Peligrosa Obsesión~. AU [Larry Stylinson]

Capítulo 11. "Fuerte."

Sus ojos se apagaron, y no mostraban muestra de sentimientos en él. Estaban rojos, dilatados, y con una gran ojera bajo cada uno. Al no haberse secado el cabello luego de bañarse, sus lacios cabellos se encontraban despeinados e ‘inflados’ debido al frío clima que los secó. Sus músculos se habían tensado y durante todo su trayecto en auto,  mantuvo una imagen refugiada en una propia burbuja cargada de enojo e ira. Su labio inferior estaba cortado, y aunque la sangre había dejado de fluir por sobre la herida, la mancha roja sobre su rostro no fue de su importancia para tomarse el tiempo de limpiarse, aunque sea, con la saliva de su boca.

Eleanor estaba nerviosa, y cargaba todo su peso por sobre la puerta del acompañante. Estar cerca de Louis con la situación que había pasado, no era su conveniencia. En cuanto llegara a su casa, ya sabía perfectamente lo que sucedería: lo de siempre. El mayor la golpearía y quizás no estaría Lottie para detener la agresión. Ella se revolvía en su asiento mientras maquinaba en su cabeza como calmar los sentimientos de su conductor, hablar no era una opción, mucho menos en esos momentos.

Los edificios ‘avanzaban’ uno al lado del otro desde la vista de su ventanilla, y la luna se había ocultado por detrás de unas intensas nubes grises. Tenía su mentón recargado en su puño observando el exterior, aterrada de lo que sucedería. Pero no quería soportar, de nuevo, la violencia de Louis. Eleanor lo amaba con todo lo que podía hacerlo, pero si él volvía a sus mismas acciones, esa seria la ultima vez que lo aceptaría.

Volteó su mirada hacia el, y no pasó mucho tiempo hasta que se perdió nuevamente en su propio mundo mientras mirada por la ventanilla. Louis, en las condiciones en las que estaba, no había otra cosa que irradiaba que no era miedo. Las manos con las que sostenía el volante se encontraban tensas y sus venas y tendones se divisaban con claridad. Sus labios, en especial el que estaba cortado, estaban alineadamente tensados formando una fina línea en su rostro. Todo, era ira contenida.

El auto se detuvo en frente de su hogar, y lo primero que hizo la menor fue abrir la puerta y huir antes de que Louis se percatara de ella. Eleanor tomó sus llaves, y con las manos temblorosas abrió la puerta del vestíbulo y subió a horcajadas las escaleras de caracol de su respectivo edificio. Sus pies se aceleraron en cuanto mas se acercaba al tercer y ultimo piso. Agarró las llaves nuevamente y abrió la cerradura de su departamento, respectivamente el “D”. Cerró con fuera la puerta y con lagrimas en sus ojos, se dirigió a su habitación, la cual aseguró con seguro. Estaba asustada. Asustada de Louis, de su reacción.

Un fuerte golpe, seco y profundo, se escucho como un eco por todo el edifico. Louis entró en su departamento y con paso firme y notable, se acercó a la habitación donde se encontraba Eleanor. Tirada en el suelo, llorando y suplicando a un lado de la cama. Estaba equipando gran parte de su pequeño guardarropa en una valija. Estaba decidida a irse. Aunque le doliera dejar a Louis, aunque lo amara, no podía seguir soportando la misma situación.

-¡Abre la puerta maldita perra!- Louis golpeó con fuerza la puerta de la habitación haciendo que Eleanor volviera a gran parte de su realidad. Dejó de hacer lo que estaba haciendo, y centró su mirada en la blanca puerta que estaba siendo azotada fuertemente a patadas del mayor. No sabía como reaccionar, y lo único que hizo fue detenerse a observar la situación y llorar.- ¡¡ELEANOR!!- Los golpes hacia la puerta eran interminables, y su miedo aumentaba cada vez más. Louis gritaba, pateaba y azotaba la puerta como si sus energías fueran inagotables. Ya no había manera de calmarlo.- ¡¡¡SAL DE AHÍ!!! ¡Hazte cargo de lo que hiciste, Eleanor! ¡Hazte Cargo! ¡ ¿Cómo puedes hacerm…

-¡¿Tú como puedes hacerme esto a mi?!- Eleanor se acercó a la puerta y le depositó un fuerte golpe con la pierna. Era ella la que se encontraba alterada en esos momentos.- ¡Tú me lastimas a mi! ¡Tú me haces daño a mí! ¡No puedo seguir aguantando esto, Louis!- Dio dos nuevos golpes con sus pequeños y débiles puños e hizo una pausa. El mayor no proclamó respuesta alguna, y su respiración se tranquilizó pero seguía siendo profunda y contigua.- No puedo,…