TITANIC. Si Jack hubiera sobrevivido (COMPLETA)

Desembarco en New York

Después de todo aquellos que había sucedido sentía como si el tiempo se hubiera detenido un segundo y hubiéramos aterrizado en otra dimensión, una diferente, una un poco confusa y gris pero que ahora era nuestra realidad.

Lo único que no podía creerme aún era que delante de mí tenía a alguien que había fallecido por un accidente, por un suceso imprevisto por un par de minutos o tal vez de horas... la verdad esto ahora ya no me importaba. Mirando todo bien, había abierto una nueva línea de tiempo pues todo aquello que yo sabía que pasó ya no fue; aun así algunas cosas nunca cambiaron de lo que recordaba que pasaron.

Al fin y al cabo, el barco no llegó a New York, hubo menos muertos, era cierto, pero el número no disminuyó mucho del conteo inicial. Puede que hubiera hecho todo este viaje y aun así hubiera cosas que nunca cambiarían, que no se podían cambiar.

Y allí, viendo a dos amantes abrazarse, mi cabeza dio un giro tan fuerte que sentí que iba a perder la conciencia. Lo que pude hacer en ese momento fue sostenerme de la pared, respiré hondo y entonces cerré los ojos, cuando los abrí parecía que todo se había vuelto a pausar. En mi cabeza se empezó a proyectar cierto recuerdo, estaba sentada frente a ese "televisor" y entonces una película acababa de terminar, yo tragaba saliva y tenía un nudo en la garganta, la película trataba sobre un viaje en el tiempo, el chico intenta salvar a la chica de una muerte que parecía no poder evitar, y así fue, a pesar de sus intentos desesperados por ayudarla no pudo salvarla. Ella muere al final... yo no podía parar de llorar, odio los finales tristes pero, la vida real es así, a veces, aunque tuviéramos un botón de retroceso, no podríamos evitar muchas de las cosas que nos pasan y, hasta cierto punto esas experiencias nos enseñan, nos ayudan, nos hacen fuertes, aunque también nos duele hasta el alma lo que sufrimos con ellas. Esa película terminó haciéndome ver que no podía salvar a todos de lo que les pasaría.

Entonces regresé a mi realidad, las personas se volvieron a mover y aquel recuerdo se desvaneció dejando un vacío en mi mente nuevamente.

Me acerqué a Jack y Rose con una leve sonrisa en los labios "Tal vez no pueda salvar a todos pero por lo menos lo salvé a él" Pregunté sobre los planes que tenían al llegar a tierra, Jack me dijo ya encontraría algún trabajo y un lugar para que pudieran quedarse.

-Y te ayudaré en lo que sea necesario- Rose le sonrió. La abracé nuevamente y no podía dejar de felicitarla. Abracé a los dos por encima de los hombros, respiraba lento tratando de contener toda la alegría, nostalgia y gozo que tenía en ese momento

Estuvimos platicando por un largo rato más hasta que ya no sabíamos que decir para no caer rendidos de sueño, habíamos hablando de todo y de nada; nos dimos cuenta de lo tarde que era cuando vimos que ya no había nadie caminando por los pasillos, entonces procedimos a levantarnos e irnos cada quien a descansar un poco para lo que nos esperaba al día siguiente.

El buque Carpathia iba a hacer un primer desembarco en la isla de inmigración, a pesar de los requerimientos necesarios, a todos los que habíamos viajado en el Titanic, no nos pedirían nuestros papeles correspondientes. Fui a acostarme con eso en mente, mañana empezaría una nueva vida, gente nueva, tierra nueva, experiencias nuevas. Mi estómago dio un vuelco, estaba nerviosa pero emocionada a la vez, daba vueltas sobre mis mantas (creo que aquella noche no deje dormir muy bien a mis compañeras de habitación) El sueño me empezaba a vencer cuando desperté de golpe pensando en algo "¿Y si Cal me veía allí?" O peor aún "¿Si se encontraba con ellos?" Tenía que encontrar la forma de protegerlos, me moví en sobre mi manta unos segundos más y entonces me venció el sueño.

A la mañana siguiente abrí los ojos de uno solo, no tenía idea de que hora era, voltee a los lados y la habitación estaba vacía, guardé silencio, se podía oír una fuerte bulla de fuera ¡Estaban desembarcando! Quité mi manta de encima y la metí en la maleta que había usado de almohada aquella noche, me peine con los dedos el cabello y salí corriendo fuera. Pasé el corredor y salí a la cubierta, desde allí pude ver a los pasajeros descender solo con lo que llevaban puesto. En otras ocasiones era de suponer que al arribar al lugar bajaran con cosas pero nadie tenía nada que bajar. Era la única que cargaba con una valija en mano. Di una mirada rápida por el lugar buscando el rostro de alguien conocido pero no pude percibir a nadie.