Capítulo 30: ¿Despedida?

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-Ya hemos llegado Kelly -miré a Alex y suspiré-.

Llegó la hora de las despedidas y odio tener que despedirme. En momentos así, echas un rápido vistazo a lo que ha sido tu vida, a las cosas importantes que has llegado a hacer y qué cosas y qué personas se han clavado lentamente para siempre en tu corazón. Yo, para ser sincera, mi vida no ha tenido nada de especial ni nada que las demás personas envidien, tampoco he hecho nada importante en mi vida. Soy un desastre en todo, y tan siquiera soy capaz de confiar en mi misma. He sido muy feliz hasta que cumplí ocho años. Mi madre nos abandona y una niña tiene que lidiar con los problemas de su padre alcoholico que le pega palizas cada noche. Una vida totalmente envidiable. Cada noche era una tortura y tenía menos posibilidades de salir viva de allí, siempre cada noche me prometía que me alejaría de todo lo que me hacía daño y creí que me comería el mundo, la vida me daba una segunda oportunidad o así pensaba. Me cruzo con personas maravillosas, esas personas que se han ganado a pulso que los quiera como si fuesen mi familia. Lydia es dulce, amable, guapa, simpática, escogí bien a mi única amiga de la infancia. Adam es el chico que todas querrían; cariñoso, casi tan amable como Lydia y por eso ellos son la pareja perfecta y se con toda seguridad que llegarán muy lejos. Y Alex.. Alex es especial. Al principio éramos como el perro y el gato pero todo eso ha ido cambiando con el tiempo y no quisiera perderlo jamás. ¿Por que cuando todo está en calma vuelve a ir mal?

-¿Estás bien? -preguntó Alex, negué con la cabeza y agaché la mirada temiendo ponerme a llorar. Alex me cogió de las manos e hizo que lo mirara-. ¿Que pasa?
-Odio tener que despedirme. -contesté sincera. Alex sonrió y yo fruncí el ceño. -. ¿Por que sonríes?
-Pensaba decirtelo después pero ya que te pones así te lo diré. -su sonrisa se hizo más amplia y yo comencé a ponerme nerviosa-.
-Juro que como no sueltes ya lo que tengas que decir te romperé lentamente todos tus huesos. -Alex soltó una pequeña risilla y le eché la peor mirada de odio de la historia-. ¡Alex ya!
-Está bien, está bien. -respiró hondo y volvió a sonreír-. Me voy contigo Kelly, unas semanas al menos para que no estés sola.
-¿Te estás burlando de mí? -negó con la cabeza-. No te puedes venir, Alex.
-¿Por que?
-Por que tu tienes tu vida aquí, no.. no puedes dejar todo así, Alex.
-Sí, si puedo. Es más, lo voy a hacer, quieras o no. -no sabía si de alegría o de tristeza pero comencé a llorar. Necesito a Alex pero no puede irse así sin más.-. ¿No quieres que esté contigo? -asentí-. ¿Entonces? Deja que te ayude Kelly, no quiero estar contigo por que tu me necesites.. quiero estar contigo por que yo quiero estarlo y ni se te ocurra llorar ni agradecerme por que lo hago por que te quiero. -me acerque a el y lo abracé con toda la fuerza que tenia-. Todo saldrá bien, ya verás.

****
Cuando entramos al aeropuerto vimos de lejos a Adam y Lydia y nos apresuramos para acercarnos a ellos. En cuanto Lydia nos vio abrió los brazos para que la abrazara y yo sin pensarlo me lancé a ella. Noté como Lydia hacia pequeños sollozos y traté de calmarla.

-Solo serán unos meses, volveré Ly. -dije con lágrimas en los ojos pensando que, puede que no volviera a verla.-.
-Ya lo se. -suspiró-. Te echaré mucho de menos Kelly.
-Y yo ati Ly, y yo ati. -me alejé de ella y le di un beso en la mejilla. Me acerqué a Adam y me envolvió en sus brazos -.
-Echaré de menos no verte siempre tirada en el sofá comiendo helado -dijo con una pequeña sonrisa, solté una pequeña risilla y me separé de él-.
-Volveré pronto -sonreí-.
-Pasajeros del vuelo 611, el vuelo saldrá dentro de 10 minutos. -informaron-.
-¿Todo bien? -dijo Alex cogiendome por la cintura, pasé mis manos por su cuello y asentí con la cabeza-.
-Gracias. -dije acercandome a Alex para darle un pequeño beso, el sonrió-.

Después de darnos los últimos abrazos y de que Lydia le echara un pequeño sermón a su hermano montamos en el avión. Este momento me recuerda a cuando iba a España. El mismo avión y el mismo asiento, solo que no voy especialmente ilusionada y voy acompañada de Alex. Apagué el móvil y até mi cinturón. Alex me cogió la mano en señal de apoyo y se acercó ami para darme un beso, gesto que agradecí. Lo único que me alegra de todo esto es que Alex esté conmigo, no sé que haría sin su apoyo.

-Te quiero Alex. -le dije con una pequeña sonrisa, apoyé mi cabeza en su hombro y cerré los ojos-.
-Yo también te quiero. -dijo comenzando a acariciarme el pelo. Y así poco a poco fui quedandome dormida-.

La decisión de Kelly.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora