TITANIC. Si Jack hubiera sobrevivido (COMPLETA)

Risas de locos a media noche

Sin apenas darme cuenta estábamos en el comedor del barco, había muchísima gente a los alrededores. Algunos rostros que no logré reconocer y otros que sí. El personal del barco estaba demasiado apresurado en dar de comer.

Jack caminó con lentitud hacia una mesa y entonces Rose me tomó del brazo.

-Espero que no te moleste- me dijo viendo al suelo- pero le hemos contado a algunas personas sobre ti, sobre como ayudaste en el naufragio- explicó Rose.

-No era necesario- respondí sin saber muy bien que decir.

En la mesa donde se acercó Jack había un data-p-id=cee6deba1d6e00e688b0851f70b713dd,En la mesa hombre de poco más de 70 años, era claro que el tiempo le había causado la pérdida de su cabellera y esta se le había tornado blanca por la edad. Unas cuantas ojeras y una nariz roja y mejillas chatas era lo que su rostro pintaba, traía puesto un suéter de color verde de cuadros, muy parecido a la manta que Rose tenía encima. Era un poco robusto con los dedos gordos como salchichas irlandesas.

data-p-id=7174753c08b62c7954968c989efdfa9f,-El señor Phillips- me presentó Jack con él. data-p-id=d6791557644712b58915fb1e315dc794,Le salude con cortesía y una enorme sonrisa en los labios data-p-id=c31439a5c70c7f742442f094cfff3ebb,-Es un experimentado navegante de los mares. Ha viajado a Europa varias veces. Le contamos sobre ti y le sorprende lo mucho que pudiste ayudar a varios en tan espontaneo accidente -Jack veía alrededor de todos los asistentes de esa noche, buscando con la mirada a alguien en especial pero, por su semblante, me pareció que no lo había hallado.

data-p-id=e9becb80d1d0cf388785720b7604813a,Jack se disculpó por un momento y me dejó hablando con el señor Phillips.

-¿Viajaba usted en el Titanic?- pregunté después de un pequeño silencio.

-¡Ho, no hija!- se llevó a la boca un poco de sopa de su plato- El Carphatia iba en rumbo opuesto al Titanic. Íbamos a Europa- me aclaró

-Comprendo- asentí lentamente- fue un gesto muy amable que el capitán nos recogiera- le sonreí.

-Sí, hija ¿No tienes hambre?- preguntó de momento, yo me quedé unos segundos callada. El hombre no esperó mi respuesta e inmediatamente llamó a otro joven sentado en una mesa cerca- ¡Frederick!- el joven que respondió al nombre estaba allí en un instante- Por favor consíguele algo de comer y beber a esta señorita ¡Dios sabe cuántos días tiene la criatura sin comer!- añadió. El joven corrió inmediatamente y poco después yo tenía un plato de comida frente a mí y un té caliente.

Ambos seguimos platicando un poco más, sobre el clima, la sopa, el barco, los viajes de él y mi desconocimiento del mundo. Alguno que otro curioso que estaba allí cerca intervino preguntándome detalles del barco que parecían insignificantes, poco a poco la gente se empezó a juntar más hasta que me di cuenta de que era el centro de atención del comedor.

Bajé la vista apenada y me volví a sumergir en mi sopa. El señor Phillips comprendió como me sentía y siguió contándome sus travesías hasta apartar las miradas indiscretas. Yo ya había terminado de comer pero no sabía a donde se habían metido Jack y Rose todo este tiempo.

-Hija- me volvió a llamar el señor Phillips- solo por si te interesa, en la sala de fumadores del barco se escuchaba el rumor de que se iba a celebrar una fiesta. ¡Claro todo el mundo está invitado! Solo digo- me informó y volvió a su té.

-Gracias señor, pero prefiero pasarla con usted, no tengo ganas de celebrar- expliqué, tenía cierto extraño hueco en el corazón que parecía ser un nudo que subía y bajaba y no me permitía estar en paz. ¿Cómo podía yo celebrar después de lo de aquel día?

-¿Celebrar? ¿Quién ha dicho algo de celebrar?- me preguntó divertidamente confuso- ¿Sabes algo? La gente tiene ciertos vicios y pasatiempos para olvidarse de los problemas y angustias. Algunos beben hasta que dicen olvidar las penas, pero más penas tienen cuando se dan cuenta de lo que hicieron. Otros fuman para quitar sus nervios, aunque a mí me pondría más nervioso porque pareciera que hay un incendio dentro. Otros más deciden saltar de un puente creyendo que no hay otra alternativa en la vida- No sé porque me reí con eso- Algunos más salen y caminan una y otra vez alrededor de su jardín pensando en que harán. Y otros viejos granujas como yo solemos pagar viajes baratos que nos lleven al otro lado del mundo para olvidarnos de nuestras penas. Todos los vicios salen caros... algunos más que otros. Pero la diferencia es lo que producen. En fin- mordió su labio inferior- si tu vicio será bailar para olvidar las penas ¡Ve! Por lo menos así te divertirás.