Capitulo 10

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Cuando me di cuenta estaba tirado en el piso, creo que choqué contra alguien porque había caído de trasero al suelo, y me dolía mucho. Al levantar la vista me di cuenta que fue contra una chica, debe ser igual de despistada que yo para chocar contra alguien en la calle.

—Emm...¿Estás bien? Lo siento no te vi... —hablé disculpádome. En ese momento pasó por mi mente pensar que ella es una A.R.M.Y, pero como no me contestaba dudaba que lo fuera, ella estaba cabizbaja ¿llorando?

—Disculpa... ¿Estás bien? —volví a preguntar pero seguía sin mirarme.

¡¿Tanto le dolió el golpe?! Que mal que me siento... ¿Que debería hacer? Pe-pero... No fue mi culpa, ella estaba corriendo... Y y-yo, estaba mirando el piso. Así que creo que fue culpa de los dos.

No pude verle bien el rostro, pero noté que sus lágrimas no paraban de salir. No creo que esté llorando por el golpe, no fue para tanto. Así que debe estar llorando por otro motivo.

—Oye... —le tomé el mentón y le levanté el rostro para verla—. Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.

Al verla a la cara me quedé en shock. Ella era muy linda y no pude evitar un leve sonrojo de mi parte, por suerte, ella no lo notó porque seguía sin verme, solo desviaba sus ojos, como si su mente estuviera en otro lado. Tenía los párpados hinchados, como si hubiera estado llorando por mucho tiempo. Me quedé observándola unos segundos, me perdí en esos hermosos ojos celestes, y cuando me di cuenta caía agua sobre mi cara.

Genial, empezó a llover.

—Ven —me levanté—. Tenemos que cubrirnos.

—Solo... dejame aquí —habló casi susurrando.

Su voz, estaba quebrada, no transmitía emoción alguna, pero al mismo tiempo era dulce y tierna.

—Pe-pero no puedo dejarte aquí, te enfermarás —espeto tratando de que entienda que no se puede quedar aquí.

—Pues sería lo mejor —habló pesimista.

Incliné un poco mi cabeza tratando de entender que pasaba por su mente, el porqué estaba de esa manera.

—No digas eso, vamos te acompaño a tu casa —le extendí mi mano.

—No se dónde queda. —dijo fría.

Creo que no es de aquí... Primero porque todo el mundo sabe donde es su casa y segundo pues porque no tenía rasgos coreanos, pero aún así habla muy bien el idioma ¿Se habrá mudado hace poco? Esta chica es tan misteriosa...

—Oh... En ese caso... ¿Qué hay cerca de tu casa? —pregunté.

—Hay un almacén.

—¿Cuál es su nombre? ¿De qué color es? —pregunté con la esperanzas de que me dé pistas para descubrir si sé, por casualidad alguna, donde vive.

—No lo sé. Es color amarillo y está es una esquina. —seguía contestando fría y al parecer un ánimos de hacerlo.

—Color amarillo... En una esquina... Ah -chasqueé los dedos—. Ya sé dónde es, vamos...

Ella se levantó de mala gana y seguía sin verme ¿¡Tan feo soy para que no me quiera ver a la cara?!

Comenzamos a caminar y pude notar que tenía frío, y aun seguía lloviendo, así que me saqué el saco y se lo coloqué, en ese instante ella paró, se había sorprendido, unos segundos después siguió caminando atrás mio.

¿Por qué será que estaba llorando? Tiene que haber sido algo fuerte para que alguien llore de esa manera.

Luego de caminar por unos largos minutos llegamos al almacén.

—Aquí esta el almacén. —me detuve y ella paró en frente mio.

—Gracias. Yo sigo sola desde aquí. —habló fría.

—N-no hay...de qué. —ella comenzó a caminar- ¡E-espera! —ella se detuvo—. Po-por cierto...yo so-soy-

—No me interesa. —me interrumpió. Luego de unos segundos ella siguió caminando.

Fruncí mi ceño realmente sorprendido al escuchar esas palabras. Era la primera vez que recibía aquel trato y no sabía si sentirme bien o mal. Solté un leve suspiro mientras observaba su silueta alejarse.

—Creo que también debería irme —hablé para mí mismo.

Coloqué mis manos en los bolsillos y comencé a caminar.

Narra ___

Estaba ya en frente de mi casa. ¿Qué hago? ¿Entro o no? No tengo ganas de verle la cara a mi padre; pero tampoco podía dormir en la calle con esta lluvia. Me llené de valor, y decidí entrar.

Cuando abrí la puerta me quedé sorprendida, porque estaba sin llave y mi padre es muy molesto con eso. Al entrar pude verlo dormido apoyado en la mesa, creo que ha estado esperándome y sin darse cuenta se quedó dormido.

Tomé una manta y lo tapé. Aunque estoy enojada con él no puedo dejarlo así.

Subí a mi habitación y llamé a Aylén, no quería que se enojara otra vez y menos en este momento. Luego de hablar me tumbé en la cama y a los pocos segundos me quedé completamente dormida.








¿Me... Enamoré? (Jungkook Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora