Capitulo 4: El Diario

1.2K 73 1
                                    

Unas horas después, el timbre vuelve a sonar. ¡Santo cielo! Arrancaré ese bicho.

Me levanto de la cama. Hace mucho que paré de llorar, simplemente me había quedado tumbada en la cama mirando hacia el infinito.

Ahora, aunque parezca raro, me encuentro en calma, creo que me ha venido bien desahogarme.

Me levanto de la cama de un salto, y antes de dirigirme hacia la puerta, me lavo la cara con agua fría para bajar la hinchazón de mis ojos provocafa por las lágrimas.

Tras estar así, tumbada durante horas, sin preocuparme por nada, he tenido mucho tiempo para pensar.

Me he dado cuenta de todo lo que he cambiado en estos años. No solo exteriormente. Es cierto aue de vez en cuando echo de menos a la antigua Maddy, pero, simplemente... Simplemente aquella Madison no puede volver, no ahora.

Es curioso como algo que pasó hace ya tanto tiempo, me puede seguir afectando de esta manera. Al principio, dejé que los días pasaran, pensando que con el tiempo, podría olvidar todo y recuperar la normalidad.

Pero quizás en ese momento no me di cuenta de una cosa: hay demasiadas cosas que el tiempo no puede borrar.

Y no se si hice lo mejor, si esta era la solución, pero desde luego era lo que necesitaba. Lo que necesito.

Ahora no puede llegar Mason y pretender que vuelva a ser la misma de antes. Porque esa persona ya no existe.

Abro la puerta de madera, y al ver a la persona que se encuentra delante, me quedo en shock. Sin embargo, ella salta hacia mi y por poco no me caigo al suelo.

Nos envolvemos en un fuerte abrazo. Si no me estuviera ahogando ahora mismo, pensaría que esto no es real.

-Pali... Necesito... Respirar... -digo como puedo mientras mi amiga sigue aprisionandome entre sus brazos.

-Oh, cierto. Olvidé ese pequeño detalle -dice riendose mientras se aparta de mi.

-¿Qué haces aquí? -pregunto con una enorme sonrisa.

-Oh, ya sabes, estaba aburrida en casa y me dije: voy a visitar a Maddy. Y aqui estoy -comenta como si nada, mientras mira toda la casa detenidamente.

-Claro, lo normal -digo poniendo los ojos en blanco.

Pali empieza a caminar por los pasillos, metiendo la cabeza en el interior de cada habitación, mientras arrastra una enorme maleta morada detrás suyo.

-Bueno, y, ¿dónde me instalo? -pregunta tras finalizar su inspección.

-¿Te estas autoinvitando a quedarte? -pregunto yo, con una ceja levantada.

-Asi es. -dice con una enorme sonrisa- Pero como me amas no te importa. ¿Y bien?

-Me parece que tendrás que dormir en el sofá -digo despreocupadamente.

Pone una cara de asombro que hace que no pueda contener la risa.

-¿¡Cómo!? Madison, ¿no te das cuenta de con quién estas hablando? ¡Soy algo asi como una princesa! ¿Y pretendes que duerma en un sofá? -dice con una cara dntre indignación y sorpresa, que lo único que hace es conseguir que me ría mas.

-Lo siento mucho, majestad, pero me parece que no hay más lugares -digo mordiendome el labio.

-Menuda forma de tratar a una reina...

*****************

Una hora después, mi pequeño salón se ha transformado en algo parecido a una habitación.

Cuando El Otoño LlegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora