¿Por qué él? «Robert Downey Jr. Fanfic» «Editando»

Nuestra Boda.

*Narra Anna*

Después de probarme muchos vestidos, encontré el que a mi parecer era el más lindo. (Multimedia)

En los siguientes días mi madre y mis amigas llegaron a New York.
Mi madre se quedó en mi antiguo apartamento y mis amigas en un hotel.

Jude llegó una semana antes. Y para esta fecha Emily tenía un mes de embarazo.

Y así entonces llegó el día esperado.

-Realmente te vez hermosa.- dijo mi madre con una lágrimas en los ojos, mientras yo estaba parada delante del espejo con el vestido puesto.
-Por favor, no llores o me harás llorar.
-A tu padre le hubiera encantado verte así.
-Seguramente me está viendo.

Mi madre me abrazó antes de salir. Cuando salió escuché que llamaban a la puerta.

-Adelante.- dije.
-Te vez muy hermosa.- era el señor Downey.
-Muchas gracias.- dije cuando me abrazó.
-¿Con quién iras al altar?
-Con nadie, el novio mamá no pudo venir y él iba a acompañarme.
-¿Me concederías el honor?- dijo extendiendo su brazo para que lo tomara.
-Por supuesto.- dije tomando su brazo.

La boda iba a ser en un jardín muy hermoso que conocía. Desde que era niña mi sueño era casarme en ese lugar. Y al fin se hizo realidad.

Nos colocamos en la entrada el señor Downey y yo.
La música comenzó a sonar y pude ver a Robert en el altar. Lo vi sonriendo de oreja a oreja.

Y encontré su mirada, esa mirada con la que una vez soñé.
La mirada con la que me vió fue aquella mirada que tanto anhelaba, con la mirada que me demostró que me ama tanto como yo a él.

Comenzamos a avanzar hasta llegar a él.
-Felicidades.- dijo el señor Downey.
-Gracias. -respondió Robert.
Le regalé una sonrisa y se fue.
-Te vez hermosa.- me dijo tomando me de la mano.
-Gracias. -dije sonriendo.
-Hermanos...- comenzó el sacerdote que ofició la ceremonia.

Después de un rato llegó el momento en que nos colocamos las sortijas.
-Yo Robert Downey Jr. -dijo tomando la sortija de la mano de Candace. - Prometo amarte y respetarte hasta el último día de mi vida. Prometo estar ahí para cuando me necesites, en la salud y en la enfermedad, en las buenas y en las malas. Porque te amo tanto que no permitiré que te pase algo.
Eres la mujer más hermosa que he conocido, la más tierna, comprensiva, especial, bella y muchas cosas más. Eres en pocas palabras el amor de mi vida, la mujer más especial e importante. Ahora todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo, para siempre.

Me colocó el anillo que ahora me convertía en su esposa.

-Yo Anna Cooper prometo amarte y respetarte por el resto de mi vida. Prometo estar ahí cuando me necesites, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad. Yo te amo y eres lo más importante en vida. Porque eres el hombre más maravilloso del mundo y estoy tan agradecida de que estés aquí, conmigo. Siempre te amaré y todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo para siempre.

Le coloqué el anillo y el sacerdote dijo:
-Ahora los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.

Y ese fue nuestro primer beso como marido y mujer.

-Te amo, y siempre lo haré. Hasta más allá de la muerte. -me dijo Robert después.

Para la fiesta pasamos a un lugar techado, ahí Jude se acercó a mi.
-Anna...- dijo extendiendo los brazos.
-Jude.- dije abrazando lo.
-Estoy tan feliz por ustedes, de verdad los felicito.
-Gracias.

Nos despedimos y se fueron a sentar a una mesa.
-¡Anna! -gritaron Linda y Eli
-Hola chicas.- las tres nos abrazamos.
-Felicidades amiga.- dijo Linda.
-Gracias chicas.
-¿Dónde está Robert?
-Él dijo que tenía que preparar algo.
-Anna,¿ese no es Sting? -dijo Eli asombrada. Giré mi cabeza y ahí estaba él. Se acercó a Jude y se sentó con él.
-Si, si lo es.- respondí con una sonrisa en el rostro.
-¿Cómo te sientes?- preguntó Linda.
-De maravilla.
Eli tomó un bocadillo de una charola y dijo: -Les doy seis meses.
-¡Elisabeth!..-exclamó Linda.- Yo les doy un año.
Abrí mi boca para decir algo pero me interrumpieron.
-Yo pienso que toda la vida.- era Robert que llegó por atrás de mi y me tomó de la cintura.
-Oh... nosotras lo sentimos.-dijo Linda un poco apenada.
-No se preocupen, es normal apostar cuando dos personas se acaban de casar.
-Bueno, los dejamos solos.- dijo Linda tomando de la mano a Eli.