Capítulo 16: Gracias

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Me desperté como cada mañana, pero era una mañana diferente; estaba de buen humor y eso se podía palpar hasta en el aire y no sé muy bien por qué, sé más bien por quién. La imagen de Alex no paraba de rondar por mi cabeza junto a sus comentarios. Es algo extraño, comienzo a querer llevarme bien con él. No es el mismo Alex de siempre, no es el Alex egocéntrico, creído y borde del principio. Me había demostrado que si tenía sentimientos, pocos, pero los tiene. Me levanté de la cama y fui al armario a pensar que me pondría hoy pero antes miré el tiempo por mi ventana y hacia un día soleado y precioso. Así que hoy decidí ponerme un vestido de flores por las rodillas de manga al codo, mi chaqueta de cuero y mis botas. Me peiné el pelo dejandomelo suelto y me pellizqué las mejillas para no estar tan pálida. Cogí mi bolso y salí a desayunar. Alex y Adam estaban sentados junto a Lydia, cuando estaba allí parada los tres me miraron y les di un beso en la mejilla a cada uno.

-Buenos días. -dije con una sonrisa-.
-Buenos días guapa. -dijo Lydia al instante-.
-¿A que se debe ese buen humor? -dijo Adam levantado una ceja y miré a Alex que no había dicho ni una palabra-.

Me senté y comencé a desayunar. Alex me miraba de vez en cuando y me sonreía, cosa que me tranquilizaba. Ya pensaba que me iba a comenzar a ignorar.

Después de desayunar nos montamos en mi coche, hoy conduciría yo. Alex se sentó delante conmigo y Lydia y Adam detrás. Comienzo a pensar que estos dos tienen algo, me alegraría muchísimo. Puse la radio y sonó una canción de Bruno Mars y Alex comenzó a cantar. Lo miré y comencé a reír.

-¡Alex, para! -grité riendo-. Cantas fatal. -él me miró y soltó una carcajada-.

Llegamos a la Universidad y nos separamos. Lydia y yo entramos a clase de Literatura y nos sentamos en las mesas de en medio de la clase. Nunca nos ha gustado sentarnos ni en las mesas de delante ni en las del final. Miré a Lydia y estaba haciendo garabatos en su libreta y como todavía no había entrado el profesor decidí sacarle el tema de Adam.

-Ly -me miró cuando la llamé y dejó de dibujar en su libreta-. ¿Que tienes con Adam? -ella se quedó pálida y deducí por su reacción que algo había pasado-.
-No.. nada -dijo nerviosa-. Una gran amistad.
-¡Oh, a mi no me mientes zorra! -golpeó mi hombro-.
-Oye, no me insultes. -dijo haciendo un puchero-.
-Zorra es bonito si se dice con cariño. -ella rió e intento desviar el tema sobre el trabajo que debíamos hacer-. ¡Se lo que estás intentando hacer! -grite dando un golpe en la mesa-. ¡Cuéntamelo todo ya! -dijo algo pero no entendí lo que me decía-. ¿Que? Habla claro, Ly.
-¡Solo un beso! -gritó apoyando la cabeza encima de la mesa, juro que su cara parecía un tomate, ¡que tierna! Grité emocionada y ella me pegó otra vez en el hombro-. Shh, no chilles Kelly.
-Lo siento, ¡pero estoy emocionada!-volvi a gritar-. ¡que fuerte, que fuerte! -Lydia sonrió y el profesor en ese momento entró haciendo que todos nos callasemos-.

***

Salí de la Universidad y le escribí un mensaje a Alex.

Gorila, ¿sales? Tu hermana se ha ido a comer con Adam. Contesta ya o te castro, me muero de hambre.

Recibí la respuesta casi inmediatamente, cosa que me hizo sonreír.

Estoy detrás tuyo, anormal. -reí-.

Me di la vuelta y vi a Alex parado frente ami sonriendo.

-Hola. -dije y me di un golpe mentalmente. Kelly, ¿eres tonta? ¿como se te ocurre decir eso? Él rió-.
-¿Comemos juntos? -me preguntó y asentí. -. ¿Compramos pizza? -volví a asentir-.

Nos dirigimos los dos en silencio hacia el coche y conduje hasta la pizzería más cercana. Después de que Alex comprara la pizza volvi a conducir hasta ''mi apartamento".

Entramos al apartamento y Alex puso la mesa en el salón para poder poner una película. Al final decidimos poner Desde París con amor, y aunque la película era de acción consiguió hacerme llorar. Cada película que veo hace que crea menos en las promesas ni en el amor. Al final todo el mundo te engaña con el fin de conseguir su objetivo y es muy triste por que me recuerdan a mi madre. Prometen que no te dejarán pero lo hacen igualmente, sin importar el daño que te hagan.

-¿Estas llorando? -preguntó Alex riendo. Me levanté del sofá por que no me apetecía hablar del tema y mucho menos que él comience a reírse. Él me siguió hasta la cocina-. Kelly. -me llamó y lo miré-. ¿Estás bien? -asentí-.
-Es solo que.. no me gustan estas películas ñoñas.
-Kelly, era de acción. -soltó una carcajada-.
-Tu no lo vas a entender. -y volvi al salón para sentarme en sofá de nuevo.-. ¿Puedes parar de seguirme? -dije cuando vi a Alex volver a sentarse a mi lado-.
-No hasta que no me lo cuentes, Kelly. -lo miré y sabía que muy en el fondo podía confiar en él. Suspiré-.
-Nada.. simplemente todo me recuerda a mi madre y la odio por eso. -dije sincera-. No sé por qué todavía tengo que recordarla y por qué trato de justificar la razón por la que se fue. Yo creía que mis padres eran felices juntos, ¿sabes? Bueno, creía no, estaba segura. Aunque era pequeña y no sabía lo que era el amor, cuando los miraba suponía que tenía que ser algo parecido. Tener alguien en quien confiar, saber que tienes a alguien que te apoya, que te quiere, saber que llegarás a casa después de un día duro y que mirarás a tu familia y tendrás tu recompensa. Siempre soñé con tener algo parecido. Cuando nos abandonó supe que todo eso desapareció, mi padre me odiaba por que le recordaba a ella y yo solo era una niña que tuvo que aprender a sacarse las castañas del fuego sola. -miré a Alex y me miraba como si lo que estaba contándole fuera lo más interesante del mundo y continué-. Mi madre ha dejado una fuerte marca en mí que es muy difícil que desaparezca y no puedo creer en promesas, al final todo el mundo te abandona. Y al final acabas preguntándote, ¿que es el amor verdadero? si todo el mundo acaba fall.. -Alex me interrumpió-.
-¿Que es el amor verdadero? -se quedó callado pensando y después de unos minutos habló-. Supongo que significa preocuparte más por la felicidad de la otra persona que por la tuya propia, sin importar las elecciones dolorosas que tengas que asumir para lograrlo. -lo miré y me quedé sin palabras-. Kelly, tu no tuviste la culpa de que tu madre se marchara. Quizá comenzaba a no ser feliz y su mejor opción en ese momento fue esa. -noté como las lágrimas comenzaban a salir y no me importaba que Alex estuviera delante-. No te tortures más, eres maravillosa Kelly. -lo miré y sabía que me estaba siendo sincero-. Un día se dará cuenta de su error y volverá. Pero recuerda que una madre nos puede dejar pero su amor no nos deja nunca, se encargan de dejarlo bien dentro de nosotros y estoy seguro de que te quiere, hay que estar loco para no quererte. -sonreí y lo abracé-.
-Gracias Alex, siempre sabes hacerme sentir bien. -suspiró-.
-Solo digo verdades. -me abrazó más fuerte-.

La decisión de Kelly.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora