¿Habré hecho lo correcto?

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En la cubierta transitaban muchas personas, la mayoría con la cabeza cabizbaja, pensativa o incluso perdida. Aquellos días parecían tristes e incluso grises, o tal vez esa era mi percepción. Había gente que veía al mar con la esperanza de que sus seres queridos regresaran de allí, pero nunca lo harían. El número de muertes aún no había sido publicado y los nombres de los "desaparecidos" empezaron a correr rápidamente.

El dolor dominaba al Carphatia por todos lados, en todas las clases sociales.

Aparté la vista de la cubierta y me apresuré a entrar a la sala de objetos perdidos. Era una habitación como cualquier otra, pero esta tenía un olor de mar muy penetrado, había más gente de lo esperado. Las cosas habían sido clasificadas por clases sociales y había tres secciones (para primera, segunda y tercera. A pesar de que el Carphatia solo estaba equipado con primera y segunda clase) Se hacía una fila conforme al boleto que se tenía en el Titanic. Había varios marinos allí con una lista en mano, preguntaban el objeto que buscaban y caminaban al fondo para buscar entre unas cortinas, uno de ellos la levantó por un instante y fue allí donde me di cuenta de que no había muchas cosas ¡Lógico! ¿Qué tanto se podría haber rescatado de un par de días solamente? Según recordaba, hasta llegar a tierra era que se empezaba a buscar los cadáveres y las posesiones, muchas de las cuales nunca aparecerían por las corrientes marítimas.

Agaché la cabeza, cuestionándome que era lo que verdaderamente pensaba hallar allí. No tenía nada que reclamar "Tengo todo lo que quiero conmigo, aire en mis pulmones y un par de hojas en mis bolsillos" Recordé lo que me contó Jack de aquella noche. ¿Acaso no había aprendido la lección de ser agradecida y conformarme con lo que tenía? "Algunos no valoran lo que tienen" "Su vida" Recordé a Piwere.

Estaba a punto de girar e irme cuando fue mi turno, el marino tuvo que llamar dos veces por que estaba demasiado centrada en mi misma, de seguro que ya le habría pasado esto antes.

-Descripción- me dijo viendo su lista.

-¿Perdón?- fue lo primero que pude responder.

- ¿Qué busca?

-¡Ah sí!- reaccioné. ¿Qué buscaba? Moví un par de veces mis ojos en lo que mi cerebro pasaba lista del por qué estaba allí- Une valise- respondí en francés

- ¿Podría repetirlo? – me vió extrañado.

-Una valija- le dije.

- Descripción

-Como de este tamaño- hice el cuadro con mis manos- café o color capuchino, un tanto gastada.

El marino caminó dentro, respiré hondó tratando de tranquilizarme, un cosquilleo invadió mi cuerpo, un sudor frío me recorrió el cuerpo entero y la piel se me puso de gallina. ¡Algo andaba mal y lo podía sentir! Volteé lentamente queriendo saber que me provocaba esa reacción. Observé rostros, analicé caras y entonces reconocí una fisonomía.

¡Cal estaba en la misma habitación que yo!

¡No podía dejarme ver! ¡No debía de saber que estaba viva! ¡No podía hacerle saber que Jack y Rose estaban vivos! Me petrifiqué por un momento. Di la vuelta esperando a que pudiera hacerme invisible y desaparecer de allí. Giré mis pies y estaba dispuesta a salir corriendo de allí.

-¿Es esta su valija?- me preguntó uno de los marinos extendiéndome la vieja y mojada maleta.

-Sí- la tomé rápido y estaba por salir cuando me volvieron a detener.

-Necesita rellenar estos formularios- me extendió una hoja, mi vista la leyó lo más rápido que pudo, la vista se me nublaba y me temblaba la mano, el marino que me pasó el formulario parecía sospechar de mí. En situaciones normales, esto podría parecer un robo, pero para mi era tratar de salir de allí. Ese hombre me había intentado asesinar y en menos de tres días lo volvía a ver y solo Dios sabe con que intenciones.

TITANIC. Si Jack hubiera sobrevivido (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora