Capítulo 4: Viejas amistades.

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Quedaba una hora para que mi primer día de trabajo comenzara y he de admitir que estaba súper nerviosa. Estaba frente al espejo haciéndome una cola alta en mi larga melena rubia, cuando terminé eché un poco de base de maquillaje ya que tenía unas ojeras impresionantes, rímel para hacer mis pestañas más largas y un poco de colorete por que soy muy pálida. Recuerdo que mi madre en verano solía decirme que no tomara mucho el sol que me saldrían manchas y nunca le hacia caso, ahí todavía era feliz. Suspiré. No me pondré triste esta vez, tengo que ser positiva. Pero, ¿que sacas positivo de que tu madre te abandone y tu padre te pegue palizas sin importarle el daño que te causa? Sé que fue doloroso que mamá nos abandonara, era la mujer de su vida, pero también lo fue para mí. Siempre me ha echado la culpa de que nos abandonara y también dice que le recuerdo mucho a ella y por eso me odia. Limpie una lágrima que sin permiso cayo por mi mejilla y salí del aseo. Inspeccioné mi ropa y tras darme el visto bueno y coger mi bolso salí de la habitación. Saludé al recepcionista como siempre y me dirigí a la cochera a por mi coche. Solo espero que todo vaya bien.

Cuando llegué Carmen, así se llamaba mi jefa, me recibió con una sonrisa. Me dio un delantal que debía ponerme e inmediatamente me lo puse y me explico como debía hacer los cafés y todo eso aunque me dijo que yo sería quien serviría las mesas. Me dio una pequeña libreta donde debía apuntar los pedidos y entregárselo y comencé a hacer mi trabajo.

-Buenas tardes -dije con una sonrisa-. ¿Va a pedir algo?
-No, estoy esperando a alguien. -dijo dejando la carta en la mesa y cuando me miró se quedo asombrada, juro que la mandíbula le llegaba al suelo y yo la mire frunciendo el ceño-. ¿Kelly Hamilton? -preguntó y yo asentí-. ¡Oh dios! -se levantó emocionada y me abrazó, le devolví el abrazo un tanto incomoda ya que no sabía quien era-. ¿Te acuerdas de mí? -dijo cuando se separó y yo negué la cabeza -. Soy Lydia Walker, eramos mejores amigas. -sonrió -.
-¿Lydia? -pregunté asombrada y asintió repetidas veces. Joder, no parece ella, había cambiado muchísimo. Se había tintado el pelo y estaba mucho más delgada, aunque yo hace 5 años que no la veo y es normal que haya cambiado. Estaba realmente guapa.-. Vaya, si que has cambiado. -dije sonriendole -.
-No puedo decir lo mismo, sigues igual que hace 5 años, eso sí, más guapa. -reí -. ¿Que haces aquí? ¿Te has mudado? -asentí-.
-Si, ya he cumplido los 18 ya sabes.. quería independizarme. -sonreí. Obviamente ella no sabe nada de lo de mi padre ni tengo intención de contárselo a nadie, por ahora-.
-¿Y tu padre? -preguntó-. Le encantará saber a mi padre que su mejor amigo desde la infancia está aquí. -rió -.
-No, mi padre no está aquí. Cosas del trabajo, pero pronto se mudara. -mentí -.

Hablé unos minutos más con ella y nos dimos los números de teléfono para estar en contacto pero lo mejor es que va a la misma universidad que yo. Pensé que no volvería a ver más a mi mejor amiga y me ha alegrado volver a coincidir con ella. Cosas del destino.. miré a mi amiga ya que había venido su acompañante y vi al chico del taxi, ¿como se llamaba? ¿Andrés? ¿Anthony? Ah sí, Alex. Frunci el ceño. ¿Serán novios? Nah, no creo que Lydia tenga tan mal gusto. Ella es guapísima y el es un fallo de ser humano, hicieron algún experimento raro con él por que ese retraso no era muy normal. Alex miró en mi dirección y me guiñó un ojo. Yo como toda dama que soy le saqué el dedo de en medio y me giré dándole la espalda. Maldito engreído. ¿Quien se cree que es? Es guapo y tiene un cuerpo de escándalo pero no es miss universo. No me fijaría en él ni aunque fuera el último hombre del mundo. Imbécil. Volví a concentrarme en mi trabajo y dejar a un lado estos estúpidos pensamientos.

*****

Llegué al hotel agotada, la cafetería era todo un éxito. Carmen me dio las gracias por el buen trabajo que estaba haciendo y que quería verme mañana de nuevo. Cogí mi ropa interior y mi pijama y me metí en la ducha. No hay nada mejor que una ducha caliente para desconectar. Al salir seque mi pelo con el secador, me quité el resto de maquillaje con una toallita por que con el agua se me había corrido el rímel y me vestí rápidamente.

Cuando me metí en la cama y estaba tapada, apagué la luz de la mesilla y estiré la mano para coger mi móvil y llamar a mi tía, ayer se me olvidó por completo llamarla. Contestó inmediatamente.

-¡Kelly Hamilton! -gritó.-. ¿Te parece bonito tenerme un día sin llamarme? -reí. Mi tía es una dramática-. Ah, ¿y te ríes? No me hace gracia, jovencita.
-Eres una dramática. -empecé a reír y ella después rio también -.
-Estaba preocupada, cariño. No espero que me llames todos los días pero al menos las primeras semanas sí.
-Lo sé, lo sé. Ayer estaba cansada, estuve de aquí para allá todo el día y no tuve tiempo apenas.. cuando llegué me acosté directamente.
-Está bien, pero no lo vuelvas a hacer. -suspiré-.
-¿Y.. y mi padre? ¿como está? -pregunté con voz temblorosa y suspiró-.
-Pues está como siempre.. hecho un bestia. Quiso llamar a la policía pero yo hablé con él y le dije que te habías ido y que había sido un padre de mierda contigo, que no te buscara que ya eras mayor de edad y.. ya está.
-¿Y ya está? ¿Así se ha tomado que su única hija se vaya? Si que me quiere, increíble. -dije riendo irónica -.
-No cielo. Tu padre te quiere, solo que.. lo de tu madre fue muy duro para él. -dijo con tristeza -. Aún puedes volver cariño y arreglar las cosas con él.
-¿Y no fue duro para mí? ¿Que niña de 8 años puede aceptar que es un estorbo para su madre? -dije llorando-. ¿Como cojones debo aceptar que mi padre me pegue diariamente y que me diga que me odia?
-Kelly cariño..
-No tía, ni Kelly ni nada. He sufrido mucho ya, y no me lo merezco. Todas las niñas a mi edad jugaban y andaban felices y yo era la niña solitaria que no jugaba con nadie, que no sonreía y estaba constantemente en el hospital. ¡Tenía que pedir para comer! -grité-. No voy a volver con ese hombre, para mí no es mi padre. Yo no tengo familia. -colgué y comencé a llorar más fuerte-.

No me puedo creer que mi tía quiera que ahora vuelva con él cuando ella me ha ayudado a escapar. No volvería con él jamás en la vida, ya he sufrido suficiente sin merecermelo. Ahora me toca a mí ser feliz y si eso implica estar sola toda mi vida, estaré, como siempre he estado.

La decisión de Kelly.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora