Jack Dawson

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El 11 de abril el Titanic hizo una parada en Irlanda, después de allí era viaje directo a New York. Según se rumoraba entre varios pasajeros de segunda clase (entre los pasajeros de segunda clase se encontraban personas que habían apenas alcanzado a pagar ese boleto por lo que no se consideraban muy importantes y les gustaba hablar con los pasajeros de tercera clase en las escaleras o en la proa) había embarcado allí una mujer rica por su marido, siendo la envidia de muchas otras damas de primera clase.

Este día me sucedió algo que aún me cambió de una forma extraña pero inolvidable. Recuerdo que aquel día salí a respirar un poco a cubierta, los caballeros estaban jugando una partida de cartas, pase derecho sin verlos a los ojos, me estaba esforzando por ver las ocupaciones de la gente pero aún no podía verlos a los ojos. Caminé al frente y fui a parar directo a la proa sentándome en un pedazo de barandal que sobresalía. Un grito del capitán me estremeció.

-A todo vapor- ordenó.

-Suban a los 21 nudos- volvió a repetir uno de sus ayudantes.

El viento comenzaba a sentirse con mayor fuerza contra mi cara, pero era agradable, no era una brisa como para que impidiera respirar, era una brisa totalmente refrescante, me agradaba este clima y cambio de aires. No era fresco como el aire de la colina sino cálido y amigable conmigo

En un abrir y cerrar de ojos llegaron corriendo a la proa dos chicos. Los observé por un momento, ninguno de los dos se percató de mi presencia pues nunca vieron hacía atrás. Entonces recordé que los había visto el día anterior cuando el barco zarpó, fue el mismo chico junto con un amigo, ambos estaban asomándose al mar, casi medio cuerpo de fuera que hubiera sido fácil tirarlos por la borda. Me levante y comencé a caminar lentamente al lugar recargándome en un barandal a una distancia de cinco metros de ambos.

-¡Oye mira, mira!- le decía el chico de cabello rubio a su amigo señalando los delfines en el agua. El viento alborotaba su pelo al asomarse- ¿Lo ves?- le preguntó. Me asomé por la borda como si me hablara a mí, yo no logré ver nada, vi un poco frustrada al joven; ellos parecían observar los delfines a precisión, me asomé nuevamente y un poco mas para alcanzar a ver todos los que ellos veían,

-Cuidado- me sujetó alguien de la cintura, sin darme cuenta estaba a punto de caerme de boca por la borda por mi espontánea curiosidad

-Gracias- le dije, el joven se alejó pero no desistí en desear verlos. Se podía escuchar el silbido del viento contra nuestros oídos y del agua pegando en el casco del barco.

-Ya puedo ver la estatua de la libertad- le dijo su acompañante, voltee a verlo confusa. Jack se percató de que estaba allí de curiosa y me sonrío amigablemente, él fue el primero en hacer contacto visual conmigo- muy pequeña por supuesto – aclaró llamando la atención de su amigo nuevamente.

De momento, aquel chico se paró en la punta del barco gritando a todo lo que le daban sus pulmones: SOY EL REY DEL MUNDO. Esa frase traspaso fronteras.

Después de ese momento extraño en mi vida, bajé al camarote que me había tocado. Esa mañana también habían abordado dos irlandesas muy amables, aunque me costaba comprender lo que me decían por su acento diferente.

Fueron demasiado amables conmigo. Según comprendí, ambas eran hermanas y viajaban para visitar a su hermano menor. Las dos tenían bonitos ojos y eran un par de años mayores que yo.

Llevaban una pequeña canasta con pan irlandés que bondadosamente me compartieron en el camarote, seguido de un fuerte abrazo y unas palabras que no entendí, pero supongo que era "Es bueno estar aquí"

Además de estas dos peculiares compañeras de viaje, el barco transportaba a personas de varias partes de Europa. Ambas comenzaron a ponerse cómodas en la habitación sacando sus cosas de las maletas que llevaban. Asentí sin saber qué hacer, entonces señale la puerta y les dije que estaría afuera en caso de que necesitaran algo (supuse que entendieron ya que me sonrieron) Tomé el libro que estaba sobre mi cama conmigo y salí fuera.

TITANIC. Si Jack hubiera sobrevivido (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora