Convenciéndoles

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Agustín procuraba que el pequeño no estuviera en contacto con el agua pues era de suponer que su cuerpo tal vez no podría soportarla. Lo cargaba lo más arriba que podía, de momentos parecía que el pequeño se resbalaba pero Agustín lo volvía a levantar de un tiro y seguíamos por el pasillo.

-Agustín- le tomé del brazo por un segundo deteniéndolo- Necesito ir por alguien más.

-¿Estas segura de que está aquí?- me preguntó viendo el agua seguir subiendo.

-Sí. No necesito que vayas conmigo- anuncié, volví adentro y tomé el hacha en mis manos- se cómo llegar. Lleva al niño arriba y suban a un bote. No hay tiempo que perder.

Comencé a caminar hacia el lado contrario de la salida.

-Karenina- me llamó Agustín, volteé para verle, quizá por última vez. Me miro de arriba para abajo con unos ojos grandes y tristes- Cuídate- me dijo dando un suspiro y comenzó a caminar hacia la salida.

Yo seguí mi rumbo como me lo había indicado el señor Andrew, al finalizar el pasillo di vuelta y seguí hasta encontrar las escaleras, bajé las tres cubiertas lo más rápido que pude. En esta parte del barco el agua apenas estaba empezando a subir por las escaleras, supuse que yo estaría casi llegando a popa. Aún había pasillo seco y me sería posible encontrar a los padres de Cora.

Como bien lo había dicho la pequeña la rejilla estaba cerrada con llave.

-¡ÁMBAR! ¡MARCO!- grité del otro lado de la rejilla, mi voz hizo eco solamente- ¡ÁMBAR! ¡MARCO!- repetí esperando respuesta- ¿ESTAN AQUÍ? ¿PUEDEN OÍRME?

Veía los desolados pasillos pero como no escuchaba voz de vuelta tomé el hacha y empecé a golpear la puerta para abrirla.

-¡ÁMBAR! ¡MARCO!- gritaba desesperadamente a voz en cuello y por instantes paraba esperando obtener respuesta. Estuve allí un par de minutos, solo un par queriendo abrir la reja pero o estaba demasiado dura o yo estaba muy cansada para seguir golpeando. Me recargué por unos instantes en la pared, con el hacha junto a mí.

Recordaba la carita de Cora llena de lágrimas al decirme lo de sus padres y eso hacía que siguiera luchando con todas mis fuerzas para abrir esa puerta. Seguí golpeando la reja hasta que de momento me golpee accidentalmente en el brazo izquierdo con la pared, tuve que soltar el hacha de una sola pues un escalofrío doloroso con un toque electrizante me recorrió todo el brazo hasta la punta de la mano haciéndome imposible sostenerla

-Marco, Ámbar- susurré golpeando con el puño la pared, traté de que el dolor se calmara. Me senté en el suelo viendo la reja, espere unos segundos más pero no tuve respuesta.

-¡KARENINA!- escuché la voz de alguien, voltee por los pasillos, todo parecía desierto- ¡KARENINA!- volví a oír la voz, se escuchaba a lo lejos y no lograba reconocer de dónde provenía... ¿Era Agustín?

-ESTOY AQUÍ- le grité esperando verlo por los pasillos.

-Karenina- me llamó otra vez desde la escalera, asomó su cabeza para asegurarse de que estuviera allí. Me sonrió y bajó toda corriendo hasta mí- Gracias a Dios que estas bien- se colocó de cuclillas- Estábamos muy preocupados por ti.

-¿Qué haces aquí? ¿Dónde?... ¿Dónde está el niño?- le pregunté sin comprender porque estaba allí.

-Lo tiene Jack- me dijo respirando con dificultad- Jack estaba buscándote, la señorita DeWitt estaba con él. Los encontré en la cubierta "D" les di al niño y bajé para buscarte- me explicó temblando.

-Debiste de subirte a un bote- le vi respirando con dificultad como él.

-No te iba a dejar aquí. Yo nunca te dejaría caer- me vio a los ojos. Levantó la mirada y tomó el hacha en manos empezando a golpear la rejilla- ¿HAY ALGUIEN ALLÍ ABAJO? ¿HOLA!- gritaba.

TITANIC. Si Jack hubiera sobrevivido (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora