Capítulo 6: Mala suerte.

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Cuando me recuperé, subí y empecé a hacer mi maleta. Al menos nos devolverían algo de dinero. ¿Por que tengo tan mala suerte? Cuando se entere mi tía de que me han robado todo el dinero es capaz de venir y arrastrarme para que vuelva a Nueva York. Aunque no tiene por qué enterarse, ¿no? Mi móvil empezó a vibrar y caminé hasta el escritorio para ver quien era.

-¡Kelly! -gritó mi amiga-. Me he enterado de lo del hotel, ¿donde irás? -suspiré -.
-De momento no lo sé, tendré que buscar algo para..
-Ni hablar. Te quiero en mi casa en menos de 1 hora. -me interrumpió-. No te quedarás en la calle si yo puedo evitarlo y no acepto un no como respuesta.
-Lydia, no quiero molestar.
-¡Que vas a molestar, boba! Vivo sola, no te preocupes por eso. Haz las maletas y ven, ¡ya verás que divertido será vivir juntas!. -dijo emocionada, y yo sonreí -. ¿Como soñamos de pequeñas, te acuerdas? -rió -.
-Está bien, pero solo una temporada. Me buscaré algo y cuando lo encuentre dejaré de invadir tu intimidad. -rió más fuerte-.
-¡Te espero aquí! -gritó y negué con la cabeza divertida-.
-Me dejarás sorda. -solté una carcajada-.
-Es que estoy emocionada, Kelly. Pensé que no te volvería a ver más. -reí -.
-No te pongas sentimental, anda.
-No te robo más tiempo, haz las maletas. ¡YA! -y colgó -.

Volví a dejar el móvil en el escritorio, me tiré a la cama y enterré mi cara en la almohada. Todo me tiene que pasar a mí. Quizá es un ''castigo'' por abandonar a mi padre. Siempre he odiado la manera tan cobarde que tuvo mi madre de dejarnos, pero ella al menos dejó una nota. Me gustaría hablar con él, llamarlo y decirle las razones por las que decidí irme pero él no se ha portado bien conmigo. Es duro no tener el apoyo de tu familia, muy duro. Pero si he aguantado toda mi vida sin ellos, podré aguantar aquí. Es la vida que me ha tocado y tendré que aceptarlo. Limpié las lágrimas que se me escaparon y me levanté de la cama para seguir haciendo la maleta. No dejaré que nadie más me haga daño.

Cuando terminé de meter todo y recoger todas mis cosas del aseo y meterlo en la mochila, cogí las llaves del coche y la tarjeta y fui a la recepción a entregársela. Después de miles de disculpas y de darme algo de lo que mi tía pagó por el hotel, me dirigí a mi coche y metí en el maletero las maletas. Otro cambio de hogar..

****

Aparqué el coche y volví a coger mis maletas. Llamé a Lydia para que me abriera y no tardó en hacerlo. Al mismo verme me dio un abrazo tan fuerte que creía que había roto mis costillas. Reí.

-Lydia, me.. me estás aplastando. -dije como pude pero no me soltaba-. ¡Lydia! -grité y me soltó por fin-.
-Que poco cariñosa eres. -negó con la cabeza-. Ven, pasa. Perdón por el desorden pero estoy arreglando tu habitación. -sonrió-. Siéntate, ¿quieres un vaso de agua, zumo, vodka? -reí-. Por el susto y eso.
-Agua. Agua está bien.
-Que hija de puta puede llegar a ser la gente. -dijo mientras venía con el vaso de agua en la mano-. Toma. -me lo entregó y me lo bebí de un trago-. ¿Solo han robado el dinero? -asentí-. No te preocupes por el dinero Kelly, la casa está pagada por mi padre y él me da el dinero justo para comprar comida. -suspiré -.
-No me gusta aprovecharme de nadie. -y era verdad. No me siento bien cuando alguien me paga algo, es como si me aprovechara de ella. Pero no me queda otra alternativa. -. Gracias.
-No te estás aprovechando, simplemente te ayudo. Hoy por tí, mañana por mí. -me guiñó un ojo y reí -. Viene mi hermano y su amigo a cenar, espero que no te importe.
-¿El gorila? -soltó una carcajada y asintió -. Es tu casa, tu mandas.
-Mientras hago la cena empieza a meter tus cosas a la habitación. -asentí-. La primera puerta que veas en el pasillo, esa es. Espero que te sientas como en casa. -espero que mejor que en casa, pensé. -.
-Gracias Lydia. -sonreí y ella también me sonrió-.

Entré a la que sería ahora mi habitación, al menos temporalmente. Lydia me había dejado la más bonita a parte de enorme. Tenía todas las paredes blancas excepto la pared donde estaba la cama enorme de madera, que tenía pequeñas flores rosas. La ventana tenía un asiento enorme que me pedía a gritos sentarme allí para leer. Será mi lugar favorito de la habitación. También había una leja enfrente de la cama con una televisión enorme. ¿Todo en esta casa es enorme? Habían dos cuadros colgados en la pared y cuando vi las fotos sonreí. Éramos Lydia y yo de pequeñas. En una salimos abrazadas riéndonos y la otra es en la playa. Metí toda mi ropa en el vestidor, si, tiene hasta vestidor y coloqué en la leja todos mis libros. La verdad es que esta habitación me encanta. Cuando terminé de arreglarlo todo salí para cenar. Estaba muerta de hambre.

-Iba a entrar ahora mismo para decirte que la cena ya estaba lista. -rió-. ¿Te gusta tu habitación? -asentí-.
-Es preciosa, muchas gracias. -sonreí y me senté en la mesa. De repente llamaron a la puerta y Lydia se levantó a abrir-.
-Deben ser los chicos. -cuando abrió, el gorila le dio un beso fuerte en la mejilla y el otro, que no sé su nombre, le sonrió. Cuando se acercó su cara cambió y juro que su mandíbula podía tocar el suelo de lo sorprendido que estaba de verme allí-.
-Cierra la boca no vaya a ser que te entren moscas. -dije tranquilamente-.
-¡¿Se puede saber que haces tu aquí?! ¿Me sigues a todos sitios o que? -gritó-.
-Ya quisieras, estúpido engreído. -dije mirándolo con asco-.
-Engreído por que puedo pero tu deberías cambiar de cara, al menos por un rato. -dijo sentándose al lado mío -.
-Callate imbécil, prefiero ser fea y tener neuronas que tener el cerebro del tamaño de una almendra.
- No habéis cambiado nada. - dijo riendo Lydia. Alex miró a su hermana frunciendo el ceño-. Alex, es Kelly.
-¿Y? Ya la conocí cuando me robó el taxi y me tiro mi preciosa moto.
-¡Que yo no te robé nada, estúpido! Y lo de la moto fue sin querer pero vamos que si llego a saber que es tuya ni me esfuerzo en levantarla.
-¡Seras mentirosa! -gritó-. Tu -dijo señalándome con el dedo-. Ibas a dejar mi moto en el suelo.
-¡A mi no me señales! -dije levantandome furiosa-.
-¡Y tu no me grites! -dijo levantándose el también-.
-¡Chicos ya! -dijo Lydia poniéndose en medio-. Alex, es Kelly, mi mejor amiga. Os llevabais fatal de pequeños y ya veo que eso no va a cambiar. -dijo riendo-.
-Pues sigues igual de fea y estúpida que de pequeña. -dijo sentándose de nuevo y yo rodé los ojos-.
-Gracias Lydia, se me ha quitado el hambre. Voy a dormir, hasta mañana. -cuando me iba vi a Lydia pegarle un pesco a su hermano y al otro chico riendo sin parar-.

Entré en mi habitación y me puse el pijama lo más rápido posible. No era mentira cuando he dicho que se me ha quitado el hambre. Pelear con el gorila es agotador pero no lo puedo evitar, me saca de mis casillas. Todos mis días son de mala suerte.

Poco a poco fui quedándome dormida.

La decisión de Kelly.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora