Peligrosa Obsesión~. AU [Larry Stylinson]

Capítulo 9. [Especial Zayn] "Ojos azules."

-ZaynPOV-

Maldito bastardo. Nunca se tomaba nada en serio, y mucho menos cuando se trataba de alguien que no fuera él mismo. Para las fiestas y las mujeres siempre estaba primero, a su mejor amigo, en cambio, siempre se servia el té frío. Me exasperaba tanta tranquilidad en la vida, pero lo que más odiaba de él era su egocentrismo, su vida de ‘princesa’, su vida que siempre tenía el color de rosa en cada rincón. Primero estaba el, sus necesidades, su hobbies, sus gustos, sus ‘problemas’, si así de los podía llamar, y después, al final de la lista, sus amigos y quizás su familia.

Me sentí pésimo al dejarlo con la cuenta sin pagar y sin siquiera despedirme de él ni de Perrie. Ella no tenía la culpa de nada ¡Joder! Por culpa de Harry siempre metía la pata en algo. Pero debo admitir que sus palabras tenían cierta parte de sentido y razón. Me trago mi orgullo y admito que Harry tuvo total razón al decirme lo que me dijo. Era verdad. No podía enamorarme de una chica con el simple hecho de haber hablado con ella solo unas tres benditas noches. Yo jamás creí en el amor a primera vista, talvez era una confusión, talvez, solo talvez estaba fantaseando e ilusionándome con algo que, lo mas seguro, no era real.

Paré mi paso en seco cuando el grito de una vieja mujer me detuvo justo en la esquina. El semáforo había cambiado su luz a verde para los vehículos y yo ni siquiera me había percatado en eso estando tan sumido en mis pensamientos. Un viejo chofer de taxi me insultó desde su ventanilla para refregarme en la cara la estupidez que casi había hecho. No respondí a nada, ya que era verdad, había parado el trafico por completo por la simple distracción que abrumaba mi cabeza.

Al haber caminado las primeras calles que me separaban del trabajo, me tomé la tarea de tomar mi celular y fijarme la hora. Tenía el presentimiento de que algo andaba mal. Y mis pensares no me fallaron: las 12.07 p.m. Mi turno en Nando’s tuvo que comenzar siete minutos antes y aun eran demasiadas las manzanas que me quedaban por recorrer. Paré nuevamente en la cuarta esquina y esperé el semáforo verde para peatones. Aceleré mi paso. Lo peor que me podía suceder ese día, era llegar tarde al trabajo. Pensé que esa seria la primera vez que me sucedía, y traté de no preocuparme mucho. Al llegar a la sexta y antepenúltima calle, tomé mi celular nuevamente y revisé las notificaciones: dos mensajes, uno de Liam y otro de Harry. Abrí el primero.

“¿Dónde rayos estas? Niall llegará en diez minutos imbécil ¿lo recuerdas?” Mensaje recibido a las 12.20 p.m. Liam

Maldecía mi entupida cabeza y comencé a correr mientras leía el mensaje de Harry. No pude ser más entupido. El día que mi jefe haría una inspección tenía que llegar tarde.

“Perdona bro’… ¿A que hora sales del trabajo?” Mensaje recibido a las 12.22 p.m. Harry.

Y en mis más jodidos momentos, se acordaba de mí y de mi ‘bienestar’. Corrí la última calle y me adelante por detrás del restaurante para que nadie notara mi presencia, o peor aun, mi llegada tarde. Al entrar en la cocina observé el reloj de pared que estaba junto a la puerta y los percheros: 12.25 p.m. Agradecí tener tan buen estado físico, logré llegar cinco minutos antes de la llegada de Niall. No se por que la presencia de mi jefe me ponía tan nervioso. A cualquiera le sucedía eso. Pero mi sentimiento era en exceso. Ignoré mis ridículas distracciones y me vestí lo más rápido posible con el uniforme de mozo que se encontraba en el cambiador, respectivamente con mi nombre y mi propio casillero.

-¡¿Pero donde mierdas estabas, Malik?!- Salté ante mi susto al escuchar esa voz tan amenazadora a mis espaldas, y al divisar a Liam, mi cuerpo se relajó al igual que mi agitado corazón.- Tendrías que haber estado aquí hace veinticinco minutos.- Siempre tan ‘director’ de sala. Liam se preocupada por su trabajo, lo admiraba, y no lo juzgo. Un trabajo es un trabajo, y ninguno es despreciable. Hasta el vendedor ambulante hasta la mas puta solterona de Holanda.- Vístete rápido. El Sr. Horan no tardará en llegar…- Y sin más que decirme, se marchó de los cambiadores.