Capítulo 35

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Cerré mi casillero un tanto fuerte, intentando desquitarme con la pobre puerta de metal, lo que asustó a mi contrario.

—Te vuelvo a preguntar, ¿qué culpa tiene tu casillero de que estés enojada?

Voltee a verlo de brazos cruzados con el ceño fruncido, casi matándolo con la mirada, pero no hizo nada. Lo que me sorprendió.

—Uhh, un poco más y te pareces a Suga-Hyung —habló burlándose.

—Tú cállate —bufé molesta intentando controlarme, al contestar rápido el se asustó y me mostró las palmas de sus manos, simbolizando paz, supongo.

—¿¡Que hice ahora?! —se exaltó— ¿Es por lo de ayer? Ya te dije que no era mi intención apagar la radio, ¡quería subirle el volumen! —se excusó alzando los brazos y formando un tierno puchero mostrándome que estaba triste cómo si fuera un niño pequeño, lo que me hizo sonreir.

¡No! Se supone que estoy molesta, agh. Cómo es posible que me pueda tanto.
Sobe mi rostro y solté un suspiro tratando de que mi enojo se vaya.

—Mira, qué piensas si vamos a la cafetería así te relajas y me dices que pasa, ¿eh? Yo invito —sugirió observándome.

Volteé a verlo aún demostrando mi enojo y el simplemente sonrió, sabiendo que una sonrisa siempre alegra el momento, o más bien, su sonrisa.

—Bien —dije entre dientes.

Él festejo unos instantes, arreglamos la hora de encuentro y cada quien se fue por su lado.

[...]

Las agujas del reloj parecen no moverse mientras tengo mi vista clavada en ellas, y es que es inevitable ya que las ecuaciones de química me hartaron y quiero irme lo más rápido de aquí, no es porque quería ver a Jungkook, como creen...

Con la punta de mi lápiz golpeaba la hoja por la ansiedad que sentía por irme que no me di cuenta en qué momento estaba juntando mis cosas y saliendo hacia el encuentro con el pelinegro.

Ya de camino a la cafetería, hubo silencio. Un silencio incómodo que duró hasta llegar a nuestro destino, buscar una mesa y esperar al mesero. Mi mirada se encontró con la de él, y nuevamente un sonrojo adornó sus mejillas y desvío sus ojos al costado, entonces reí.

[...]

—¡Yah! ¡Jungkook! —exclamé riendo mientras lo observaba. Quería sonar molesta, pero era imposible. Él sólo se hizo el desentendido observando todo, como si no hubiera echo nada.

Ahora estábamos caminando a mi casa y Jungkook comenzó a molestarme y a jugar conmigo. Era divertido porque con él no me enojaba; si fuera Haewon lo golpería sin dudarlo, y es que era imposible con esa bella sonrisa que tiene, sino que lo tomaba como un juego y así ambos la pasábamos bien. De pronto el sonido de mi celular nos interrumpe.

—Ash, aguarda —le dije y lo saqué de mi bolsillo contestando la llamada— ¿Si?

"—Holaa..." —se escuchó de la otra línea y reconocí la voz al instante.

—Ah Sunhe, hola... ¿qué pasa? —hablé yendo directo al punto, ya que no quiero hacer pasar a Jungkook por lo mismo otra vez.

"—Es que hoy me traje tu libro de ciencias... Y quería saber si estás en tu casa para llevártelo" —comentó.

Al oír aquello me encogí de hombros ya que ni cuenta me dí de que se había llevado mi libro. Observé a Jungkook y luego el camino mientras oía lo que decía.

—Mmm... Pues, estoy llegando —comenté rascando mi mejilla sin dejar de caminar.

"—Está bien, en cinco minutos paso..." —comentó y cortó la llamada.

¿Me... Enamoré? (Jungkook Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora