Capítulo 13: Tarde de lunes agradable

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Odio los lunes con todas mis fuerzas. Odio la rutina. Odio el instituto. Odio madrugar. Odio el invierno. Podría hacer una larguísima lista de las cosas que odio pero mejor os contaré lo que estoy haciendo ahora mismo. Acostada en la cama, mirando al techo y teniendo una discusión conmigo misma sobre si debería o no levantarme. Deber debo pero ganas 0. Y otra vez suena el despertador. Con toda la mala leche del mundo cojo el despertador y lo estampo en la pared haciéndolo añicos y de repente una hermosa paz me invade. Sonrío victoriosa y vuelvo a cerrar los ojitos lentamente deseando tener el súper poder de dormir durante 72 horas seguidas.

-¡Keeeelly! -oigo decir detrás de la puerta-. ¡Llegamos tarde! ¡Vamos, mueve el culo! -empezó a dar golpes. Juro que en este momento quiero matar a Lydia.-.
-¡Que ya voy pesada! -grité furiosa-.

Disfruté de mis últimos segundos en mi preciosa y querida cama y muy a mi pesar me levanté. Cogí la ropa que usaría hoy, mi abrigo, mi bolso y mis botas y me metí al aseo. Después de vestirme me miré al espejo y me sorprendí yo misma de mi cara de zombie. Me hice una cola alta y me eché algo para las ojeras. Bah, a quien no le guste mi cara que no me mire. Salí del aseo y Lydia ya tenía el desayuno preparado.

-Buenos días. -me dijo cuando me vio entrar-. Parece que hoy se te han pegado un poquito las sabanas. -rió y yo la miré mal-.
-Odio los lunes. -dije bostezando.-.
-Anda desayuna que mi hermano nos espera. -dijo negando la cabeza divertida-.

***
¡¡¡Soy libre!!! Bueno, al menos hasta mañana. Hoy era mi día libre en el trabajo y mi jornada estudiantil ha terminado. Lo que significa que tengo la tarde libre. Lo que significa que hoy es un lunes menos lunes. Lo que significa que hoy no me moveré en absoluto. Aunque eso no es del todo cierto.. Alex me ha enviado un mensaje diciendo que si quería comer en el Mcdonald's y yo por supuesto le he dicho que sí. ¿Quien rechazaría esa oferta?

Salí de la universidad pegando pequeños saltitos. Me paré cuando llegué a la puerta principal y comencé a mirar a mi alrededor para ver si veía el coche de Alex. No creo que sea tan cabrón de dejarme tirada. ¿No? Sonó el claxon de un coche y dirigí mi mirada allí. No ha sido tan cabrón de dejarme tirada. Sonreí y corrí hacia el coche. Entré y me miró con una sonrisa.

-¿Ocurre algo, gorila? -pregunté alzando una ceja y él rió suavemente-.
-Pareces una cría -le saqué la lengua y negó divertido. Arrancó el coche y yo me acomodé más en el asiento subiendo los pies a la guantera. Miré a Alex como pidiéndole permiso con la mirada por que no se había percatado de que su precioso y carísimo coche estaba siendo ensuciado por mí. Cuando se dio cuenta me miró serio.

-Baja los pies, Kelly.
-Vaya un anciano estás hecho. -reí-.

Llegamos al Mcdonald's y pedimos. Tras una típica pelea de yo pago-no, pago yo nos sentamos a comer. Estaba un poco molesta por que no me gusta que me paguen nada y menos si no somos pareja ni nada por el estilo. Comenzamos a comer en silencio, ni el me miraba a mi ni yo a él, nuestras miradas se dirigían solamente a la comida. Miré a Alex y empecé a reír al ver que tenía toda la cara llena de ketchup. Él me miró y frunció levemente el ceño.

-¿Que bicho te ha picado ahora?
-Alex.. tienes.. toda la cara manchada de ketchup. -dije entre risas-.
-¿Ya? -dijo limpiándose. Asentí y mi risa cesó pero ahora era él el que se estaba riendo-.
-¿Que pasa? -pregunté-. Cuéntame el chiste para que me ría yo también.
-Tienes una patata en el pelo. -dijo riendo-.
-Oh -me toqué el pelo en busca de la patata-. ¿Ya? -asintió con una sonrisa-.

Cuando terminamos de comer fuimos a una heladería, nuestro sitio preferido. La camarera de la cafetería se quedó sorprendida cuando le pedimos un helado ya que fuera hacia un frío que te hiela hasta la sangre. Nos sentamos en la mesa que más cerca nos pilló y Alex me sonrió.

-¿Que te pasa por la mente para que sonrías tanto? -dije introduciéndome una cucharada de helado en la boca-.
-No sé, me sorprende que una mujer coma tanto estando con un chico. -sonrió y lo miré sin saber exactamente por que razón soltaba eso-. Normalmente suelen comer muy poco o simplemente decir que no tienen hambre por vergüenza, pero tu.. comes como un chico. -rió-. Bueno, tu y mi hermana.
-Comer es lo mejor de este mundo. -le guiñé el ojo-.

***

Estábamos llegando ya al apartamento. Después de tomarnos el helado hemos ido a pasear por el parque y hemos hablado de todo un poco. Desde chorradas hasta cosas serias. Me ha contado la razón por la que se lleva mal con su padre. Su padre quería que él heredara la empresa y él le dijo que su verdadera vocación y en lo que se ve en el futuro es en un hospital trabajando de médico. Dice que sueña con ser un médico famoso y trabajar en un hospital tipo Anatomía de Grey, cosa que me hizo reír, y que le encantaría llegar a salvar muchas vidas. Y como el me ha contado algo de su vida yo también le he contado la razón de por que me llevo mal con mi padre omitiendo las palizas que me daba.

Alex paró en la puerta del edificio y apagó el motor. Llega el momento de la despedida donde no sabes si darle un abrazo, un beso en la mejilla o simplemente huir haciendo la croqueta. La tercera opción me estaba pareciendo la más idónea hasta que habló.

-Lo he pasado bien. -me dijo sonriendo.-.
-Yo también. -le devolví la sonrisa. Y otra vez el incómodo silencio.. vale, esto es raro-. Bueno, me tengo que ir. -dije nerviosa-.
-Está bien. -se acercó a mi y me abrazó. Al principio me quedé de piedra pero luego le devolví el abrazo e ignoré a la pequeñita voz que surgía en mi interior que decía que esperaba algo más.-. Adiós Kelly. -dijo cuando se separó-.
-Hasta mañana. -le di un beso en la mejilla y salí con una enorme sonrisa-.

Una tarde de lunes muy agradable para mi gusto y no sé por que motivo ni razón, estoy feliz por tener a Alex de amigo.

La decisión de Kelly.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora