Capítulo 18: Todo queda en intentos

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Me desperté con un dolor de cabeza y un humor de perros brutal. Recuerdo la noche de ayer y las ganas de matar a Alex vuelven a nacer pero esta vez con más ganas. Miré la hora y solo eran las nueve de la mañana, solo he dormido dos horas, o al menos lo he intentado. Me levanté de la cama para desayunar algo ya que anoche cené muy poco y mi estómago pedía a gritos ser mimado un poco así que me preparé dos tostadas con nocilla y un vaso de leche caliente. Cuando mi desayuno estaba listo cogí una botella de agua fresca y me eché en un vaso. Nunca puedo desayunar sin un vaso de agua. Mientras comía salió Lydia de su habitación con cara de pocos amigos, se tomó una pastilla y se hizo un café.

-¿Que tal? -le pregunté con una sonrisa intentando mejorar su humor-.
-Mal, me duele la cabeza muchísimo.
-¿Y con Adam? -pregunté cuidadosamente, ella me miró y suspiró-.
-Bien, pero solo somos amigos. -dijo molesta-.
-¿Solo amigos? -dije extrañada-. ¿Y el beso qué?
-Esa fue su frase, no paró de repetirla. -bebí de mi vaso de leche y cuando iba a hablar me interrumpió-. Lo odio. Dijo, me gustas pero solo somos amigos. Una y otra vez pero una bofetada mía se llevó por idiota. -me reí-.
-Tu hermano también se llevó otra.
-¿Mi hermano? -asentí-. ¿Por qué?
-Oh nada, simplemente después de compartir babas y manosear a la rubia teñida tetas de silicona se intentó propasar conmigo y me dijo "Kelly, tu eres más guapa que ella" -imité su voz en un intento fallido-. Ah, y le tiré el tacón a la cabeza por seguirme, probablemente tenga un chichón pero eso le pasa por ser un estúpido mujeriego creído. -solté de una. Lydia me miró y estalló en carcajadas-. No es graciosa la situación, Ly.
-Si, si es. -dijo aún riendo y yo negué-. Oh si, ¡te gusta mi hermano y estás celosa! -gritó-.
-¡¿QUÉ?! -grité más fuerte-. Por dios Lydia, no tengo tan mal gusto.
-Algún día me darás la razón. -me guiñó el ojo y se fue silbando, parece que su mal humor se había esfumado-.

Será idiota. ¿Como me iba a gustar a mi ese gorila? ¡Por dios, es completamente imposible!

Cuando terminé de desayunar me encaminé a mi habitación para limpiarla a fondo, ya no podría dormir ni aunque quisiera, todos consiguen ponerme de mala leche. Antes de limpiarla llamé a mi tía y me dijo que mi padre estaba bien, un poco triste pero está comenzando beber menos y eso me alegra en el fondo pero si soy sincera, mucho tienen que cambiar las cosas para que decida volver con el. Me siento mejor conmigo misma por que llevo un mes trabajando y he ganado mi primer sueldo y le he podido dar algo a Lydia que tras una larga discusión acabó aceptando la mitad de lo que le daba. He de decir que mi jefa, a la que había cogido un cariño inmenso, había sido generosa con mi sueldo. Las cosas estaban tranquilas y eso me asusta, a veces pienso que algo malo viene detrás.

Puse la música a todo volumen y mientras limpiaba cantaba a pleno pulmón y hacia algún que otro paso de baile inventado. Se limpia mejor con música ¿no? Al menos lo hace algo menos aburrido.

Cuando quise darme cuenta la habitación ya estaba limpia y ordenada y yo estaba agotada así que me tiré a la cama después de poner una música más tranquila y me volví a dormir.

***

Sentía como alguien me sacudía lentamente pero me negué a abrir los ojos. Me acurruqué más a la cama pero la persona que me molestaba cada vez era más persistente y yo empezaba a perder la paciencia.

-¡¿Que coño quieres, joder?! -dije gritando-.
-Hostias, que mala leche tienes. -dijo esa voz molesta. Oh, esa voz. Espera, ¿que haces en mi habitación? Mierda Kelly, formula esa pregunta en voz alta, dijo una vocecita dentro de mi cabeza. Ah sí, es cierto, gracias subconsciente. Si, hablo sola. Y no, no estoy loca. -.
-¿Que haces en mi habitación? -intenté gritar pero mi voz falló, lo que causó que Alex se riera-. ¿Ya idiota o vas a seguir riéndote?
-Es que eres divertida, Kelly.  -dijo limpiándose unas lágrimas que se le escaparon-.
-¿Sabes también lo que sería gracioso? -dije acercándome a él-. Cortarte los huevos, triturarlos y dárselos de comer a las gallinas como no salgas de mi habitación ahora mismo.
-¡¡¡JAMÁS!!! -gritó tapándose sus partes y mirándome con horror. Me reí pero me volví a poner seria.-. ¡Te has reído! -dijo sonriendo, al instante yo también sonreí-.
-Vete ya, idiota. -dije sonriendo-.
-¿Estás enfadada? -dijo ahora serio-.
-Mucho gorila, mucho. -y era verdad, estoy enfadada. Bueno, estaba hasta que ha venido haciendo tonterías-.
-Lo siento, borracho hago gilipolleces.
-Borracho y sobrio. -me dio un golpe en el hombro y se rió-.
-¿Vemos una película? -sonrió-. He traido una de amor y cinco de terror. -dijo enseñandomelas sancandolas de una bolsa-. Y como te has saltado la hora de la comida -volvió a meter la mano en la bolsa y sonreí. A veces me sorprende lo bien que me conoce a pesar de los años que hemos estado sin vernos-. Palomitas, helado de chocolate, galletas y zumo de piña. -se me iluminaron los ojos-. Espero que te siga gustando todo esto, de pequeña me robabas mi comida. -reímos-.
-Gracias Alex -dije abrazándolo y él me dio un beso en la frente cariñosamente, cosa que me sorprendió un poco-.
-¿Sigues enfadada? -dijo mirándome divertido con una ceja levantada-.
-Un poco nada más. -me miró mal y yo reí-. Está bien, está bien, ya no estoy enfadada. -me sonrió y me extendió la mano para que la estrechara cuando lo hice tiró de mi y me abrazó. Me sorprendí pero le devolví el abrazo-.
-Gracias Kelly. -¿gracias? ¿ha dicho gracias?-.
-¿Por qué? No he hecho nada.
-Si, gracias a ti consigo ser un poco menos amargado. -reí-. Tengo peleas con mi padre cada día-.
-Anda, al menos tu peleas, yo no sé nada de él. -dije intentado mejorar su ánimo y el me sonrió-. Vamos, pon la película más terrorífica que hayas traído. -rió y cuando puso la película se sentó a mi lado-.

Lo miré y se veía cómodo, hacia muecas raras como intentando adivinar quien es el malo de la película, cosa que me hacia reír. Y pensar que yo estaba enfadada.. hoy todo se queda en intentos.

La decisión de Kelly.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora