Peligrosa Obsesión~. AU [Larry Stylinson]

Capítulo 22. "Soñando contigo."

-¿Qué cocinas?- Louis usurpó en la cocina a un lado de Harry.

Luego del incidente con Lottie, todo había vuelto a la normalidad. Harry había ido a alquilar unas películas para mejorar de alguna forma el estado de ánimo de Louis. Habían pasado varios minutos juntos en el baño y no podían permanecer todo el día allí. Harry consiguió hacer que Louis se levantara del suelo, decidió ver una película junto a él para luego cocinarle una cena. No podía hacer más por él. Quería estar con él en las buenas y en las malas, y así iba a ser.

Eran las nueve de la noche cuando Harry se encontraba cocinando pacientemente pollo acompañado con arroz. Sabía que aquella comida, no era una de lujo, pero sabía con perfección que era la indicada para una simple noche junto a Louis. El ojiazul iba y venía a cada minuto de la cocina al living y del living a la cocina. Louis no sabía cocinar, después de que Eleanor lo había abandonado, se iba almorzar y cenar cada tarde al departamento de su hermana, no tenía otra opción. Tener a Harry cocinando en su propia cocina, en cierto le impacientaba, los nervios se acumulaban en cada órgano de su cuerpo, y le era difícil controlar su ansiedad.

El hecho de que Harry haya ignorado de sobre manera su pregunta, le había impacientado aun mas. No iba a quedarse callado, quería una respuesta y eso estaba decidido a conseguir. Tomó un vaso de agua disimuladamente, y se acercó al menor a paso lento y decidido. Tragó cada pequeño susurro de su risa y reiteró su pregunta. Harry estaba muy concentrado en su tarea de cortar la pechuga del pollo como para prestarle atención a él.

-Harry… te pregunté dos veces qué cocinas.- Reiteró Louis por tercera vez a sus espaldas.

-Comida…- Harry rió por lo bajo. Esa típica respuesta de madre a sus hijos cuando molestan por la comida, era exactamente la que siempre recibía él de pequeño, y estaba mas que seguro que de cierta forma, que aquella respuesta le había molestado al mayor. No había tardado mas de dos segundos en girarse al verlo, cuando Louis le tiró el vaso repleto de agua encima, mojando sus cabellos y su camisa.- ¡Louis! Eres un imbécil…- Musitó.

-Oops!

Louis giró sobre sus talones entre risas y carcajadas, y salió de la cocina huyendo de Harry, que lo perseguía con la intención de vengarse. No se habían percatado que lanzaron dos sillas al suelo, y que los almohadones del sofá estaban esparcidos por todo el departamento. Louis había conseguido que su fiel protector se desconectara de la cocina para un rato de diversión. Nunca se habían comportado así entre ellos, y Harry agradecía de sobre manera haber conseguido que Louis se divirtiera junto a él. La idea de llevarse de esa manera con el ojiazul, le abría la puerta a muchas otras posibilidades.

Dieron vuelta el living debido a tantos tirones de brazos y risas. Habían corrido todo el departamento, y de no ser que Louis tenía prisa y no le “alcanzaba” el tiempo de abrir la cerradura de la puerta, se había ido corriendo por todos lo pasillos del edificio. Fue esa la razón por la que su próximo escondite de Harry fue su habitación. Sus largas piernas corrieron con rapidez a lo largo de su pasillo, y cerró la puerta frente a la cara de su perseguidor.

Se estaba comportando como un verdadero niño, y Harry no podía pedir más de ello. La inocencia de un niño pequeño, es una de las mejores cosas de la vida que una persona posee en la etapa de su niñez. Louis había vuelto a sus cinco años con aquellas travesuras, no quería pasar momentos serios o aburridos junto a Harry. En tan pocos minutos, se había olvidado completamente de Eleanor, y no encontraba la manera necesaria para agradecerle a Harry por ello. Fue esa la razón por la que solo quería comportarse como un niño pequeño, quería sacar a Harry de sus casillas para divertirse por un buen rato con él.

Harry se apresuró en abrir la puerta de la habitación, y en cuanto entró, un puñado de harina cayó sobre su cabeza. Louis no podía jugar más sucio que aquello. Lo tomó, entre risas y carcajadas de su cintura, y lo tiró sobre la cama haciéndole cosquillas a más no poder su energía. Louis gruñó, le gustaba estar así, pero si había algo que odiaba eran las cosquillas. Harry rió con él a sus pies, y le alcanzó su mano para que se parara de la cama.  Estaban claras sus intenciones: basta de juegos. Pero Louis no se iba a detener. Se paró de pie sobre la cama, y en cuanto Harry giró sobre sus talones se lanzó sobre sus hombros, haciendo que ambos cayeran al suelo. Él sobre Harry.