Capítulo 12: Siendo amable

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Nos encontrábamos todos recogiendo y ordenando toda la cabaña. La verdad que pensé que iba a ser más divertido. Lydia está con un dolor de cabeza y un humor insoportable, Adam la cuida y Alex solo hace ponerme caras de asco. Volvió el idiota de siempre. ¿Que le he hecho para que se comporte así? Está así desde el casi beso. Creía que podríamos llevarnos bien pero me da igual. Quedan dos días para volver a ver a Ryan y no sé por que pero estoy levemente emocionada. Sé que puede ser un buen amigo y un gran apoyo para mí y eso me alegra mucho.

Nos adentramos en el coche en un silencio incómodo. Adam lo notó y puso música lenta para calmar el ambiente. Y tanto que lo calmó por que me quedé dormida profundamente.

***

Abrí los ojos poco a poco y fijé mi vista en la ventana. Ya casi habíamos llegado a casa y Alex y Adam iban cantando alegremente una canción. Reí por que ninguno de los dos cantaba bien. Adam aparcó el coche y cuando bajó intentó llamar a Lydia pero al ver que no se despertaba la llevó en brazos hasta el apartamento y yo sonreí como una tonta al verlos. Pronto acabarán juntos, estoy segura.

-¿Se puede saber por qué sonríes todo el rato? -preguntó Alex mientras cogía las mochilas del maletero-.
-¿Está prohibido sonreír o que? -dije molesta-.
-Ni si quiera me importa. -se encogió de hombros y empezó a caminar hacia el edificio-.
-¿Puedes decirme que coño te pasa para que me trates así? -dije parandome frente a él con los brazos cruzados-.
-Quítate. -dijo serio-.
-No hasta que me digas que te he hecho para que vuelvas a ser el imbécil de siempre. -lo miré y sabía que comenzaba a estar furioso pero yo empezaba a perder la paciencia con el y no iba a permitir que me tratara como le diera la gana. -. Te recuerdo que fuiste tu el que quiso que nos lleváramos bien.
-Quería pero por mi hermana, no te emociones. Tu no me interesas en absoluto. -dijo mirándome con odio-.
-¿Te crees que tu ami si? -reí irónica-.
-Niñata. -dijo empezando a caminar-.
-Imbécil.

Entré al apartamento con Alex pisandome los talones. Lo miraba de reojo y sabía que estaba enfadado por como fruncía el ceño pero ¿por que estaba molesto? Yo no le he hecho nada, es él el que me trata mal. Retrasado.

-Dile a mi hermana y a Adam que me he tenido que ir. -dijo y yo asentí. Se dirigió a la puerta y cerró dando un gran golpe. Suspiré. -.

Maldito estúpido engreído bipolar. Se que luego se arrepentirá por como me está tratando. Una vocecita en mi cabeza me dice que puede sentirse incómodo al estar conmigo por el momento del casi beso pero descarté esa idea inmediatamente. ¿Como va a sentirse incómodo? Si seguramente habrá tenido miles de situaciones como esas y un beso no significa nada. Los dos estábamos jugando y fue eso, un momento donde los dos jugábamos y lo mejor es olvidarlo. Me senté en el sofá con una tarrina de helado de chocolate y enchufe la televisón para despejarme un poco pero llamaron a la puerta. Me levanté a abrir y Alex estaba mirándome con las manos metidas en los bolsillos. Volví a sentarme en el sofá y el se sentó a mi lado.

-Lo siento, intento ser amable pero a veces.. no sé comportarme -soltó después de varios minutos en silencio.-. Llevo varios días de peleas con mi padre y al final la pago con quien menos culpa tiene. Por eso es mejor que no me hables cuando esté así, digo cosas que no quiero. -lo miré y sabía que me estaba siendo sincero. Estiré la mano para coger la tarrina de helado y llevé la cuchara a su boca, él la abrió y se comió el helado. Sonreí.-. ¿Eso es que me perdonas?
-Supongo que sí, te entiendo. -me encogí de hombros.-.
-¿Me entiendes? -asentí-.
-Yo también tengo mala relación con mi padre -suspiré-. Bueno, no tengo relación directamente.
-¿Por eso estás aquí sola?
-Si pero bueno, he aprendido a vivir así. Mis últimos recuerdos buenos de tener una familia unida fue a los 8 años, antes de que nos abandonara mi madre. -agaché la cabeza-. Me he acostumbrado a estar sola.
-No saben lo que pierden todavía. -lo miré y me sonrió, gesto que devolví inmediatamente.-.

Me levanté y puse una película. Volví al sofá y me acosté, subí las piernas encima de Alex y el me miró divertido. Cogió una manta y nos tapó. Él seguía comiendo helado y eso me hizo sonreír. Me agrada el Alex amable.

Lydia:

Me desperté sintiendo un calor terrible y cuando me giré vi a Adam acostado al lado mío durmiendo como un bebé. Su brazo estaba descansando en mi cintura y sonreí. Me fijé bien en él y era condenadamente guapo. Pelo castaño, buen cuerpo, ojazos azules y las facciones de su cara eran totalmente perfectas. Tenía mil razones para ser un creído, sin embargo él era distinto y su manera de ser se reflejaba en como me trata. Siempre que me ve tiene en su cara una sonrisa. También es el mejor dando consejos y es el primer hombre que no sale corriendo cada vez que me pongo a hablar, al contrario, me escucha atento o sigue mi conversación como si fuera lo mejor que podría escuchar. Tampoco sale corriendo cuando estoy de mal humor y lo trato de pena, me da el follón hasta que le cuento que me pasa, en eso soy igual de cabezota que mi hermano. Es uno de esos hombres que ves y crees que es un engreído mujeriego pero que cuando conoces tu opinión cambia totalmente y te das cuenta al instante de lo equivocada que estabas y piensas que su físico es lo que menos importa por que es una persona que brilla con luz propia.

Hay dos tipos de personas: las que parecen que son buenas y que al final te consumen y te quitan la energía, pero no haces nada por evitarlo por que tienes una venda en los ojos. Y crees que por el amor que les tienes debes estar ahí, pase lo que pase sin darnos cuenta de que te vas apagando. Luego están las que te encuentran así, perdida, fuera de lugar y a pesar de que haces todo lo posible por alejarte, esas personas siguen ahí, volviendo a hacer que vuelvas a brillar y a tener felicidad.

Eso fue exactamente lo que me pasó con mi ex. Él era una persona dulce al principio pero poco a poco me fue prohibiendo ver a mis amigas, me decía como debía ir vestida y me obligaba a no salir de casa y yo se lo permitía por que mi amor hacia él era más fuerte sin ver que la que estaba perdiendo era yo, me fui apagando poco a poco pero entonces llegó Adam. Contagiandome su alegría y volviendo a hacer que brille. Hizo que volviera la Lydia de antes y a pesar de que yo al principio fui mala con él nunca me ha dejado sola. Y por eso creo que me he dado cuenta de que Adam me gusta. Me gusta de verdad.

La decisión de Kelly.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora