Una luz de esperanza

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Si hace un par de horas alguien les hubiera dicho que ese barco en el que iban se hundiría acabando en el fondo del océano y llevándose consigo la vida y sueños de muchos, no hubieran creído. Yo lo había intentado pero no funcionó.

Todos esos lujos y arreglos que tenía el Titanic se habían perdido en solo un par de horas el único indicio que quedaba de la existencia de ese enorme y lujoso barco eran los pedazos de madera, camillas, puertas, marcos, mesas y sillas que flotaban en la superficie con personas sobre estas.

A mis oídos empezaron a llegar ciertos ruidos extraños, como estaba todavía dormida no entendía lo que pasaba. Estaba soñando que me encontraba en un bosque oscuro de noche y que alguien me estaba persiguiendo, yo corría rasgándome en ocasiones con las ramas de los árboles y chocando con enormes piedras. Algunos destellos de luz llegaban a mis ojos deslumbrándome en momentos breves pero yo seguía corriendo, de momento llegué a un acantilado y caí en este, antes de que llegará al fondo desperté con el corazón muy acelerado y de un salto.

El grito del oficial de marina me volvió a mi realidad. Movía sus brazos a los lados, como si intentara volar, y el silbato en su boca retumbaba una y otra vez. La lámpara seguía en sus manos y con más intensidad gritaba "¡AQUÍ ESTAMOS! ¡AQUÍ ESTAMOS!"

Me levanté rápido moviendo un poco el bote. A la vista estaba un bote tripulado por tres oficiales que buscaban sobrevivientes. Poco a poco se fueron acercando hasta donde estábamos, algunas personas empezaron a despertar a medias y se lanzaron al agua fría para nadar hasta el bote.

Los oficiales empezaron a subir a estas personas y darles unas mantas para calentarse

-¡HAY NIÑOS AQUÍ!- gritó el oficial en el bote al ver a todos los pequeños alrededor mío. Varios niños dormitaban como yo pero otros estaban profundamente dormidos. El oficial que había estado con nosotros hasta ese momento se alegró profundamente al ver que habían regresado sus compañeros.

-¡Estaba aquí!- comentó uno.

-Revisen a los niños- indicó el otro- necesitamos que todos estén vivos. Súbanlos y denles una manta.

Los pequeños despertaron un poco confundidos y adormilados, los oficiales veían que abriera los ojos y los subían al bote. Así fueron pasando a todos los pequeños al otro bote

-Vamos señorita suba-me dijo uno de los niños extendiendo su manita hacia mí. Traté de levantarme pero ya no sentía nada, completa y absolutamente nada.

-No puedo-hablé estas palabras con dificultad. Tenía la voz demasiado débil

-Tiene a un bebe en brazos- les dijo el oficial que se había quedado con nosotros. Uno de ellos se bajó del bote y me cargó hasta el suyo. Él estaba caliente y sentí su calor pasar a mi cuerpo. Poco a poco se llenó de gente el bote.

-Hay más lugares aquí, dejen subir a más- repetía suavemente

-Tranquila señorita- me cubrió con una manta uno de los oficiales- Vienen los demás botes en camino. Gracias a Dios algunos botes del California están ya por llegar. No tardaran- me aseguró- Usen ese también- dijo refiriéndose a mi bote- llénenlo hasta su cupo máximo y lo jalaremos junto con este. Vamos, deprisa.

Otro bote llegó al lugar y empezó a subir a los demás sobrevivientes a este, la gente que estaba cerca del tercer bote se fue acercando a ese para subir. Alcé un poco la cara viendo subir al bote a Rose. Ella estaba bastante entumida y se movía con torpeza sobre el agua, un sargento la ayudó a subir y seguida de él Jack. Ella lo iba casi arrastrando pues Jack también se movía torpemente. Los sargentos lo subieron y Jack se dejó caer en el suelo del bote, otro sargento lo levantó y sentó al lado de Rose

TITANIC. Si Jack hubiera sobrevivido (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora