tal y como debía, la situación que le había hecho pasar en esos cortos minutos.

Al encontrarse en la planta baja, en la recepción principal del edificio, Harry agradeció al cielo que la señora Jones no se encontrara en ese lugar, pues no estaba en el momento adecuado para dar explicaciones que ni él mismo sabía dar con exactitud. Recogió de su bolsillo las llaves de su auto, y rápidamente se dispuso a meter las maletas dentro del baúl del mismo, pues las aventó dentro del mismo tal y como halló la ocasión en esos instantes. Pues se encontraba realmente alterado, las palabras de su pareja le habían dejado en un verdadero estado de shock que no le permitía hacer las cosas de una manera lenta o tranquila, y es mas, ni él estaba entendiendo en esos momentos que era lo que le estaba sucediendo, simplemente estaba respetando unas órdenes de las cuales jamás tuvo un argumento para cumplirlas. Sin embargo, un cambio repentino de sus ideas le hizo cambiar el rumbo de su auto.