Peligrosa Obsesión~. AU [Larry Stylinson]

Capítulo 6. "Sentimientos incontrolables"

El ambiente se tensó y un silencio profundo inundó el lugar. El único ruido audible que se lograba distinguir era la música electrónica proveniente del salón. No había mas personas que ellos tres en ese angosto pasillo, y la respiración acelerada de Louis se diferenciaba de las otras dos. Las piernas de Harry comenzaron a temblar, pero curiosamente no era de nervios, ni tampoco por miedo. Una sensación extraña invadió sus sentimientos y no había manera de que reaccionara. Louis mantenía su mirada fija en el indefenso rizado, una mirada que se mostraba reprimiendo toda la cólera e ira que se podría mostrar en un simple golpe. Aquellos ojos que centelleaban, aun con una tenue luz, en esos momentos se volvieron opacos y profundos. Toda la situación estaba ligada a un filo hilo de coser muy tensado a punto de cortarse.

Eleanor estaba asustada. Conocía a Louis como su misma palma y las reacciones que este pudiera llegar a tener sobre el menor la aterraban. Sus sumisos ojos marrones hacían descifrar el hecho del miedo que la oprimía, y el cual la tenia dominada e inmóvil. Louis rebuscó en el bolsillo de sus jeans las llaves de su respectivo Audi rojo. Tomó las llaves entre sus manos y se la extendió a la menor. Eleanor comprendió de inmediato, y sus manos asustadas recibieron las llaves con un pulso bastante acelerado. Giró sobre sus talones y salió por la puerta del gimnasio sin decir una minima palabra.

Harry estaba observando toda aquella situación con inmenso terror. Miraba a la joven, desconocida aun para el, marchar sobre sus pasos hacia la rígida puerta de vidrio. Sintió una mirada azul sobre el, y apartó la vista. Los ojos de Louis le robaron el habla, los segundos, le quitó el temor y cada… sentimiento. Aquellos orbes azul zafiro lo dominaban en cada uno de sus sentidos, y no lo podía evitar. Harry se encontraba prisionero de la intensa mirada del mayor. Esta era tan intensa que lo oprimía por dentro y que sin embargo, lo completaba. Louis tenía algo, algo que Harry necesitaba. Algo que ninguno de los dos conocía.

La mirada verde del menor estaba perdida en ese mar de emociones brillantes. Harry estaba tan perdido que apenas se percató del puñetazo que se le apresuró a su rostro. Con un movimiento ágil lo esquivó. Pero se sentía confundido y cuando quiso reaccionar se encontraba contra la pared siendo fuertemente agarrado por su mismísimo profesor. Louis tomaba de la camisa de Harry con fuerza con sus ambas manos, haciendo que los esfuerzos de este por librarse resultaran insuficientes. La desesperación lo dominó. Cuando Harry se sintió listo para reaccionar frente a sus ataques, el mayor lo tomó con mas fuerza y con un rápido movimiento lo acercó hacia el para luego empujarlo fugazmente contra la pared. El menor quiso librarse de aquel golpe, pero el rígido mármol le causó un dolor indomable en su cabeza.

-¡Imbésil!- Gritó Louis enfadado. Se encontraba sacado de quicio. Volvió a tomar con mas fuerza la camisa de su victima y nuevamente hizo que este se golpeara con dureza contra la pared.- Pobre de ti que vuelvas a ficharle el culo a mi novia.- Un claro énfasis se marcó en el ‘mi’ y Harry recibió un nuevo golpe.

-¡Ahh! Mal nacido maricón…- Harry estaba tan perdido en su dolor, que sin pensarlo, las palabras salieron de su boca haciendo un marcado eco en la distancia que poseía junto al mayor. No sabía lo que decía. Louis rió.

-¿Maricón? ¿Yo?- Louis soltó una de sus manos y se acercó al oído del menor. Una risa tímida, pero traviesa, fue depositada al costado de su cuello.- Voy a enseñarte quien es el maricón aquí, zorrita.- Lentamente, Louis fue bajando su mano contorneando el trabajado cuerpo que tenia a su poder. Sus dedos se deslizaron por el pecho, los abdominales, la cintura, y poco a poco llegaron a la entrepierna del menor. Acarició suavemente aquella zona tan intima, y sobre todo sensible, ocasionando una descarga eléctrica por toda la columna del menor. Un pequeño masaje tomó el poder sobre el miembro de Harry y este gimió.- Son pantalones muy ajustados para un hombrecito tan macho como tu, ¿no?- Louis volvió a reír sobre el cuello de Harry, y como acto seguido apretó el paquete que se encontraba entre sus manos, lo masajeó de nuevo y nuevamente lo apretó con fuerza. La mezcla de sensaciones que Harry sentía en esos momentos era inexplicable. El placer sumergido en el dolor era una combinación bastante peligrosa, y más aun encontrándose con su mismísimo entrenador. Era doloroso, pero a la vez muy placentero.