Capítulo 3: Comienzo de semana desastroso.

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Ya han pasado unos días desde que llegué y ya es Lunes. Primera semana de mi nueva vida. Apagué el despertador y me levanté de la cama. Fui al armario y saqué un vaquero negro alto y un jersey ancho gris oscuro. Cogí mi ropa interior y me dirigí a darme una ducha rápida. Me sequé el pelo con el secador y me lo dejé natural, ya que mi pelo tenía pequeñas ondas y no hacía falta que lo arreglara mucho, me eché un poco de rimel y pellizque mis mejillas para no verme tan pálida. Salí y me puse mis converse negras, cogí mi chaqueta de cuero negra, mi bolso, la tarjeta de la habitación y las llaves del coche.

-Buenos días. -dije cuando pasé la recepción -.
-Buenos días señorita Hamilton. -el recepcionista me sonrió y yo le devolví la sonrisa. Era un chico muy agradable.-.

Bajé en el ascensor a la cochera del hotel y me monté en mi coche, que era de un color rojo precioso y salí de allí ya que hoy quería ir a una cafetería donde buscaban a alguien para trabajar, por supuesto no perderé esta oportunidad y solo sería de 5 de la tarde a 8:30, por lo que no hay problema con la universidad. Estaba aparcando mi coche cuando oí un golpe y baje apresuradamente de él.

-¡Oh mierda! -dije tapandome la boca al ver lo que acababa de hacer. Había tirado una moto que además se notaba que era carísima. ¿Cuando tendré yo buena suerte? Nunca Kelly, aceptalo, respondió mi subconsciente. Me acerque a la moto e intenté levantarla, pero pesaba más que yo y miré a los lados para ver si alguien me vio tirarla pero al no ver a nadie entré rápidamente a la cafetería, no creo que tarde mucho-.

Cuando entré me sorprendí de lo bonita que era. Sus paredes eran de flores en un tono azul claro, con mesas y sillas de madera y en medio tenían un pequeño florero que quedaba genial. La barra también era de madera y tenia una gran vitrina con muchos pasteles que por la pinta que tenía deben estar deliciosos. Una voz me sacó de mis pensamientos.

-Hola, ¿le puedo ayudar en algo? -me preguntó una mujer con una gran sonrisa. Tenía el cabello por los hombros y era bastante guapa y se la veía agradable -.
-Sí, verá.. vine por lo del trabajo. -dije nerviosa-.
-Ah sí, esta cafetería es de mi madre y ella ya no puede venir a atender y me estoy encargando yo del negocio pero sola no puedo. Te veo perfecta para estar aquí. -sonreí tímida y ella me miró dulcemente. No me equivocaba cuando he dicho que era realmente agradable -. El trabajo es tuyo, ¿cuando quieres empezar?
-Cuando quiera, estaré encantada de estar en este sitio. Es precioso. -sonreí mirando alrededor-.
-Pues ven mañana mismo. El horario es de 5 a 8:30 de la noche. ¿Como te llamas? Yo me llamo Carmen . -sonrió y me tendió la mano y encantada se la estreché-.
-Kelly, muchas gracias por darme este trabajo. -sonreí-.

Salí de la cafetería con una energía indescriptible, todo parecía ir bien. Volví a sacar las llaves del coche para abrirlo pero una voz hizo que me parase.

-¡Eh tu! -me di la vuelta y vi al chico del taxi. Sí, el que me robó el taxi y rodé los ojos-. Anda mira a quien tenemos aquí, a la roba taxis. -rió -.
-Yo no robe nada. -escupí molesta -. ¿Que quieres? Estoy perdiendo mi valioso tiempo hablando con un desconocido.
-Tampoco es que me interesara hablarte -sonrió de manera falsa y yo hice lo mismo-. ¿Sabes quien ha tirado MI preciosa moto? -dijo recalcando que era suya y yo inmediatamente me puse nerviosa-.
-Yo.. -dije nerviosa-. ¿Por.. por que iba a saberlo yo?
-No sé, pensé que podías saberlo ya que estás aparcada justo delante, pero no te robo más tu valioso tiempo. -sonrió y se dio media vuelta-.
-Idiota.. -dije, menos mal que no sabe que he sido yo, pensé. -.

Entré al coche y me quité la chaqueta, y la dejé en el asiento de atrás junto al bolso y cuando estaba a punto de arrancar la puerta del coche se abrió.

-¡¿Que crees que haces idiota? -grité-. Tienes 3 segundos para salir de mi coche. -al ver que no salía empecé a contar-. 1, 2..
-Callate fea, sé que has sido tú. -me interrumpió y me empecé a poner nerviosa, las manos me sudaban y no me salían las palabras-.
-Mentiroso -dije-. La moto estaba así cuando yo aparque.
-La única mentirosa que hay aquí eres tu. -dijo serio-. Que te he visto desde la cafetería intentando levantarla.
-Por que, emm.. -piensa en algo Kelly, piensa-. Soy tan buena persona que la vi tirada e intenté levantarla pero esa moto pesa el triple que yo. -sí, ha sido buena esa, seguro que se lo cree.-.
-Mentir esta feo, casi tanto como tu. -sonrió -. Reconocelo ya de una vez, has sido tu.
-¡Arg, sí! -grité-. He sido yo, te pagaré los daños ¿vale? Pero baja de mi puto coche ya. -dije molesta-.
-No tan rápido señorita. No quiero que me pagues nada. -dijo sonriendo -.
-¿Entonces que mierda quieres?
-Que me lleves al menos a mi casa, ¿no?
-No, no, no. Ni loca. -respondí inmediatamente -.
-Está bien, no bajaré del coche si no me llevas. -dijo echando el asiento hacia atrás y acomodándose más. Pasaron 5 minutos y al ver que no bajaba hablé -.
-Te llevare idiota, pero no vuelvas a molestarme más. -y en cuanto dije eso, una sonrisa victoriosa se le escapó, lo miré mal. Si no fuera por lo estúpido que es sería atractivo. Muy atractivo. Es castaño, con ojos verdes y una cara realmente perfecta y tiene el cuerpo perfectamente bien trabajado. No me dí cuenta de que estaba embobada mirandolo hasta que habló -.
-¿Disfrutando de las vistas? -dijo levantando una ceja divertido-.
-Claro que no, pedazo de gorila. No me gustarías ni aunque fueras el ultimo hombre de la tierra. -dije poniéndole cara de asco. Será egocéntrico. -.
-Tranquila que no tengo intenciones contigo. -dijo y puse los ojos en blanco. ¿Pero este quien se cree?-. ¿Como te llamas, fea? Yo soy Alex.
-Ati que te importa. -dije molesta arrancando el coche y me miró demasiado mal para mi gusto-. Kelly, me llamo Kelly.

Empecé a conducir y no hablamos nada. Solo me decía donde debía ir para llegar a su casa. Cuando llegué, apagué el motor y esperé a que bajara.

-¿Vas a bajar o te vas a quedar aquí eternamente?
-No tendrás esa suerte. Hasta la próxima, fea. -dijo bajando del coche guiñandome un ojo, suspire cansada y volví a arrancar-.

Vaya comienzo de semana.. DESASTROSO, me consuela que al menos tengo trabajo.

La decisión de Kelly.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora