Tenía que decidirme. Mientras más tiempo pasaba con Jungkook, más y más me encariñaba con él; pero a su vez, peor me sentía por SunHee. Tampoco sabía si estaba bien o no, el sentirme de esa manera... Pero, teóricamente, yo no sé nada —acerca de sus sentimientos—, no me lo ha mencionado... Aunque mi conciencia sabe que lo sé, y eso me hace sentir mala persona.
Me sigo preguntando una y otra vez el porqué no me ha contado nada, y a Haewon sí. Nunca les cuento nada —que no es novedad—, pero si lo hago, normalmente se los comento a ambos, no hago una diferencia entre ese par. ¿Será porque ellos se conocen desde antes que yo llegue? ¿Será que porque él lo conoce? La única persona que podía responder mis dudas era ella, pero no puedo ir y preguntarle así como así.
Solté un suspiro observando el techo de mi habitación, sobando una y otra vez mi rostro. Pensaba y pensaba pero en ningún momento llegaba a una solución o, por lo menos, tener una alternativa. Y eso me ponía de mal humor, el pensar, el hacerlo para no llegar a nada.
El día de hoy mi salón no tenía clases ya que estaba en reparación el aire acondicionado. No sabía si era bueno o malo, bueno por poder dormir un poco más y, por lo menos, al no ver a SunHee me ahorro el trabajo de actuar algo extraña. Pero malo porque parece que intento esquivar el problema, cuando es lo que menos quiero.
Estaba cansada de hacer lo mismo sin llegar a algo, me aburría; quería salir. Jungkook me había dicho que le gustaría que después de la escuela, vaya a su casa a jugar videojuegos, por lo que observé la hora, aún es temprano... Pero puedo ir y esperarlo allá, supongo que los chicos estarán bien con eso. Nunca les ha molestado mi presencia y eso me agrada, me hacen sentir muy cómoda con ellos, realmente disfruto estar en su casa.
Cuando por fin pude salir de la cama, comencé a prepararme y al tener todo listo, salí en dirección hacia su casa. Coloqué mis auriculares y abrí Spotify en aleatorio para tratar de despejarme un poco en el camino. Pero aún así con la música, mi mente no lograba despejarse en lo absoluto.
Pensamientos como; "¿Y si me abro a Jungkook?", "¿Deberé decirle todo a SunHee?", "¿En serio tengo que hacer cómo que no sé nada?", ¿Comienzo a ver a Jungkook como un amigo?", "¿Dejo que las cosas se den solas?".
Por primera vez, había llegado a una casi alternativa, y cuando quiero darme cuenta, ya estaba frente a la entrada al vecindario donde vivían los chicos. Nunca lo había mencionado antes, pero siempre me pareció extraño cuánta seguridad tenía este lugar. La primera vez que vine me revisaron completa, y cuando digo completa, es completa. Por suerte, los de vigilancia ya me reconocen y hasta me saludan, son buena onda. Como todos, fingen que son serios y malos para generar miedo.
En fin, cuando estaba frente a la puerta de la casa de los siete, golpee ésta y luego de un rato recién me abrieron.
—¡___! Que sorpresa —murmuró al verme del otro lado de la puerta—. ¿No fuiste a la escuela? ¿Por qué?—preguntó dudando, un poco preocupado y también, con un aire a molestia.
Realmente demostraba ser el mayor al preocuparse por los demás, y hasta por mí. Jungkook me había mencionado que el parecía ser "la madre" de ellos, ya que siempre intentaba que estén bien y nunca les falte nada, muy tierno de su parte. Sonreí leve negando un poco con mi cabeza al notar que ese papel le queda muy bien.
—No, Jin... —reí—. Mi salón tuvo unos problemas de calefacción y nos dieron el día libre —comenté para que se quede tranquilo.
Su rostro cambió a uno más calmado gracias a mis palabras y asintió leve con una sonrisa. Hasta se preocupaba más que mi padre, es gracioso.
—Oh, está bien. Pasa —comentó haciéndose a un lado para permitirme el paso.
Asentí levemente y entré a la casa como si ya fuese mía, pasando directo a la sala para dejar mi abrigo. Se escuchó el sonido de la puerta cerrarse y a Jin acercándose a mi. Di media vuelta con mi cuerpo para verlo y estar frente a frente con él.
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¿Me... Enamoré? (Jungkook Y Tú)
Fanfiction____ es una chica de ____ (tu país) que, literalmente, el padre la llevó obligada a viajar con él, sin decirle ese tan famoso motivo que tanto aflije el corazón del señor, a Seúl, Corea del Sur. Allí tendrá que comenzar una nueva vida, nueva casa, n...