Capítulo 28

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Me olvidé del mundo. Me olvidé de mi alrededor. No me importó el hecho de que me quedasen mirando mal por andar corriendo como un niño de cinco años. No me importaba porque era feliz. Eramos ella y yo solamente. Sólo me importaba disfrutar este momento el mayor tiempo posible. Aprovechar cada instante del mismo; no desperdiciarlo.

Creo que esta es la primera vez en tres años, que me divierto de verdad, que no estoy pendiente del tiempo ni de mi celular, sólo el clima y la noche avisan cuando regresar; como esos días soleados en los que disfrutas afuera, jugando y riendo, aprovechas cada instante de sus potentes rayos, y cuando desaparecen de tu vista, en el momento que el anochecer se hace presente, te das cuenta recién ahí que es hora de volver.

Me he divertido mucho, demasiado, con mis Hyungs; jugando y haciendo una que otra tontería. Pero hoy... Hoy fue un día maravilloso. Su sonrisa me llenaba de energía y de fuerza para seguir jugando como dos pequeños que van al supermercado y corren por los estantes a las atrapadas.

Cuando llegamos a su casa, todo mojados y empapados por la lluvia, me invita a pasar pero me niego, ya es muy tarde y mis Hyungs deben estar preocupados. Seguro se enfadarán conmigo por haber apagado mi celular... ni al caso.

Antes de irme me contesta diciendo que la pasó muy bien hoy, con una sincera sonrisa en su rostro, que siento que nunca saldrá de mi mente.

Y haré todo lo posible por mantenerla.

Cuando llego a la casa entro con una enorme sonrisa en mi rostro; ¿para qué ocultarlo? Estoy realmente feliz porque todo se solucionó entre ___ y yo, y porque las esperanzas volvieron a mi. Siento como que puedo lograrlo, que puedo ser feliz. Que por primera vez voy a pelear por lo que en verdad quiero, y no quedarme callado ni hacer lo que me digan.

Sentía mis hyung preguntarme cosas y el porqué de mi tardanza, pero no los oída. Estaba metido en mi mundo y pensamientos. Creo que nunca estuve tan feliz en mi vida, o si; una vez. Cuando era pequeño me regalaron el chancho de peluche que tanto deseaba, lo llamé pato.

Ahora ni idea dónde está...

***

Cuando me percaté de que la clase terminó, tomo mis cosas y me voy. Al salir la veo caminando hacia fuera y corro para estar a su lado, al llegar me doy cuenta que lleva los auriculares puestos y no nota mi presencia, cuando por mi mente pasa una idea genial.

—¡Boo! —exclamo tomándola de los hombros a su espalda, con la intención de asustarla, pero parece que en mi cabeza salió mejor.

Se detiene, se quita los auriculares celestes con verde y gira sobre sus talones para descubrir quién intentó asustarla; en este caso, yo.

—Oh Jungkook, hola... —comenta muy natural para mi gusto, cuando alguien intenta asustarte.

—¿No te... Asusté? —pregunté con cierto tono de decepción mezclado con intriga. En verdad quería que se asustara.

Ella solo soltó un risita y guardó su celular junto con los auriculares en los bolsillos de su abrigo y comenzó a caminar, seguida de mi.

—No soy de ese tipo de chicas que se asustan por todo Jungkook... —habló mirando al frente para terminar mirándome, como si hubiese sabido que la seguiría, y regalándome una sonrisa.

Esta chica si que es especial. Si hubiera sido Midori ya estaría muy asustada y enojada conmigo, pero ___ no.

—¿Quieres hacer algo hoy? —le pregunto cuando estamos llegando al portón, colocando mis manos mis manos detrás de mi cabeza mirando el cielo; con esperanzas a que diga que sí.

¿Me... Enamoré? (Jungkook Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora