Me encontraba allí con el corazón dividido en dos, sabía que debía de ayudar a Jack para que se salvara, pero estaba Agustín también. Puse la valija entre mis piernas y me recargué en una de las paredes del barco, poco a poco me fui resbalando hasta quedar sentada sobre la valija. Volteaba hacia ambos lados, buscando a alguien que me diera alguna ayuda, un consejo hubiera bastado en ese segundo pero parecía que todos estaban demasiado ocupados.
Algunas mujeres de primera clase que paseaban por allí estaban demasiado alborotadas e histéricas al ver que las iban a subir con otras mujeres de segunda clase. Oí quejidos y una y mil maldiciones contra el marino que estaba acomodando los botes y las clases.
Otro oficial trataba de convencer a un hombre para que dejara que su esposa se subiera en el bote y le trataba de asegurar a la mujer (quien estaba muy nerviosa y hecha un mar de lágrimas) que se encontraría con su esposo en cuanto el siguiente bote saliera.
Algunas mujeres más estaban tratando de controlar a sus hijos pequeños que lloraban desconsolados y un poco cansados de estar parados a esa hora de la madrugada, un hueco se me hizo en el corazón al pensar que muchos de aquellos pequeños no comprendían la gravedad de la situación.
Bajé mi cabeza desconsolada, apreté esta con mis manos deseando que todos aquellos ruidos se desaparecieran y al fin pudiera tener un poco de paz. Me quedé así un par de segundos, los cohetes color blanco empezaron a iluminar la noche y los rostros de muchos pasajeros. Los niños que al inicio lloraban subían la mirada hacia el cielo y el brillante estallido les iluminaba el rostro permitiendo ver sus mejillas rojas y los caminos que las lágrimas habían formado en estas-
-Tía Karenina- escuché la voz de Cora cerca de mí, alcé la vista intentando ver donde estaba. Sus preciosos ojos estaban abiertos como dos platos, sus manitas y labios temblaban: estaba asustada. Mientras se acercaba, sus cabellos con caireles parecían bailar al son de los músicos, debajo de un sombrero de cuadros, un vestido café abrigador y un chaleco salvavidas demasiado grande para ella.
-¿Qué haces aquí?- la abracé cuando llegó a mí, ella comenzó a llorar desconsolada.
-Perdí a mis padres, no los dejaron subir, solo a mí- me dijo entre lágrimas sollozando.
-¿Solo te subieron a ti?- le pregunté asombrada, ella hundió su carita en mi pecho asintiendo y siguió llorando mientras me abrazaba. Yo la tomé entre brazos y la cargué. Me incorporé con ella en brazos y traté de ver a los alrededores para encontrar a los padres de Cora. Me era imposible el pensar que en menos de 45 minutos ya habían cerrado las puertas de tercera clase para subir a cubierta.
Intentaba ver a mis alrededores pero todo era para mí como un mar de cabezas, muchos rostros perdidos y confusos, aterrados ante lo que pasaba.
-Señorita Dela Rosa- me reconoció un oficial- necesita subir a un bote ahora mismo- tomó mi brazo y comenzó a llevarme a la orilla donde estaban abordando a los botes.
-No, no lo entiende yo necesito buscar- explicaba buscando aún a los padres de Cora con la mirada
-Señorita por favor suba- me soltó estando ya cerca del bote- Váyase ahora que aún hay tiempo- suplicó.
-No puedo- le dije poniendo una mano sobre el cabello de Cora y acariciándolo suavemente-No puedo- volví a repetir, negué y empecé a caminar de reversa. El oficial me vio confuso por unos segundos pero después empezó a subir a otros en los botes. Apreté los labios queriendo sonreír. Iba de nuevo a donde mi valija cuando alguien me tomó por el brazo.
-Karenina-me vio Tom un poco agitado, él no llevaba salvavidas- Te estábamos esperando, temí que algo te hubiera pasado- me vio queriendo asegurarse de que estuviera bien.
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TITANIC. Si Jack hubiera sobrevivido (COMPLETA)
Fanfiction¿Quién de las personas que vivan sobre la faz de la tierra no ha visto nunca la película Titanic ? o por lo menos habrían oído del barco que en 1912 que se hundió. ¿Si? Bueno entonces vamos por la misma sincronía. Varios coincidiremos en preguntar...