Capítulo 37

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—¡No! ¡Yo me sentaré ahí!

—¡Pero ese es mi lugar!

—¡Pero llegué antes!

Fruncí mi ceño observando aquella escena, negando con mi cabeza con una sonrisa burlona, además de un poco confundida. Era divertido, pero a la vez no.

—¿Siempre es así? —le pregunté a mi contrario sin dejar de observar al frente. Me daba mucha gracia ya que parecían niños peleando por un juguete.

—Todas las noches... —afirmó cruzado de brazos cuando voltee a verlo.

Rei leve negando con mi cabeza y solté un suspiro. Hoseok se estaba peleando con Taehyung por el lugar que estaba al lado de la esquina; no sé porqué, quizás les gusta. Con Yoongi estábamos observando aquella escena, hasta que Jin entró con la comida, y ambos jóvenes se comportaron, se ve que le tienen miedo.

—¡La comidaa~! —se oyó su voz por todo el lugar, haciendo una entrada triunfante, con la bandeja de lasagna en sus manos, y obviamente, guantes en sus manos para no quemarse.

Automáticamente, ambos se sentaron al lado y se comportaron; lo que me hizo reír mucho. Los demás se sentaron y Jungkook entró detrás de Jin, ayudándolo con algunas cosas. Este dejo la bandeja en medio de la mesa. Donde vi un lugar libre, al lado de la esquina, me senté y Jungkook se sentó a mi lado.

Al fin y al cabo, decidí quedarme a cenar. Evadí el tema con SunHe y le dije que estaba en lo de una vecina. Llame a mi padre preguntándole si podía quedarme a cenar, y me dijo que si... Supongo que le gusta que sociabilice. Además, me gusta estar con los chicos, son buena compañía. Estábamos cenando entre risas, juegos y charlas, y no hace falta decir que Jin cocina como los Dioses, ya que todos sabemos eso, ésta lasagna es un manjar; los chicos la están devorando al igual que yo.

Deberían probarla.

De un momento a otro, NamJoon se levanta y sale de la sala, supongo que a buscar algo. Pero cuando vuelve, llama a Hoseok; este se levanta y se va con él. Yo no le presté tanta atención ya que estaba hablando con Jungkook sobre temas triviales, y jugando.

A veces es muy tímido y otras veces extrovertido; me parece muy tierno de su parte. Pero me gusta más cuando estamos hablando, y comienza a tartamudear y olvida lo que me iba a decir. Yo siempre me río por aquello, y se enoja conmigo, pero vamos, finge estarlo. Noté que se sonroja muy fácilmente, ¿será sólo conmigo?

—Y bueno, terminé ganándole... —le comentaba a Jungkook la vez que aposté con Haewon, sobre quién podía comer más, y este me oía atento y se reía conmigo, hasta que NamJoon nos interrumpe.

—Jungkook, ¿puedes venir unos instantes? —lo llamó un tanto, ¿nervioso?

Yo sólo los observé curiosa. Mi compañero se levantó asintiendo y fue con ellos, pero a los pocos segundos, Hoseok aparece, sentándose a mi lado; y me miró sin decir nada. Lo ignoré tomando mi vaso y bebiendo del contenido, pero su mirada seguía clavada en mi.

—¿Qué sucede? —pregunte un tanto inquieta por su acción, dejando el vaso en la mesa para observarlo.

No me gustaba que me queden mirando por un rato, ya que me hacen poner incómoda y me entra la duda de que si tengo o no, algo en el rostro. Porque, monos no tengo como para que me queden mirando de la forma en que lo está haciendo el.

—Nada —sonrío— Ven —me puso de pie haciendo un movimiento con su mano para que lo siga.

Frunci leve mi ceño sin dejar de observarlo.

—¿A dónde? —pregunte curiosa e intrigada.

—Tú solo ven —rodó los ojos y tomo mi muñeca llevándome con él a la fuerza.

Suspiré mordiendo mi labio inferior y me levanté de mi asiento dejando que él me llevase. Estaba muy tranquila bebiendo de mi soda, ¿por qué tiene que molestar?

—Hoseok —suspiré frustrada— ¿A dónde me llevas? —pregunte intrigada al ver que vamos por un camino distinto de la casa, uno que no conozco.

No me contestó y siguió caminando, por ende, yo lo seguía. Me intrigaba mucho el que no hablase, ¿¡Acaso no me puede decir a dónde me está secuestrando?! Entramos al pasillo y lo recorrimos todo hasta el final, y al llegar, abrió una puerta y entramos. Pero literalmente, salimos.

—Mira que linda vista —sonrió mirando el cielo, soltando mi mano, escondiendo las de él en los bolsillos de su pantalón.

Salí con el y me coloqué a su lado observando el cielo. Me trajo a lo que parece ser el patio trasero de la casa; curiosa lo recorrí con la mirada. Césped, sillas y mesas, y una piscina. Alcé mis cejas sorprendída y levanté la vista.

—Si... Es linda —respondí luego de unos instantes observando el cielo y las estrellas brillando.

La luna estaba muy hermosa en la noche, ya que parecía que brillaba por lo blanca que estaba, más con la compañía de las estrellas, una excelente combinación. Cuando le iba a preguntar a Hoseok, con qué motivo me trajo aquí; el simplemente me dijo que ya volvía y se fue. Suspiré rodeando los ojos y me senté en el césped abrazando mis rodillas sin dejar de mirar el cielo. Contemplando la lleva vista que la noche nos regala.

Aproveché a pensar y buscar solución a mi problema. Por un lado, puedo hacer como que no leí la carta y seguir como si nada, ya que SunHe nunca me confesó que estaba enamorada de Jungkook. Aunque también, puedo decirle que la encontré, y hablar con ella y arreglar las cosas... Pero corro el riesgo de que se me escape que yo también estoy enamorada de él.

—Ash —me quejé y sobé mi rostro ya un poco cansada de pensar y pensar y no llegar a nada.

Eché mi cabeza hacia atrás cerrando mis ojos respirando tranquila. Pero el sentir unas manos tapando mi rostro, me alteró. Me enderece y coloque mis manos sobre las de la persona.

—¿Quién es? —pregunté curiosa tratando de liberar mi vista, pero la persona no quería— ¡Yah! —exclamé un poco molesta y otro poco riendo leve.

Al oír aquella risa singular, en ese momento supe de quién se trataba y suspiré relajando mi cuerpo. Mi vista fue liberada y se sentó a mi lado, entonces lo observé.

—¿Estás bien? —preguntó observándome imitando mi pose, abrazando mis rodillas.

Asentí leve girando mi cabeza hacia adelante. Desde la tarde me viene haciendo la misma pregunta, ¿no le basta con un "sí"? Sentí movimiento y no dije nada, estaba muy entretenida mirando las estrellas.

—¿Estás segura? —su voz se volvió a oír y mordí mi labio inferior, pero esta vez, sentí como acariciaba mi cabello, y lo colocaba detrás de mi oreja.

Cuando me giré a verlo, noté que estaba más cerca de mí, y no me incomodaba, era.... Lindo. Volver a sentir caricias de una persona especial, es lindo. No; es hermoso.

—Estoy segura... ¿no me crees? —pregunté leve mirándolo a los ojos.

Y entonces nuestras miradas se encontraron. Yo me vi reflejada en sus ojos, y me perdí en estos. Al parecer el también, ya que tardó unos instantes en contestar a mi pregunta.

—Sí, pero... —comenzó a hablar y se calló.

Bajó su mano hasta mi mejilla y observé está, luego levanté la vista y volví a verlo a los ojos. Creo que se dio cuenta que las palabras eran insignificantes, así como lo hice yo; nuestras miradas decían más que mil palabras, y no había problema, porque desde mi perspectiva, transmitimos lo mismo. Las mismas sensaciones.

Sentía como un lavarropas giraba y giraba en mi estómago. El sentirlo tan cerca provocaba eso. Miles de mariposas y sensaciones inexplicables para una simple adolescente como yo. Pero sí me decían algo.

Jungkook me gusta, y mucho.




¿Me... Enamoré? (Jungkook Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora